❆ Capítulo cuarenta y uno: 14° C ❆

157 22 5
                                    

(2622 palabras)

.

.

.

──────⊱◈Louis◈⊰──────

.

.

.

Harry y yo éramos como los caballitos de un carrusel.

Nos habíamos instalado en la misma rutina un día tras otro -casa, instituto, casa, instituto, librería, casa, instituto…-, pero, en el fondo, no hacíamos más que dar vueltas alrededor de lo único que importaba de verdad, el corazón de todo aquello: el invierno. El frío. La separación.

Nunca hablábamos sobre ello, pero a mí me parecía sentir constantemente el frío que aquella sombra proyectaba sobre nosotros.

Hacía años había leído un libro malísimo sobre mitos griegos en el que aparecía un hombre llamado Damocles, sobre cuyo trono colgaba una espada sujeta tan sólo por un cabello. Ahora, Damocles éramos Harry y yo: la vida humana de Harry pendía de una hebra finísima.

Aquel lunes, siguiendo nuestra rutina de carrusel, fui al instituto. Aunque sólo habían pasado dos días desde el ataque de Shelby, todas mis heridas habían desaparecido, incluidos los moretones. Parecía como si los licántropos me hubieran pegado algo de su capacidad de recuperación.

Al llegar, comprobé con sorpresa que Zayn había faltado a clase de nuevo. Elcaño anterior no lo había hecho ni un solo día.

Pensé que se presentaría en alguna de las dos clases en las que coincidíamos antes del recreo, pero no apareció. Me extrañaba ver su pupitre vacío en el aula. Quise creer que estaría enfermo; pero, aunque me costaba reconocerlo, en el fondo sabía que tenía que ser algo más. En la cuarta hora ocupé mi lugar habitual, detrás de Niall.

—Oye, Ni, ¿has visto a Zayn?

Niall se volvió para mirarme.

—¿Qué?

—Zayn. ¿No tenía que ir a ciencias contigo?

Se encogió de hombros.

—No sé nada de él desde el viernes. Lo llamé por teléfono y su madre me dijo que estaba enfermo. Por cierto, ¿qué pasa contigo, guapo? ¿Dónde has estado este fin de semana? No me llamas, no me escribes…

—Es que me mordió un mapache —mentí—. Me tuvieron que poner la vacuna de la rabia, y me pasé el domingo en la cama. No quería salir a la calle por si empezaba a soltar espuma por la boca y a pegarle mordiscos a la gente.

—¡Tremendo! ¿Dónde te mordió?

Me señalé las piernas, enfundadas en vaqueros.

—En el tobillo, pero no fue nada. En serio, estoy preocupado por Zayn. No me responde cuando lo llamo.

Niall frunció el ceño y cruzó las piernas. Siempre llevaba alguna prenda de rayas, y aquel día eran unas medias con los colores del arcoíris.

—Yo tampoco he podido hablar con él —repuso—. ¿Y si nos está evitando? ¿Sigue enfadado contigo?

Meneé la cabeza.

—Creo que no.

Niall hizo una mueca.

𝕊𝕙𝕚𝕧𝕖𝕣 - L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora