❧ III

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Capitulo 3: ~EL LOBO~



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~Alanna

El sudor me baja frío por la espalda, mis nervios se hacen presentes, mis piernas tiemblan y mi corazón late desbocado, todo eso solo lo pueden causar ellos, lo causan los Caduto.

El miedo es una de las sensaciones que se apodera de mi, pero también se hacen presentes la curiosidad y la felicidad aunque no tarda mucho en hacerse presente la desilusión al darme cuenta de que falta un miembro de la familia.

-¡Ay , Dios mío! Pero cuánto has crecido- las palabras de True Caduto, es decir la señora Caduto, me sacan de mí ensimismamiento como un azote del presente.

Al volver en mi veo a una muy bien conservada y sonriente True Caduto delante de mi, True me agarra por los brazos examinándome con la mirada. No es una mirada evaluadora, sino todo lo contrario es de asombro y cariño, mucho cariño.

-Amor no atosigues a la niña desde ya, acabas de verla- mis ojos se dirigen desde los ojos llenos de amor de True Caduto hacia la figura esbelta y muy bien conservada de Salvatore Caduto, también conocido como el papá de Angelo.

- Salva cariño, es que no la ves, es preciosa- tras decir eso True me abraza casi sacándome el aire y se aleja de mi.

-Tienes razón es una niña preciosa amor- Salvatore se levanta y besa la cabeza de su mujer, las buenas costumbres nunca mueren, siempre hacia eso aunque veo que lo sigue haciendo- ¿Cómo estás Alanna? - estira su mano hacia delante esperando la mía.

- Bien, señor Caduto- digo saliendo de mi asombro nuevamente mientras le saludo con la mano y dirijo mi mirada hacia mi sala de estar, recorro a todos los miembros de la familia Caduto.

El niño de esta mañana se encuentra entre ellos, confirmado es un Caduto, le dirijo una amable sonrisa y el hace el amago de una.

Luego mi mirada viaja hacia unos ojos verdes esmeralda que brillan por su perversión a kilómetros, Damián Caduto, el segundo hijo de la familia y el preferido de su mamá un niño bueno ante sus ojos pero en su oscuro interior Damian Caduto con su mirada seductora, su pelo negro, con ese flequillo que roza suavemente sus cejas y en resumen esa cara tan perfecta, era un seductor y un rompe corazones de primera.Damián me dirige una sonrisa amable y yo se la devuelvo.

Mi mirada viaja rápidamente a la niña buena de los Caduto, Luce Caduto o como la llama su padre "luz de mis ojos". Luce siempre tuvo porte de la chica más popular del colegio o instituto, pelo castaño largo y lacio, ojos azules claros, labios carnosos, nariz perfecta, pestañas largas, cejas naturales, pobladas y una de las la sonrisa más bonita que he visto. Sin embargo lo que menos le gusta a Luce es llamar la atención, siempre fue muy poco sociable de hecho la única niña con la que hablaba fui yo. Luce me sonríe con una amabilidad excesiva lo cual relaja mis pensamientos y hace que sin darme cuenta lo sonría con el mismo cariño.

-Me alegro mucho de que te encuentres bien- dice el señor Caduto y pasa su brazo por los hombros de la señora Caduto abrazándola.

- Por cierto señor - este dirige su mirada desconcertada hacia mi- no soy una niña- mi comentario hace que esté ría bajo, a diferencia True y mi madre ríen en alto.

La maldición del deseo, Angelo Caduto. [ 1º Trilogía Caduto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora