❧VII

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Capitulo 7: ~Eres mía~


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~Alanna

El mundo es un sistema en constante movimiento. Como un aparato que se actualiza cada día, cada minuto, cada segundo, cambia sus secuencias y nosotros somos esas secuencias que van cambiando, somos seres temporales, energía limitada por el poco tiempo que se nos permite estar en él.

Millones de personas mueren todos los días, personas que pensaban que seguirían con su vida de forma normal y no vivieron el momento como si fuera el último, incluso tú que estás leyendo esto puede que este sea tu último momento. Nuevas vidas nacen todos los días y algunas se van de este mundo en un instante y esa vida podría ser la mía hoy.

Siempre lo he sabido, en algún momento debo dejar este mundo tan cambiante. Y ahora era más consciente de ello que nunca, gracias al miedo, miedo que recorre mi cuerpo y que es provocado por un ruido cercano, algo fue golpeado en el piso de arriba y cayó estrepitosamente rompiéndose, seguramente, en pedazos.

Mi cuerpo permanece inmóvil en medio de la cocina, temerosa de hacer algún ruido que pueda delatar mi posición, miles de pensamientos pasan a velocidad de la luz por mi mente incrementando la sensación de peligro en mi organismo y más aún ante el recuerdo del sujeto de la máscara en el bosque.

Ahora mismo tengo dos opciones, puedo salir de casa, que sería lo más sensato; o puedo hacer como en las películas de miedo donde todos acaban muertos, es decir, subir y saciar mi curiosidad.
Camino sigilosamente hacia la puerta de la entrada, paso por el salón siguiendo la pared con mi mano apoyada en ella, observo desde el marco de la puerta las escaleras a la espera de un posible asesino o ladrón, pero no hay nadie.

Con sumo cuidado y sigilo, sigo caminando con grandes zancadas que me permiten llegar más rápido a la puerta y suelto el aire que he estado reteniendo en mi interior una vez consigo tocar el pomo, giro este decidida a salir de casa y esperar a que mi padre llegue, pero, un ruido vuelve a sonar más fuerte. Volteo mi cabeza con rapidez hacia las escaleras observando hacia arriba, sopeso la opción de subir, auto convenciéndome de que seguramente, no sea nada. Miro la puerta y las escaleras reiteradamente, debatiendo seriamente que debo hacer.

La curiosidad siempre fue uno de mis más graves defectos, porque siempre me llevaba a meterme en problemas.

El recuerdo de unos ojos grisáceos llega a mi mente al igual que las palabras que me decía de pequeña, "tu curiosidad algún día podría costarte la vida Alanna".

-Algún día te hare caso- pienso en voz alta- pero hoy, no es ese día- me giro hacia las escaleras, sujetando las llaves en la mano con fuerza.

Como si eso fuera a salvarte, se burla mi subconsciente.

Subo las escaleras de mi casa despacio con el miedo adueñándose de mi cuerpo, observando cautelosa alerta a cualquier peligro, aunque poco puedo ver en la oscuridad, hay corriente y no entiendo de donde entra pero desde luego que eso solo le proporciona un aspecto más lúgubre a la situación.
Cuando estoy cerca del inicio de las escaleras saco mi móvil y enciendo la linterna sintiéndome, aunque no sea del todo cierto, más segura.

Desde donde estoy puedo ver perfectamente todas las puertas de las habitaciones y todas están cerradas, excepto una. Todo tipo de ideas vienen a mi mente cuando mi cuerpo, sin yo poder controlarlo, se mueve automáticamente a mi habitación, apago la linterna con las manos temblorosas, temiendo que los latidos fuertes de mi corazón me delaten; observo todo con recelo y apoyo mi espalda contra la pared del pasillo, saco mi móvil, dándome las gracias mentalmente por siempre tener el brillo del móvil bajo.

La maldición del deseo, Angelo Caduto. [ 1º Trilogía Caduto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora