El Carrusel (Terminada)

XI (Primer epílogo)

Martes Julio 4, 2006

-¿Cuándo fue la última vez que hablaste con él?

-El viernes. Hicieron el cierre de la gira en Chicago el fin de semana, Pete dijo que seguramente dormiría toda la semana.

-Es lógico. Si a nosotros nos agotó dar 61 conciertos no imagino como estarán ellos con casi 250.

-Sí, supongo.

-Hey, no estés triste. Quizá se reúnan otro día.

-Si bueno, supongo que tienes razón. Es solo que ahora que tenemos la gira de Three Cheers en dos semanas y no volveremos a casa en mucho tiempo.

-Animo Mikes, iré con Frank. ¿Quieres venir?

-Paso de ser tu chaperón Gee. Además, Dave dijo que trajo más de mis Kitkats iré a Atlantic City a recogerlos.

-Bien, solo no regreses muy tarde. Mamá y papá no están tan felices desde que supieron que dejaste la universidad por ser una estrella de rock.

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Caminar por el malecón de Atlantic City jamás se había sentido tan abrumador. Cada lugar al que miraba me recordaba lo que viví hace 365 con él así que llegué a la tienda con la cabeza agachada para encontrarme con que estaba cerrado por ser día feriado. Recargué mi cabeza en el vidrió del aparador con completa resignación.

-No puede ser... Estúpido cuatro de julio

-Oye. Eso no es muy patriótico de tu parte.

Me giré para encontrar a la última persona que creí ver. Tardé un segundo en reaccionar para lanzarme a sus brazos. -Pete! ¿En verdad estás aquí? ¿Qué haces aquí?

-Tenemos una cita. ¿Lo olvidaste?

-Claro que no, es solo que creí que no vendrías.

-Te dije que siempre cumplo lo que prometo.

En verdad estaba ahí, realmente estaba conmigo. Volví a besarlo una vez más. -No puedo creer que estés aquí.

-No es la última sorpresa.

-No necesito más, estás aquí.

-Vamos, no te hagas del rogar, Mikeyway

Resultó que aún entre conciertos, tuvo el suficiente tiempo para buscar información sobre como el faro de Rhode Island es el más alto de Nueva Jersey. Llegamos ahí, pero me detuve a señalarle el letrero de la entrada. Había cerrado a las 3:30...eso había sido hace cuatro horas.

-No podemos subir, está cerrado.

-Cuando quiero algo soy muy insistente. ¿Sabías?

Sonrió y tocó la puerta del lugar. Aparentemente también tuvo tiempo suficiente para ponerse de acuerdo con el encargado para lograr un favor en especial. Jamás creí que subir 228 escalones me hiciera tan feliz. El sol volvía a ser dorado y violeta al momento que llegamos al punto más alto. Nos recargamos en la barandilla a la vista del mar con su mejilla en mi rostro y su mano en mi cintura. El sol se ocultó con el paso de los minutos y el cielo se volvió a iluminar como la última vez que estuvimos en las alturas.

-De verdad lo cumpliste. Viniste hasta aquí para ver el atardecer y los fuegos artificiales conmigo.

-Te extrañé mucho. Fue la vuelta al sol más larga de toda mi vida.

-Será la vuelta de carrusel.

-No lo has olvidado.

-No olvidaría un solo detalle de ti, Pete...

-Mikey. ¿Quieres seguir en este carrusel? Ya sabes, soportando la distancia, los rumores, los foros y toda esa mierda. ¿Por estos segundos viendo el atardecer juntos?

-Eres la única persona con quien quiero pasar todo eso.

-Me alegra oírlo, porque yo también.