VI

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Llegué a casa. Mis padres estaban viendo la televisión en la sala, así que pasamos por el incomodo interrogatorio sobre mi cita hasta que pude desearles buenas noches y huir a mi habitación.

No me había percatado de lo cansado que estaba hasta que me deshice de mi ropa quedando solo con mi ropa interior; me tiré sobre mi cama y me di cuenta que no tenía interés en darme una ducha o sacudir las cobijas. Mis ojos se cerraban mientras recordaba el día. No estoy seguro de que espero o que pasará con Pete después de estas semanas. Solo sé que estoy enamorado y que quiero dormir pensando en cómo Pete y yo nos besamos.

Las manos de él ya no sobre mi ropa, sino directamente tocando mi espalda y acariciando mi cabello; mientras mis labios muerden ligeramente sus caderas y mis labios descubren más allá de ese tatuaje que apenas y he visto a medias en la parte baja de su estómago.

-Mikey...

Escuchando su voz diciendo mi nombre en un susurro. Cómo lo dice entre gemidos y su voz se vuelve áspera.

- ¡Michael James Way!

El agua fría sobre mi rostro me trajo a la realidad. Sentándome de golpe y viendo a mi hermano poner el vaso vacío sobre el escritorio y a Frank viéndome burlón desde la silla junto al computador.

-Eres un cabrón. Estaba teniendo un sueño increíble.

-Sí, podemos imaginarnos eso Mikes... — Frank señala a mi entrepierna y me apresuro a cubrir la erección con las cobijas, aunque ya no tenga ningún sentido. Cubro mi rostro empapado con resignación y acepto la camiseta que me extiende Gerard; seco con ella mi rostro antes de ponérmela y de tomar mis lentes.

- Los odio. ¿Olvidaste que mamá te enseñó a tocar antes de entrar a una habitación?

-Tocamos. Pero estabas haciendo ruidos muy extraños... Creímos que era mejor asegurarnos que no estuvieras muriendo.

-Jodete Gee. ¿Van a decirme que era tan importante para despertarme de esta manera o solo vienen a molestar?

-Tenemos dos noticias. La primera, es tarde para el trabajo. Y la segunda, eres una celebridad.

- ¿De qué mierda hablas Frank?

-Que te vieron con Pete y ahora hay mil teorías sobre ello. La gente puede ser una mierda a veces. Creemos que debes saberlo por si se pone pesado el ambiente durante el día... pero debes prometer que no va a afectarte

- ¿Me estás jodiendo? Solo muéstrame. - Frank me pasó su computadora portátil bajo la mirada nerviosa de Gerard y empecé a leer las entradas de los foros.

"Los vi en la pizzería. Estoy segura que los vi besándose"

"Claro no me sorprende... Se le veía a Wentz"

"Tenía que ser un raro?!?! Que desperdicio es Peter."

"Pero. ¿Quién es él? No parece la gran cosa."

"No lo es"

"¡Tienes razón! He ido a los conciertos de ese perdedor y su hermano que también es un marica. Apestan."

"¿También hace música?"

"Si a eso le puedes llamar música"

"¡Entonces lo está usando!! Pobre Pete. Alguien debe decirle"

"¿Quién usa a quién? No es como que Fall Out Boy se vaya a ir a la mierda porque Pete conoce un lugareño. Solo sé está divirtiendo con él"

"Tienes razón. Igual estoy celosa"

"Quién no."

"Debe hacerlo muy bien si vale la pena pasar tanto tiempo juntos"

"Quizá yo también pueda invitar a Pete a la feria para ver si tengo suerte."

Diez páginas diferentes, pero con los mismos comentarios en cada una de ellas. No había una sola persona que no nos llamara por un insulto o que se burlara de mi o de Gerard o de la banda o de Pete... Frank tomó la computadora de la cama y comenzó a teclear algo más. No me di cuenta cuando Gerard salió, pero estaba volviendo con otro vaso de agua. Lo bebí apenas lo puso en mis manos. Dios mi aspecto seguramente es tan horrible como me siento por dentro.

-Hay algo más.

-¡Más! Me estás jodiendo. ¿Verdad?

-Peter posteó algo MySpace. — Frank me pasó la portátil con más seriedad de la que esperaba.

Tomé un momento para respirar hondo antes de ver la pantalla. Temía lo peor cuando vi que la última entrada había sido anoche poco después de la hora en que nos despedimos.

"Increíble atardecer en New Jersey. Estuve en lo alto de la rueda de la fortuna con mi amigo mway. Amo chocar los cinco. Totalmente de nuevo enamorado. Fui a una pizzería, creo que se llama "nueva esperanza" visítala."

-No todo es malo, Mikey... Aunque te llamó "su amigo".

-Se le llama ser discreto, Frank.

-¿Pueden dejarme solo, por favor?

-Pero Mikey...

-Salgan de mi habitación. ¡Ahora!

Gerard no se movió hasta que Frank básicamente le empujó fuera. Una vez cerraron la puerta tras ellos tomé una almohada y grité toda la frustración que sentía en este momento hasta que las lágrimas comenzaron a correr sin que pudiera evitarlo. Revisé mi teléfono esperando ver una llamada perdida de Pete, un mensaje; pero no había nada en lo absoluto.

Me sentía como un imbécil. Vamos, él era Pete Wentz y mi mejor idea había sido llevarlo a ver el atardecer. Realmente debí haber lucido patético. Era un imbécil por creer que él podía pensar en mí como algo más que una distracción del trabajo. Tanta gente en internet no podía estar equivocada. Yo no soy nadie para alguien con una luz tan brillante.

Mi cabeza daba vueltas y había una verdad aún mayor a mi drama sentimental. Se hacía tarde para el trabajo y yo apestaba.

Una ducha y un cambio de ropa después no hizo gran diferencia en mi estado de ánimo. Traté de acomodar mi cabello bajo la estúpida gorra con el logo de Atlantic City que debía usar y estaba listo para salir antes de que Gerard decidiera irse sin mí. Di un último vistazo a la habitación asegurándome de no dejarme nada. Lo único era la estúpida portátil. La tomé y volví a leer la entrada. Idiota.

La cerré con más fuerza de la debida y la cargué bajo el brazo. Frank y Gerard ya estaban afuera esperándome. Le pasé por la ventana del auto la computadora a Frank y subí al asiento trasero. Gerard me pasó un termo con café sin decir una sola palabra y encendió el motor.

-No quiero oír una palabra sobre Pete Wentz. ¿De acuerdo?

Ninguno de los dos me respondió.

El Carrusel (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora