CAPITULO 1 RODEO HILL

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"Es el síndrome del campamento de verano: Te vas de campamento y te lo pasas de putamadre, el mejor verano de tu vida, vuelves a casa y te tiras todo el año pensando en el próximo campamento... Y entonces llega, y todo ha cambiado, monitores, las chicas, los colores están raros, eres un extraño ya... y caes.
Los mejores años fueron eso. Los mejores.
Y nunca se volverá a repetir."


La primera vez que leí esa frase pensé que no tenía sentido pues yo regresaba a Rodeo Hill cada año y todo parecía igual o mejor que el año anterior, el rancho, la gente, los abuelos, mis amigos y sobre todo ella...

Sin embargo hoy por fin entiendo el sentido de "El síndrome del Campamento de Verano" porque muchos años me quise engañar diciendo que no quería volver a Rodeo Hill, pero lo cierto era que cada año al iniciar el verano, aquel lugar era mi único pensamiento y me imaginaba pasando ahí mis días como cuando hacía en mi niñez y mi adolescencia, aunque por mucho que lo deseara no lo hice, no volví hasta el día de hoy en el que ni siquiera he venido por mi propia voluntad, si no más bien porque las circunstancias me han obligado, sin embargo me doy cuenta de que aunque pudiera pasar nuevos veranos en ese lugar, los mejores años ya pasaron y nada volverá a repetirse...

Desde que era niña, recuerdo que comenzaba a sentirme feliz cuando el mes de mayo se estaba terminando pues eso significaba que el verano llegaría pronto y los días de escuela terminarían para poder ir a divertirme a Rodeo Hill en donde me sentía libre y feliz porque fue ahí donde aprendí muchas cosas y viví los días más bonitos de mi infancia.

Rodeo Hill era uno de los ranchos ganaderos más grandes en el estado de Texas, el cual pertenecía a mi abuelo, Fernando Cabello, aquel imponente y valiente ranchero adinerado que fue como mi segundo padre, el que siempre me demostró su cariño infinito hasta que nuestra relación comenzó a fragmentarse en aquel verano el cual represento el primero de los sucesos más tristes de mis veranos en aquel maravilloso lugar, y lo cual iré narrando en el desarrollo de la historia porque primero quiero describir un poco de lo que era aquel lugar y porque me hacía tan feliz ...

El rancho estaba ubicado a las afueras del estado de Texas, muy cerca de Corpus Christi.
Una propiedad realmente grande y majestuosa rodeada de hectáreas de pastizales, veredas y árboles frutales en donde el abuelo tenía cientos de cabezas de ganado de las mejores especies y que lo distinguían de otros ranchos, pues el Rodeo era considerado el rancho más importante en el comercio ganadero, lo que convertía a mi familia en una de las más adineradas de la región.

Está de más decir que era muy evidente el lujo y la riqueza que existía en aquella enorme propiedad, pues incluso la casa de los abuelos era una verdadera joya arquitectónica que se distinguía por el perfecto balance entre sus acabados rústicos y aquellos toques de modernidad y confort que la volvían casi una mansión rodeada de esos hermosos jardines y patio en donde se encontraba la alberca con aguas cristalinas que tanto me gustaba disfrutar en esos calurosos días veraniegos.

También estaban los enormes y bien cuidados establos en donde el abuelo tenía caballos pura sangre que incluso llegaron a participar en los tradicionales eventos de rodeo que se celebraban en el Estado, y entre esos equinos se encontraba mi adorado "Sultán" un hermoso caballo color chocolate de la raza Paso Fino que mi abuelo destino para mí desde que el pequeño Potro aprendió a caminar y yo era una niña de 11 años, el abuelo decía que le recordaba a mí porque era menudito y su color achocolatado le recordaba a mis ojos y por eso quería que "Sultán" fuera mío para acompañarlo a montar cada vez que yo estaba en Rodeo Hill.

Y que decir de mis amigos de juegos, pues en ese lugar conocí a dos niños que eran hijos de los empleados del rancho y que eran casi como de la familia, pues sus padres habían estado al servicio de mis abuelos desde hacía muchos años y eran de su total confianza por lo que era común divertirnos en la alberca o corriendo por ahí en nuestros inocentes juegos.

LOS VERANOS TRISTES DE RODEO HILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora