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Tenzou llega a las siete en punto a su departamento, algo que es agradable y hace que Gai se sienta feliz de que alguien respete la puntualidad y por una vez en la vida use la puerta.

El proceso de recibir a alguien en su nueva condición es un desafío, pero Gai es amante de los desafíos y no podría haberse sentido más motivado.

Hasta ahora había sido cuidado por sus alumnos y sus amigos de forma aleatoria. TenTen fue la más cuidadosa y también la que más lo regañó, buscándolo y regresándolo a casa entre discursos agitados. Kurenai fue dulce al cocinarle las primeras semanas que volvió a su departamento, y Lee ayudó en su limpieza hasta que Gai fue lo suficientemente capaz de arrastrar su silla a un cuarto de la velocidad de lo que lo harían unas piernas.

Así que estaba feliz. Recibir a Tenzou como invitado había sido razón para motivarlo a dar lo mejor de sí mismo, y esperaba que pudiera seguir haciéndolo después de esa charla en particular.

— ¡Lamento hacerte esperar, el pasillo es difícil! — Gai se ríe suavemente, empujándose de vuelta entre las paredes apretadas y la silla de ruedas.

Tenzou no intenta ayudarlo, lo que es un alivio y hace que se sienta respetado y en un ambiente cómodo.

Ya era suficiente con los nervios que sentía en la garganta. Era el primer invitado que tenía en tanto tiempo, y era la primera vez que hablaría de algo tan vergonzoso, y también la primera vez que estaba tratando desesperadamente de entender su sexualidad.

— Está bien, Gai, en realidad fuiste rápido. He esperado dos horas afuera del departamento de Kakashi mientras lo escucho moverse adentro... unos segundos no son nada.

Gai suelta una carcajada con la interesante historia. Él mismo había esperado horas delante de la puerta de Kakashi hasta que decidiera abrir. En su juventud más tierna, incluso esperó días. Era bueno saber que Tenzou compartía más cosas con él de las que en realidad sabían del otro, eso tal vez facilitaría las cosas.

— Mi Rival es una persona realmente peculiar.

— No lo llamaría "peculiar" exactamente, pero está bien si lo crees así, Gai — el hecho de que Tenzou jamás sea grosero es una de las cosas que le gustan de él. No tiene malicia. Sabe respetar las opiniones con una diplomacia que no muchos podían lograr.

Sabía que su problema estaría a salvo en un hombre como él.

Gai carraspea en la cocina, dejando que Tenzou ayude a mover las cosas faltantes a la mesa antes de que puedan sentarse cada uno en un lugar, sin preámbulos innecesarios. Gai había terminado la cena hace una hora y estaba realmente ansioso por esto.

— Deberías poder mudarte pronto — Tenzou murmura entre el primer bocado, mirando alrededor — Es pequeño. Estás siendo imprudente.

Gai no tiene ganas de discutir su habilidad para moverse en su espacio. Su departamento era como su propio cuerpo, lo conocía a la perfección, no veía necesario deslindarse de él solo por algo como su deslizarse en sus ruedas.

— ¡Estoy bien! ¡Estas paredes se mueven conmigo! — su voz hace eco en la casa como una respuesta y se gana una risa de Tenzou, quién niega ante su extraña necedad, pero tampoco la discute.

— Yo mismo he pensado en mudarme, hay buenos espacios al fondo de la aldea después de la reconstrucción del ataque Pain. Además, el área de los Uchiha desapareció y en la remodelación quedó como espacio disponible. Deberías poder mudarte ahí, es mucho más abierto, combina con tu estilo de vida.

No es la primera vez que lo escucha desde que salió del hospital, pero se siente conmovido ante su preocupación sincera.

— ¡Es un lugar hermoso, espero puedas ir ahí pronto! ¡Tomaré tu valiosa opinión en cuenta también!

La cosa más humana de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora