FELIZ CUMPLEAÑOS

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Al norte de Gales existe un pequeño pueblo llamado Betw-y-Coed. Un lugar con predios, bosques, senderos y paisajes montañosos. La pequeña comunidad que reside en ese territorio siempre fue caracterizada como una de las más caritativas y serviciales, excepto el último día del décimo mes de cada año. Para muchos países del mundo, celebrar Halloween es considerado como una festividad divertida, sin embargo, este pueblo opinaba lo contrario. Llegada la fecha todos se unían como un culto en la plaza central frente a la iglesia, vistiendo túnicas negras y sosteniendo pequeñas velas encendidas hasta dejar que la cera caliente les quemaran los dedos. El propósito era esperar a la última campanada de medianoche porque las creencias decían que traerán prosperidad económica y espiritual a la comunidad. Pero había reglas y condiciones que se tenían que cumplir estrictamente.

Desde el inicio del treinta y uno de octubre estaba totalmente prohibido emitir palabra alguna, era imperativo estar en absoluto silencio hasta la campanada de medianoche. Si alguna persona rompía la regla sería una desgracia para la comunidad. Las familias no podían conversar dentro de la misma casa. Los profesores se limitaban a escribir en la pizarra tanto como los alumnos en sus cuadernos. Las mascotas eran guardadas en los sótanos o amordazadas por los dueños y la peor parte eran los hospitales, si ocurría un accidente los pacientes se esforzaban lo suficiente para que sus garganta no liberaran alaridos de dolor. 

El luto del pueblo también se debía a escalofriantes acontecimientos ocurridos en siglos pasados. Conmemoraban y daban sus respetos a los sietes desaparecidos. Fuertes guerreros que lucharon para independizar el pueblo y desaparecieron tras conseguir la victoria. Algunos ancianos dicen que la misma tierra se los tragó como un sacrificio, otros que fueron asesinados cruelmente por una emboscada del enemigo durante el regreso a casa. A pesar de ello, fueron proclamados como héroes, porque sin su lucha muchas familias no hubieran tenido la  posibilidad de tener un hogar para vivir en armonía.

En Halloween los turistas tenían prohibida la entrada al pueblo. Está orden fue emitida por la propia alcaldía después de que transcurrieran tales accidentes como ataques de animales salvajes o misteriosas desapariciones. Por esta razón muchos de los habitantes creían que el pueblo estaba maldito, y tenían que ser precavidos para no tener que justificar desgracias ajenas a la policía. Muchos periodistas grabaron las raras costumbres del pueblo mediante documentales o reportajes al aire libre, más ninguno se atrevía a realizar entrevistas a los habitantes por miedo. Pero seguían existiendo rumores y teorías disparatadas que alimentaban el morbo del público extranjero.

En cierto modo, toda esa historia jamás despertó el interés de Eileen. Cuando era niña sus difuntos padres le relataban todas las leyendas nocturnas pero fracasaron. Eileen aborrecía fingir ser parte de la festividad del último día de octubre, y para colmo no se le ocurrió mejor cosa que nacer el mismo día que la conmemoración. Cuando se avecinaba la fecha evitaba pensar en el infierno que debió pasar su madre al tener que sufrir contracciones y dolores de parto en absoluto silencio.

Los padres de Eileen sufrieron un fatal accidente en la carretera del pueblo cuando ella apenas tenía siete años. Siendo la única sobreviviente tuvo que ser criada por su adorada abuela, el único familiar que le quedaba y quien dedicaba la ayor parte de su tiempo a brindarle el cariño que necesitaba. 

Curiosamente, Eileen amaba romper las reglas así que esa noche reunió a su grupo de amigas en su casa e incumplió el voto de silencio con susurros cautelosos para que su abuela no la regañara.

—Tengo una idea —el susurro de Ailish endulzó los oídos de Eileen—. Después de la medianoche algunos bares estarán abiertos, podemos festejar tu cumpleaños y volver antes del amanecer.

†VAMPIRE BLOOD†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora