XIV

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LA UNIÓN

Capitulo XIV

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Cuando elijes a tu pareja, buscas a alguien que sea compasivo, amable, trabajador, que pueda aceptar sus errores y esté trabajando en progresar. Alguien que te respete, que te acepte, que tenga metas similares a las tuyas, los mismos valores y que quiera aprender.

§

Mí Compañera

Shina poco a poco fue saliendo de la neblina del sueño.

Manos fuertes y grandes apretaban sus senos mientras una boca caliente y húmeda nadaba sobre su cuello. Su espalda se arqueó por las sensaciones maravillosas y sonrió mientras llevaba su mano hacia atrás para acariciar la cabeza que estaba hundida en la unión de su hombro con su cuello.

Vlodir hizo ruidos desde su garganta, murmullos alentadores mientras frotaba su miembro con el trasero de ella.

Es una bonita forma de despertar, pensó Shina mientras sentía que lentamente se iba excitando con las caricias perezosas de su compañero. Había tenido el mejor descanso en años y tenía una sonrisa pegada a su rostro y ni siquiera habían llegado hasta el final. Shina abrió los ojos cuando Vlodir acarició su estómago, chocando su polla ya dura contra ella de nuevo.

—Buen despertar—, su aliento caliente y su voz ronca golpeó en su oído, provocándole escalofríos de los buenos.

Ella volteó su rostro y rápidamente Vlodir la besó, logrando que Shina se sintiera más despierta.

Con un gruñido, Vlodir cortó el beso al escuchar rasguños en la puerta de la habitación.

—¡Oigan ustedes! ¡Dejen de copular y dennos de comer!

Shina se tapó la boca para reír cuando escuchó la voz de Amina del otro lado, aunque sintió su rostro quemar. Vlodir clavó la mirada en la puerta con el ceño fruncido, para luego bajarla a ella, sonrió con esa sonrisa que lograba que todo su sistema neuronal muriera y le dió un pequeño beso en la frente antes de levantarse. Shina aprecio su cuerpo desnudo, su gran espalda y su trasero musculoso moverse por la habitación. Él no tenía problemas en mostrarle todo, con el gran cuerpo que tenía, le parecería extraño a Shina que los tuvieras.

Lo vió revolver un mueble hasta que sacó unos pantalones. Aún dándole la espalda, se agachó para ponérselos y ella no pudo desviar la mirada. Era el espécimen de macho más perfecto que alguna vez vería, de eso estaba segura. Vlodir se volteó mientras fijaba el pantalón, la mirada de él recorrió su cuerpo acostado, tapado por la sábana arrugada y se sintió la mujer más sexy del mundo al ver el hambre en sus ojos claros. Shina se apoyó sobre el codo para levantarse a medias y corrió su pelo revuelto sobre su hombro, con una sonrisa lo observó acercarse. Los movimientos de Vlodir pausados, letales, era un depredador a punto de cazar a su presa. Apoyando su rodilla en la cama, a un lado de ella, se acercó lo suficiente para que Shina se cayera de espaldas para no chocar caras.

Shina rió mientras estiraba los brazos a su cuello y se volvían a besar lentamente.

—¡Tengo hambre!

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