IV

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Domingo Julio 3, 2005


Las siguientes tres semanas Pete siguió yendo diariamente. Por lo general ya estaba esperando en la fila para cuando yo llegaba y pasábamos horas conversando y riendo mientras él esperaba su turno en el carrusel -Que ya no me parecía tan estúpido- e inmediatamente se volvía a formar para continuar charlando. Solo se iba con apuro cuando notaba que el cielo se teñía de anaranjado, los juegos mecánicos encendían las luces neones o cuando uno de sus amigos iba en su búsqueda.

Cuando Frank, Gee y Ray escucharon por primera vez sobre este increíble chico que me hacía desear ir a trabajar, creyeron que estaba mintiendo de no ser porque Bob le dijo que era cierto y porque este tardó tres días en borrarse el mensaje de la palma. Ahora, después de unos cuantos días todos los chicos estaban hartos de mí hablando sobre sus ojos brillantes, tez morena y sonrisa divertida.

-No entiendo por qué no le has pedido su número telefónico, pídele una cita y ya, por favor. Si escucho una sola vez más otro "A Pete... lo que sea" me arrancaré los oídos.

- Vete a la mierda Frank. Como si yo no escuchara a Gerard hablar sobre ti desde hace años o peor aún, como si no los escuchara a los dos cuando te quedas en casa. Así que no fastidies. Lo haré mañana. ¿Okay?

-Mañana es cuatro de Julio... No iremos a trabajar, Mikes.

- Gracias Ray, al parecer eres el único que me tiene consideración... ¿Y todos los demás pensaban decírmelo mañana cuando ya estuviera ahí?

- Todos lo sabemos desde hace días, si no estuvieras enamorado quizá podrías pensar en algo más que en el señor paso todo el día en los juegos mecánicos para coquetear.

- Una más Iero y...

- Oye. ¿No es él?

Bob me detuvo y señaló hacia el callejón donde se encontraba la entrada al escenario del "The Music Box". Todos giramos hacía donde nos apuntaba, un autobús turístico intentaba bloquear la vista, pero definitivamente era él. Sonreí apenas logré vislumbrar su figura saliendo de una van junto al autobus con un bajo en la mano antes de desaparecer a través de la puerta. Su rostro y sus ropas parecían brillar con la verdosa luz del letrero de "EXIT", esos escasos segundos ocurrieron en una cámara lenta donde una parte de mí se recordaba que debía mandar una queja al ayuntamiento por no alumbrar mejor los callejones y la otra intentaba responder las preguntas que mi mente auto formulaba.

- No es un lugar muy reconocido, pero no cualquiera llena un espacio para mil personas... ¿Te lo mencionó?

- No, no lo mencionó... Dijo que hacía música, pero no creí que se refiriera a esto. —De hecho, no creí que se refiriera a nada. Realmente no pensé en nada. No pensé en que pasaría cuando el verano se terminara y el volviera a donde sea que él perteneciera y yo no pasara el día oliendo a palomitas de maíz.

- ¿Bueno y vamos a quedarnos aquí viendo el callejón como imbéciles o vamos a entrar a conocer a Pete amordelavidadeMikey Wentz?

- Entremos para que cierres la boca de una buena vez.

No sé qué esperaba al entrar. Pero definitivamente era un mundo diferente a los sótanos donde solemos presentarnos de vez en cuando. Hablo de una verdadera multitud, en un escenario, un verdadero escenario. Una escenografía con su nombre... Gente deseando escucharlos...

- Ahora entiendo por qué se me hacía conocido...

Bob me sacó de mis pensamientos y me entregó un volante que al parecer había arrancado de una pared.

El Carrusel (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora