❧ IV

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Capitulo 4:       ~UN POZO SIN FONDO~


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~Alanna


No sé si han pasado horas, minutos o tan solo segundos pero tener a Angelo tan cerca hace que este momento sea eterno. Nuestras miradas están conectadas de una forma que no logro describir, expresan muchas cosas, muchos sentimientos, sentimientos que me gustaría poder gritarle en la cara.

Mi cuerpo me pide que baile cualquier tipo de baile ya sea danza del vientre, una sevillana o ballet solo para expresar mi felicidad por tenerlo ante mi. Pero, por otra parte estoy en un bosque junto a un hombre que no he visto desde hace cinco años y el cual me tiene acorralada contra un árbol y es obvio el hecho de que la gente cambia.

Hay tantos sentimientos en mi interior que una vez nuestras miradas se conectaron viaje a una especie de limbo, pero un movimiento accionado por Angelo me saca de mi ensimismamiento. Angelo empieza a mover su mano lentamente rozando de forma suave mis labios aún con sus ojos puestos en los míos.

-¿No vas a decir nada?- pregunta susurrando con una voz demasiado hermosa y varonil para el gusto de mis piernas.

-No soy una niña- susurro nada más recuperar el aliento- Angelo me penetra con su mirada, refuerza su agarre en mi cintura y se acerca aún más a mi; casi puede sentir sus labios y su nariz rozándome de lo cerca que está, con lo alto que es agacha un poco la cabeza para llegar a mi- ¿Qué haces?- digo tartamudeando.

-Siempre lo has sido- dice entre dientes- y siempre lo serás- nada más decir eso se aleja y sigue su camino de vuelta a casa.

Tardo unos segundo en reaccionar y le sigo corriendo detrás suya con el miedo a flor de piel al darme cuenta de lo tenebroso que es el bosque de nuestro pueblo, no me extraña que lo llamen el bosque de las mil y una gotas de sangre.

Intento acelerar mi caminata para alcanzar a Angelo y no quedarme sola atrás pero es tarea imposible, este chico tiene las piernas demasiado altas y una pisada suya son cinco mías. Rendida y cansada freno en seco, sin embargo eso tampoco llama su atención así que intento llamarle.

-Angelo- una vez- Angelo- otra- Angelo por favor- y otras más pero él sigue caminando deprisa- diavolo- frena en seco, no me ha dejado otra- ya sé que hace mucho tiempo que no nos vemos pero, ¿vas a dejarme aquí sola?- miedo.

Miedo, verdadero miedo es lo que siento cuando Angelo se gira y clava su mirada en la mía, en sus ojos veo como la rabia se mezcla con la perversión, sus ojos grises recorren mi diminuto cuerpo lentamente y veo como este mete su mano en el bolsillo de su chaqueta. Por un momento pienso que sacará alguna especie de arma para matarme en medio del bosque en modo de venganza por haberle seguido, sin embargo solo saca su móvil, lo mira y vuelve a guardarlo.

Angelo me repasa con la mirada nuevamente de abajo arriba lentamente y analizando cada parte de mi cuerpo parando su mirada en mis piernas y mis pechos, siento que su fría mirada me quema por lo que decido bajarme un poco más la camiseta larga de tirantes que llevo, pero de nada sirve porque eso solo deja más al descubierto mis pechos. Angelo aparta su mirada de mi pecho y la clava en mis ojos, entonces y muy lentamente comienza ha acercarse a mi como un león yendo a por su presa, sus movimientos son lentos pero tienen cierta nobleza en ellos, no logro explicarlo bien pero realmente me deja asustada y fascinada.

La maldición del deseo, Angelo Caduto. [ 1º Trilogía Caduto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora