III

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Pasaron las horas y el toque de queda se iba acercando, así que decidieron dividirse e irse cada uno hacia su casa.
-Estaba buena!-soltaba Carlos.
-Pero qué dices! Era una guarra!-respondía Andrea-no tardó ni diez minutos en liarse con él, y le acababa de conocer. Menuda guarra...
Carlos y Andrea discutían acerca del ligue que se había hechado Mike durante la cena, Abby simplemente oía y asentía. Le habría gustado irse con Becca, pero sus casas estaban en direcciones opuestas y habría supuesto un alargamiento de la hora de 'toque de queda' que no le habría venido nada bien.
Abby siempre volvía junto con Carlos y Andrea, Becca se iba con Mike y David siempre acompañaba a Valeria de vuelta y no se iba hasta que comprobaba que había entrado a salvo en su casa.
-Y tú qué piensas, Abby?
La voz de Carlos penetró en la cabeza de Abby como una bala. Andaba distraída.
-Emm... No sé. De qué estamos hablando?-preguntó Abby tratando de disimular.
-Tú te liarías con un tio al que acabas de conocer hace diez minutos?-soltó Andrea sin rodeos.
-Esto... Yo no... No me gusta...-Abby no sabía qué responder, sabía que la respuesta a esa pregunta era un NO como una catedral. Pero la pregunta le había pillado por sorpresa.
-Claro que no! No es una guarra. Una guarra lo haría. Pero Abby no es una guarra, nuestra Abby no, verdad?-respondió Carlos en su lugar, revolviéndole el pelo a Abby.
-No, no lo soy.-Abby no sabía ni cómo había entrado en esa extraña conversación, trató de distanciarse puesto que no estaba de muy buen humor, pero Andrea se lo impidió.
-En qué piensas, morena?
Andrea era muy observadora, se fijaba mucho en las cosas, sabía cómo se sentía alguien simplemente por su mirada o su forma de hablar.
-Nada, nada. No es nada.
A Abby empezaba a ponerle nerviosa esa situación, no sabía cómo escapar de aquel interrogatorio.
-Ni nada ni mierdas! A ti te pasa algo que yo lo sé.
Andrea empezaba a ponerse pesada con tantas preguntas, pero así era ella, incapaz de pasar por alto que sus amigos no estuvieran bien
-Dejadlo, por favor... No quiero hablar de ello.
-Está bien, morenita, pero si tienes problemas no dudes en decirlo, vale? Aquí para lo que sea.
Andrea le dio a Abby una palmadita cariñosa a la vez a la que le guiñaba el ojo, mientras Carlos se permanecía al margen, sin saber muy bien qué decir.
-Habla por los dos eh, aquí para lo que sea, Abby.-dijo Carlos como siguiendo la corriente.
Carlos era un chico de estatura media, la misma que Andrea, con el pelo oscuro y los ojos verdes, era guapete. Sacaba notazas, pero en cuestiones de amistad o amor... Nunca sabía muy bien qué decir. Se limitaba a sonreir con una tímida sonrisa.
-Muchas gracias chicos, lo mismo os digo.-respondió Abby con una sonrisa triste-me tengo que ir, os veo mañana a las doce y media, vale? Adiós.
Se dieron dos besos y Abby se desvió del camino para llegar hasta su casa. Estuvo aguantando hasta que llegó a su edificio. Una vez dentro de su casa, comprobó que no había nadie y comenzó a llorar silenciosamente mientras que, com un cúter y el botiquín a su lado, comenzaba a rajarse el brazo como cada vez que se encontraba sola en su casa.

31 días para enamorarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora