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—¿Y bien? —preguntó María cuando la doctora salió de la habitación de Yelena.

Después de aquel confuso pero intenso momento, todos habían quedado confundidos, especialmente aquellos que habían presenciado la ausencia de vida en la rubia. No tenían muy claro lo que había pasado, pero si sabían que debían hacerle chequeos y examenes médicos a Yelena para asegurarse de que todo fuera bien, y para esto tuvieron que sacar casi arrastrando a Pietro.

Yelena no había estado contenta por eso, pero accedió a ser separada de él una vez que reparó en el dolor físico que la asediaba. Y él aceptó salir cuando miró el mohin de dolor que la chica había puesto al separarse del abrazo.

—Ahora mismo está dormida y descansando —comenzó a explicar caminando al centro de la sala para que todos pudieran escuchar.

—¿Pero está bien? —Pepper preguntó, tomando la mano de Tony.

—Sorprendentemente lo está —sinceró. —De hecho, mejor de lo que pude imaginar.

—¿A que te refieres? —Tony ladeó su cabeza unos centímetros.

—Cuando Yelena empeoró el porcentaje de toxicidad en su sangre tenía un nivel demasiado alto y este llegó a su corazón... De ahí la razón de su... —titubeó un poco. —Ya saben, muerte.

—¿Y ahora qué? —Alexei preguntó, parado junto a Natasha, quien estaba somnolienta sentada junto a Melina.

—Ahora checamos la toxicidad en su sangre y como si de un milagro se tratara es casi nula —cruzó sus brazos.

—¿Pero cómo pasó esto? Oímos el monitor, ella no tenía vida —Clint seguía buscando una explicación a lo sucedido.

—No lo sabemos, Clint. ¿Pero importa? —Pietro detuvo su caminata en círculos para ver al arquero. —Yelena está viva, por milagro, por magia, o por lo que sea, pero lo está y eso es lo importante ahora.

Wanda y James asintieron al mismo tiempo de forma curiosa. Pietro tenía razón. Tal vez no había una explicación lógica y creíble, pero ni siquiera importaba, lo único importante era que Yelena tenía otra oportunidad de vivir.

—Ahora solo queda esperar que sus heridas terminen de cicatrizar y deberá tomar analgésicos para el dolor fisico que estará presentando los próximos días —explicó la especialista. —Y continuaremos suministrandole dosis del antídoto para disipar por completo el veneno restante.

—¿Cuánto tiempo mas tendrá que permanecer aquí? —Natasha sabía que Yelena pronto comenzaría a quejarse, queriendo irse de ahí.

—La estaremos monitoreando el resto de la semana, si todo va bien podrá irse a descansar a su propia habitación —respondió Helen.

—¿Eso será suficiente? —Pietro jugó con sus dedos. Talvez era paranóico pero quería asegurarse que todo estaría bien.

—Si, Pietro. Su estado de salud mejoró de una manera inexplicable, asi que no te preocupes que ella estará bien —Helen lo tranquilizo.

El sokoviano asintió, tratando de convencerse a si mismo que Cho tenía razón y pronto todo terminaría y sería mucho mejor que antes.

La doctora miró su reloj y soltó un bostezo que contagió a Wanda, Pepper y Sam a la vez.
Habían pasado toda la noche despiertos, puesto que el incidente había sido por la madrugada y los examenes y revisiones posteriores habían sido en el transcurso de la noche. Afuera ya había comenzado a salir el sol y el mundo comenzaba a activarse.

—Creo que todos deberiamos ir a descansar —dijo Steve. —Y cuando digo todos te incluye a ti, Pietro.

El peliplateado negó rapidamente reusandose a irse de ahí, pero Wanda se levantó de su sitio y lo enfrentó con una mirada que daba miedo.

HOLD ON •𝑀𝑎𝑥𝑖𝑙𝑜𝑣𝑎•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora