VIII

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Viernes julio 15, 2005


"10:15" No sé porque sigo esperándolo. Si él quisiera realmente verme, estaría aquí. No entiendo porque sigo creyendo que esto podría funcionar. Bueno, pero fue él quien pidió verme...

"10:59" Un minuto más. Es todo lo que esperaré.

-¿Tú crees que es una pérdida de tiempo? —El ganso que ha estado haciéndome compañía me ve fijamente antes de elevar el vuelo y perderse en el cielo. — Supongo que tú también me dejas...

-Hey. Yo no me he ido.

-Aún... Llegas una hora tarde...

-Lo siento, la sesión terminó más tarde de lo que esperaba. — Un chico me sonríe y saluda con un movimiento de cabeza después de palmear la espalda de Pete. Sacó un cigarrillo y se sentó lo suficientemente lejos para no escucharnos, pero aún cerca para llegar en un suspiro. Es demasiado alto y estoy convencido de que fácilmente podría cargar a Pete sin ningún problema. No parece una mala persona ni siquiera tiene un rostro serio, al contrario; pero de igual forma no puedo dejar de mirarle. -Es Charlie. Somos amigos desde hace mucho, desde antes de todo, es parte de nuestro equipo... Pero no conseguí que los chicos se quedaran tranquilos a menos que alguien me acompañara.

-¿Crees que corres peligro conmigo?

-Mikeyway... Estoy seguro que tú no matarías a una mosca. Y puedo defenderme perfectamente yo solo, aunque no lo creas. Pero la gente puede ser demente.

-Oh, creo que lo he notado. En la última semana sentí que volví a la secundaria.

-Lamento eso.

Me encogí de hombros y me recargué junto a la cerca de madera viendo en dirección al estanque, dándole la espalda al sol y al sitio donde nos sentamos la primera y última vez que estuvimos ahí.

-Tú me dijiste que querías verme. Dime por qué.

- ¿Necesito una razón en especial? Creí que estábamos saliendo.

- ¿Lo estamos? No te apareces en la feria en días, ni siquiera me llamas o envías un mensaje. Y de pronto ayer comienzas a llenar mi buzón y a llamarme porque dices que te urge verme. Llegas tarde y no dices nada.

-Bueno, tú pareces tener mucho que decir.

-Yo no firme nada, Peter.

-Explícate.

-Bien. Cuando yo te conocí, no venía incluido el guardaespaldas, ni el acoso de tus fans a los que no les aclaras quién es el lugareño con el que te paseas, ni que volvieran a insultarme a mí y a mi hermano por las calles porque ahora no solo en casa o en Jersey saben que soy gay, lo sabe todo el país. No venía incluido que yo sintiera que pasar el cuatro de julio viendo el atardecer y los fuegos artificiales fue algo patético... — Mi voz comenzaba a romperse, pero aún no había terminado y definitivamente no iba dejar que viera que lloraba por él. — Ni que me hicieras sentir que soy solo algo que estás usando. No firmé para tener que soportar eso junto a una semana de tu silencio para que luego me llames y me digas que estás enamorado de mí.

- ¿Es demasiado para ti?

-Es demasiado si no me hablas durante una semana. Solo quiero que me hables claro. ¿Soy una distracción mientras acaba el verano?

-No. No lo eres. Mikey, en serio hablaba en serio cuando dije que estoy enamorado.

-Nadie se enamora en un mes, Pete.

-Claro que sí.

-Solo salimos una vez.

-Llevamos semanas conociéndonos. Además, fue una cita increíble. Tú lo dijiste.

El Carrusel (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora