Prólogo

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Prólogo

La Unión

§

La fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad interior.

Gandhi

§

Un giro anterior

Vlodir apretó los puños cuando vio la repetición de su futura compañera caer por el acantilado. Su estómago se revolvió.

Esto no estaba bien.

La Unión era un momento importante en la vida de todo macho de familia rica. Sólo era criado por ese propósito y le enseñaron que el amor no era importante para la concepción. Su deber: criar machos y hembras fuertes, más fuertes que él mismo.

Miró a los asientos donde sabía que estarían sus progenitores y apretó los dientes. Su Yeye viéndolo con compasión y su Yaya ni siquiera lo miraba. La desaprobación tenía un sabor amargo, y no se asombraba que su Yaya no lo mirará.

Nazca era la monarca de su casa, la fuerte de sus progenitores y era la que más le exigía, y la más enojada en ese momento. Sintió a su Concord revolverse en su interior, los gruñidos y las garras en su intestino.

Él también lo desaprobaba.

La hembra había sido fuerte, no le importaba si era bonita a los ojos, las bonitas morían primero. Pensó que podrían pasar las feroces pruebas de La Unión, pero, otra vez, se equivocó. Sólo tendría una oportunidad más y no podía desaprovecharla. Su mirada buscó a su Nano mayor y apretó los dientes, sus colmillos al descubierto.

Vlisk sonreía con superioridad, su compañera no estaba a la vista, pero una bonita chica lo acompañaba. El sexo no estaba prohibido en Mon, sólo la concepción fuera de la Unión. Su Nano había logrado a su gran compañera en la primera Unión, eligiendo su fuerza por encima de la belleza, ganó todas las pruebas. Si bien ella no era bonita, Vlisk se contentaba teniendo a las hembras de baja cuna que no tenían derecho a criar.

Vlodir no quería eso para su vida, no le sería infiel a su compañera, por más que ella fuera una Snaffss furiosa por ser sacada de su planeta. No le importaba si no llegaba a ser compatible con ella y la única forma de procrear sería con los huevos Nio*.

Los aplausos lo sacaron de sus pensamientos y miró a las tres parejas destinadas a procrear ese giro.

Él no fallaría la próxima.

No debía, ni podía.

Sería una deshonra para los Singt y su familia era la más poderosa de Mon. Las bestias que dormían en el interior de su familia eran épicas, feroces y letales. Su Concord estaba furioso, lo sentía retorcerse en su interior, colérico, listo para saltar a la superficie. Sólo el fuerte entrenamiento que le había proporcionado su Yaya le ayudaba a mantenerse en su piel. Si el Concord salía en ese momento, sólo sería más vergüenza para sus progenitores.

Además que estaba inquieto, apenas saliera de la arena tendría que ir a Mimi, para que le proporcionara el antídoto para la fertilidad. Al entrar en la Unión, se hacían pruebas y darían los té para que su sistema reproductor se activará. Hacía varios días que le dolía, pero no podía desperdiciar nada de su semilla.

Fue interesante aprender de eso, la función de su cuerpo. Decían que era placentero la liberación de su semilla, pero él lo dudaba profundamente. Se movió en sus pies cuando su aparato se despertó de nuevo.

Era doloroso.

Si era así cuando no lo tocaba, no quería saber nada de meterlo en algún lugar. Pero ese sería su deber el giro próximo cuando ganará La Unión.

Y estaba listo para el sacrificio...

Continuará...

Huevos Nio:recipiente ovalado dónde se insemina el óvulo de la hembra con el esperma del macho. La fecundación y el crecimiento de feto ocurre allí y el recipiente se rompe cuando el bebé ya está completamente formado.

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