❆ Capítulo veintiséis: 1° C ❆

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(2571 palabras)

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──────⊱◈Louis◈⊰──────


Me costaba poner en orden mis pensamientos. De pie en medio de la cocina, observé las alacenas, que estaban cubiertas de fotografías sujetas con chinchetas: carasvsonrientes, los miembros de la manada con forma humana.

En otras circunstancias, las habría examinado una a una para encontrar el rostro de Harry; pero en aquel momento sólo era capaz de ver la línea quebrada de su cuerpo en la bañera, de oír el espanto en sus gritos.

La imagen de Harry empezando a temblar en el bosque, justo antes de que me diera cuenta de lo que le ocurría, se repetía en mi cabeza una y otra vez.

Cacerola. Lata de sopa. Pan congelado. Cucharas.

Evidentemente, la despensa de Beck respondía a las peculiares necesidades de los licántropos; estaba llena de conservas y alimentos envasados que tardaban en caducar. Alineé sobre la encimera los ingredientes necesarios para una cena improvisada y procuré concentrarme en lo más inmediato.

En la habitación contigua, Harry descansaba en un sofá, bajo una manta, mientras la lavadora se encargaba de su ropa. Mis vaqueros seguían empapados, pero tendrían que esperar. Encendí un fuego para calentar la sopa y traté de centrar mi atención en los relucientes mandos negros y la pulida placa de aluminio.

Pero en vez de ver lo que tenía delante, reviví las convulsiones de Harry, sus ojos en blanco. El gemido animal que se le había escapado al advertir que estaba perdiéndose.

Con mano insegura, vertí la sopa en la cacerola.

No podía tenerlo.

Pero lo tendría.

Volví a ver la expresión de su rostro cuando se dio cuenta de que lo empujaba al baño, justo como sus padres cuando...

No debía seguir pensando en aquello. Al abrir la nevera, descubrí con sorpresa que había un cartón de leche; era el primer alimento perecedero que encontraba en la casa. Me pareció tan fuera de lugar que todos mis sentidos se pusieron en alerta.

Comprobé que había caducado hacía tan sólo tres semanas. La eché por el desagüe y volví a examinar la nevera en busca de otros indicios de inquilinos recientes.

Harry seguía ovillado en el sofá cuando salí de la cocina para llevarle un cuenco de sopa y un poco de pan tostado. Al coger su cena, me miró con una expresión más sombría de lo habitual.

-Debo de parecerte un monstruo.

Me senté frente a él en una butaca con tapicería de cuadros, replegué las piernas sobre el asiento y me coloqué el cuenco de sopa junto al pecho para sentir su calor. El cuarto de estar tenía el techo muy alto y la habitación aún no se había templado del todo.

-Perdóname, Harry. Lo siento mucho.

El meneó la cabeza.

-Era lo único que podías hacer. Soy yo el que... No debería haber perdido el control hasta ese punto.

Me estremecí recordando el ruido que había hecho su cabeza al golpear la pared y la forma en que sus dedos habían buscado asidero en el aire mientras caía en la bañera.

-Lo has hecho muy bien -dijo Harry; se quedó pensativo un momento mientras mordisqueaba el pan, y luego añadió-: Pero muy, muy bien. ¿Te doy...?

𝕊𝕙𝕚𝕧𝕖𝕣 - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora