El segundo libro de la serie Ascension.
Después de la ascensión de Lexa al Trono de Polis, ahora debe liderar la Coalición de los Trece Clanes en la guerra contra Mount Weather.
Los Hombres de las Montañas ahora son libres de reclamar las tierras de...
La caminata de ocho horas de regreso a Mount Weather se redujo a la mitad después de que tomamos los caballos de dos guerreros Skaikru que patrullaban el bosque. Todo parte del plan.
Cabalgamos hasta la entrada oeste de The Mountain y desmontamos, listos para enfrentar a Cage y lo que quedaba de sus fuerzas después de The Battle For Trikru.
Se concedió acceso cuando las cámaras de seguridad fuera de las puertas alertaron a Cage de nuestra presencia. No fue una recepción amistosa, los guardias de Mount Weather nos llevaron a Cage a punta de pistola. Era un procedimiento estándar mostrar la causalidad cuando los soldados desaparecidos regresaban de la batalla, especialmente los prisioneros de guerra.
Después de que nos registraran en busca de armas ocultas, los guardias nos llevaron directamente a la oficina de Cage. El líder de The Shadow Bloods, parecía menos presumido de lo habitual, su derrota en territorio Trikru claramente lo molestaba.
"Me han dicho que Skaikru te retuvo, que escapaste de Arkadia. ¿Debería preocuparme por tu lealtad?"
Emerson respondió: "No les dijimos nada, señor. Wanheda nos sacó de allí, todavía es una de nosotros".
Cage no se vio convencido. Se acercó y me miró de arriba abajo, "¿Cuándo fue la última vez que tomaste The Red, Reaper?"
Me quedé helada cuando respondí: "Hace cinco horas, frente al teniente Emerson".
Miró a Emerson, quien asintió con la cabeza para confirmar.
Cage retrocedió y suspiró, "Entiendes mi dilema aquí. Ambos están desaparecidos durante días, en manos de mis enemigos y, de repente, lograron encontrar el camino de regreso a La Montaña. La confianza y la lealtad deben ganarse. Dime, Wanheda, ¿dónde está la comandante Lexa?
"La Comandante ahora estará en TonDC, junto con los líderes del Clan y la mayoría de sus fuerzas como se anticipó. Tienes una ventana de veinticuatro horas para lanzar ese misil antes de que se muevan para bloquear La Montaña. Destruye TonDC, mata a la Comandante y para ti Ganaré esta guerra ".
Cage sonrió, "Bienvenida a casa, Wanheda".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su tono de autosatisfacción me hizo estremecer. Por fuera parecía sin emociones, pero por dentro no sentía nada más que desprecio por el hombre que pretendía masacrar a mi gente.
Cage nos había ordenado limpiar e informar a nuestras estaciones mientras se preparaba para lo que sería su devastador ataque contra TonDC. Como precaución, Cage tenía un guardia que me seguía en todo momento. Una situación que fácilmente aproveché.
Me asignaron la tarea de preparar a The Reapers para el ataque a los puestos de avanzada restantes después de que el misil hubiera detonado. De camino a los túneles de la mina, aproveché la oportunidad para matar al guardia, tomar su radio y la tarjeta de acceso y el reloj que llevaba para controlar mi escala de tiempo.
Inmediatamente sintonicé la radio en la frecuencia de Raven y comencé la comunicación para poner fin al régimen de terror de Las Montañas sobre nuestra gente.
"Cuervo, ¿me copias?"
La radio crepitó por un momento, hasta que finalmente escuché su voz de bienvenida, "¡Alto y claro, Griffin!"
El alivio se apoderó de mí, "Es bueno escuchar tu voz, Reyes".
"La tuya también. Skaikru viaja con Lexa y el Rey Roan a La Montaña. Bellamy tiene una radio, la activará una vez que alcancen una distancia segura de Mount Weather. ¿Cuánto tiempo hasta que se lance el misil?" Ella preguntó.
"Cage tiene a su equipo trabajando en sus sistemas ahora. Están cerca, cinco tal vez seis horas como máximo. Me dirijo a eliminar las cámaras de seguridad, luego la niebla ácida. Estaré en silencio hasta que te necesite, no puedo arriesgarme a llamar la atención sobre lo que estamos a punto de hacer. ¡Espera! " Respondí mientras regresaba a la instalación principal.
"Estaré esperando. Cuida tu espalda ahí dentro, Clarke. ¡Cambio y fuera!" Cuervo terminó la comunicación.
Apagué mi radio y la escondí en mi bolsillo antes de moverme hacia la sala de vigilancia.
Mientras pasaba la tarjeta de acceso, la puerta se abrió mucho para sorpresa de los cuatro hombres sentados frente a las pantallas de los monitores. No hubo tiempo para dar la alarma, no hubo tiempo para alcanzar sus armas, se acabó para ellos tan pronto como sus ojos se encontraron con los de Wanheda.
