¿Un encuentro decente?
Las clases habían terminado en su mayoría, y entre la muchedumbre de estudiantes que se encontraba paseando por los patios exteriores de la universidad y que deseaban olvidarse un momento de los cursos, estaba Helio, yendo de aquí para allá en busca que aquella rubia que asistía a esa institución según el informe que le había dado Anahí; tenía que verla, necesitaba verla. El encuentro del día anterior había empeorado lo que fuera que estuviera pasándole y la había estado pensando más, volviendo a soñarla. Sueños extraños que sentía sumamente reales, donde él estaba con ella en diferentes escenarios; en un puente, en una casa que no conocía, en un estudio de grabación y hasta la soñó en el concierto de "Napolitano", cuando ni siquiera se había quedado al final por irse con Anahí. Todo era muy complicado.
Como venía haciendo desde que llegó allí, al ver una femenina y larga cabellera rubia, se acercó a su dueña y la detuvo para averiguar si era a quien buscaba o no; de nuevo se equivocó, no era ella. Se disculpó con la joven para que continuara con su camino en tanto él hacía lo mismo. Debía estar cerca, lo sentía; y como si se tratara de una visión, se miró correr en cierta dirección, sabiendo a donde ir, conociendo bien la universidad a pesar de haberla pisado por primera vez, llegando a uno de los muchos edificios del terreno y allí la vio; a su ángel rubio en compañía de una pelirroja. La visión terminó y él corrió.
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—¡Mina!
La rubia escuchó que alguien la llamaba y dejando su conversación con Ruth un momento, miró a todos lados para ver de quién se trataba. Abrió la boca sorprendida y disgustada al distinguir que Corazón corría hacia ella. ¿Qué rayos estaba haciendo allí? Ya habían quedado claros en cuanto a no verse de nuevo, ¿cierto? Bufó con frustración.
—¿Te encuentras bien, Mina? —le preguntó Ruth ante su repentino cambio de humor.
—Ah, sí, sí, no pasa nada —Rio nerviosa—. Ruth, me voy adelantando, tú ve a casa. Tengo asuntos que atender. Hablamos al rato.
Y sin darle oportunidad de decir nada, se alejó de ella a paso veloz, encontrándose con Corazón.
—Mina...
—Vayamos a un sitio más quieto —le dijo ella sin dejar de trotar, por lo que él la siguió. Llegaron a los alrededores de uno de los edificios mayormente vacíos a esas horas; uno de los de las aulas—. ¿Qué te propones, Corazón? Te dije que lo mejor para ambos era que dejáramos de vernos.
—Lo sé, lo siento. Sólo quería informarte algo. Helio está aquí, está buscándote.
—¿Qué? —Eso sí no se lo esperaba—. ¿Cómo que está buscándome? ¿Para qué; por qué?
—Creo que lo impresionaste mucho con el encuentro de ayer y por eso le pidió a Anahí que le dijera dónde hallarte. Tal vez quiera aclarar dudas.
—No, no —Mina sacudió la cabeza; le daba la impresión de que nada bueno podía resultar si los dos se veían otra vez—. No puedo permitir que me vea. Gracias por la alerta, Corazón, será mejor que te vayas y no te preocupes por mí. De ahora en adelante seré extremadamente cuidadosa; esto es la guerra. Adiós.
Mina giró sobre su propio eje, dispuesta a emprender el camino de regreso, cuando frente a ella la, en ese momento, indeseable figura de Helio se materializó, sacándole un pequeño grito de sorpresa y fracaso. ¿Qué las cosas no podían irle bien una vez en la vida?
—Te encontré —comentó él con voz cargada de alivio y brillantes ojos.
—¡No! —gritó la rubia, larga y tendidamente, sintiéndose completamente desamparada y no sabiendo qué más hacer después de eso, simplemente decidió huir.
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Rescatando a un Corazón
FantasíaMina continúa su vida normal hasta que tiene un encuentro con un personaje misterioso que la hará meterse en otra aventura donde el amor toca su puerta de nuevo. La increíble portada la hizo MrsLevine92, así que a ella vaya todo el crédito. ¡Muchas...