Paso la tarjeta por la puerta, veo el número 13 en dorado, si, es muy bonito, pero no dedico mi tiempo a mirar la puerta o los detalles de la habitación, sé que debe de estar hermosa, pero solo quiero tirarme en la cama, solo quiero llorar y desahogarme, siento que el nudo en la garganta es cada vez más grande y se está volviendo difícil el respirar.
En la cama, con la cabeza pegada en la almohada para que esta calle mis gritos, solo pienso, pienso en lo roto que tengo el corazón, en lo decepcionada que estoy, en lo que acaba de pasar, en todo lo que a partir de ahora va a cambiar mi vida.
¿Por qué me hicieron esto?
¿Por qué ellos?
Eran parte de mi vida, las tenía ahí, en ese lugar especial en el que están todas las personas que hacen nuestra vida más feliz, más fácil.¿Por qué mi novio y mi mejor amiga me han hecho esto?
Todas las imágenes del video vuelven a mi cabeza como una película a la que le acabara de dar play, lo veo, veo ese beso, esa comida en el restaurante, esas miradas cómplices que nunca fueron evidentes para mí, esos besos en la frente y en las manos, esos gestos de cariño por parte de Helena en la cabeza de mi novio, de Alessandro, que necesidad de hacer eso, me duele el alma, nunca sentí celos de ella, todo lo contrario siempre trabaje para que ellos se conocieran y se llevaran bien, y mientras yo los quería como si de una familia se tratase, ellos se reían de mí en mi cara estando juntos.
Pataleo, lloro, grito, siento mucha rabia.
¿Por qué?
No dejo de preguntarme, solo pienso en la de novios que ha tenido Helena, todos chicos guapos, como ella, jamás tuvimos los mismos gustos y ella siempre ha estado con el chico que ha querido, es muy hermosa, pero esta vez ha estado con el mío, y no ha sido un novio de hace 2 semanas, ha sido mi novio por 1 año y medio y justamente el día de mi boda con todos los invitados delante esperando un video lleno de fotos y recuerdos de Alessandro y de mí, aparece en pantalla una secuencia de fotos de ellos dos, como si de una broma se tratase.Lloro, lloro a más no poder, lloro para que mis lágrimas corran bien lejos, salgan desde lo más profundo de mi ser y queden afuera, libres, para sacar de mi cuerpo todo lo que 1 año y medio atrás pudo estar en él, que mis lágrimas corran bien, tanto hasta que lleguen a esa heladería de Don Botti en la calle principal de Lotteri de aquel martes a las 4 de la tarde.
Era una sensación de ahogo tan grande que estaba a punto de entrar en un ataque de pánico, la situación me supera, quiero respirar pero no puedo, siento el sube y baja de mi pecho pero no puedo respirar, me asfixio, levanto la cabeza, levanto los brazos, pero no puedo, estoy consciente de que si no me calmo solo bastarán segundos para acabar de entrar en un ataque de pánico.
Comienzo a hiperventilar, siento la apretazón en el pecho, como si me estuvieran pegando, como si un camión me aplastase, sé que esto puede acabar mal, los movimientos de mi pecho son cada vez más acelerados.
Me levanto de la cama, corro al baño, me pongo frente al lavabo, abro el grifo y me echo agua en la cara, me miro al espejo y justo en ese instante a punto de empezar la hiperventilación, me paro y trato de aguantar la respiración, una vez leí que eso calmaba los ataque de pánicos y trato de dejar la mente en blanco,( esto no va a funcionar estoy muy agitada), vuelvo a aguantar la respiración por 10 segundos, pero sigue sin funcionar.
Cambio de técnica y decido hacer una inspiración lo bastante larga para luego expulsar el aire de la forma más lenta que mi cuerpo me permite y empiezo a contar, hago una cuenta regresiva a partir del 20 y mientras cuento voy respirando, cada vez con inhalaciones más profundas y exhalaciones más lentas, solo pienso en eso, en contar.
Llego al final de mi conteo, estoy más calmada, mi pecho ya no sube y baja de forma acelerada, no estoy llorando y no siento falta de aire, ahora yo, calmada y con mi sistema respiratorio funcionando correctamente me hablo a mí misma frente al espejo.
-Prometo olvidarte Alessandro Giollacosta y tengo 10 días para ello.
Me queda prohibido llorarte, pensar en ti, incluso mencionarte, queda prohibido que tú arruines mi vida, mi historia y mi felicidad, que tú me hayas hecho daño y me hayas roto el corazón no significa que no vuelva a creer en el amor, llegara, llegara esa persona que no permitirá que mi corazón sangre y cuando esa persona llegue yo tendré mi corazón ya sanado y libre de infidelidades y de traiciones, porque yo, si creo en el amor.
Y con la poca estabilidad emocional que me queda, me tiro en la cama a descansar, necesito una siesta reconstructora.
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10 Días para olvidarte
Lãng mạnComo olvidarte en 10 días si me demoré en encontrarte 20 años. Tenía una vida perfecta, o eso creía, cuando menos me lo esperé mi vida dio un cambio de 180° y empezaron a salir las mentiras. Nunca había tenido tanto sentido la frase: nada es lo que...