V

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-No te cansas de llevarme a caballito?
David no la había bajado de su espalda desde que salieron del metro para ir a casa de Val. A Val le encantaba que la tratara así, de forma especial. Le gustaba mucho que la acompañara a casa, él la hacía sentir segura.
-Yo de ti nunca me canso, Val. Además no pesas nada! Eres una enana peso-pluma.
-Enana? Yo? JÁ. Te recuerdo que soy dos meses mayor que tú, champion.
-Pero aún así eres una enana.
-No me llames así! No soy una enana!
-Tienes razón, eres MÍ enana.
A Valeria le encantaba que la picara así, siempre lo hacía, la llamaba de todo: fea, enana, canija, cortita... Y cuando se enfadaba(que pocas veces lo hacía) la hacía una sesión de cosquillas en la cintura, su punto fuerte, y un buen abrazo.
-Veeeenga vaaale. Pero bájame ya que te vas a romper la espalda, grandullón!
-Eso está hecho.-respondió él con cierto aire pícaro.
De repente, David la solto de manera que se habría pegado un cabezazo en el suelo de no ser porque rápidamente se dio la vuelta y la cogió de la cintura, provocándola un repentino ataque de cosquillas.
-Qué haces! Casi me caigo!
-No, lo tenía controlado, yo nunca te dejaría caer y lo sabes.
-Tienes mucha razón, te quiero feo!
En ese momento, Valeria se abalanzó sobre David y le dio un fuerte y sonoro beso en la mejilla.
-Me gustan tus besos babosos-sonoros.-soltó David tratando de picarla.
-Qué dices! De babosos nada! Yo no babeo!-dijo Valeria, haciendo como que se enfadaba, pero con una sonrisa de oreja a oreja.
-Bueno vale, no te enfades anda.-respondió David, acercándose hacia su cintura para hacerla unas mortales coquillas.
-Sí que me enfado, y no puedes hacer nada para evitarlo!-dijo Valeria tratando de aguantar la risa.
-Ah, no? Y si te mato a cosquillas?
David se acercaba a la cintura de Valeria dispuesto a hacer que se riera como nunca lo había hecho. Sus cuerpos estaban muy juntos, se podían sentir el uno al otro.
-Y si mejor me matas a besos?
En ese momento, David levantó a Valeria de modo que se quedó sentada en sus brazos, con las piernas rodeándole.
Se dieron un beso, un bonito beso que siguió con otro y con otro.

31 días para enamorarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora