SIETE

20 5 1
                                    

No puedo creerlo. ¿Cómo se le ocurre a mi madre enviarme a una fiesta con Rain? ¡Está mal! Rayos. ¿Y él aceptó? ¡Ni siquiera le agrado! Bufé con molestia, cruzándome de brazos. Esto es increíble. Miré a Rain a los ojos y me arrepentí de hacerlo, una tonta sonrisa arrogante inundando su rostro.

—Mamá, puedo cuidarme sola. No es necesario que Rain vaya.—insistí, tratando de sonreír con dulzura.

—Él también puede ir a fiestas, es joven y guapo, así podrá conseguir a una chica y acompañarte, ambos ganan.—se encogió de hombros, luciendo confiada.

Cerré los ojos por un momento, ¿Buscar a una chica? Alisson cruzó por mi mente, oh vaya, ¡Ni pensarlo! Ellos no pueden estar juntos, no. Ella está loca y él... Bueno, él es muy lindo para ella. Lo miré nuevamente y sentí como mis mejillas se calentaban, lucía muy guapo, parecía un chico popular, de alguna revista. De todas maneras, no dejaré que se vaya con ella, es por su bien.

—Está bien, nos vamos. Te quiero mamá.—sonreí con alegría dándole un fuerte abrazo.

Ella lo correspondió con fuerza y depósito un beso cálido en mi frente. Me di la vuelta y abrí la puerta notando como mi madre abrazaba a Rain y le susurraba algo al oído, oh cómplices. Arrugué las cejas e hice un puchero, realmente puedo cuidarme sola. Rain se tensó y fingió una de sus tantas sonrisas. Se despidió y cerró la puerta detrás de sí.

Me quedé observándolo, pérdida en su casi imperceptible lunar. ¿Por qué me importa tanto Rain? Es solo un chico arisco que me odia. ¿Qué tiene eso de lindo? ¿Por qué insisto en agradarle? Supongo que no puedo evitarlo. Me mordí los labios, curiosa, tratando de saberlo todo hasta que su mirada se cruzó con la mía, fría y helada como siempre.

—Vaya, me estás comiendo con la mirada.—comentó, con un atisbo de sonrisa.

Abrí los ojos sorprendida y alarmada, ¡Claro que no! Mi corazón se aceleró y desvíe la mirada, ¡Idiota! No hacía eso... Tapé mis mejillas acaloradas y comencé a caminar, tratando de ignorar el hecho de que un calor inunda todo mi cuerpo, que vergüenza y más si escucho su risa burlona de fondo.

—Vamos, no tienes nada de que avergonzarte. No es fácil estar frente a alguien tan hermoso como yo, lo entiendo.—asintió varias veces dándome "ánimos". Idiota.

Hice un puchero con mis labios y me acerqué hasta quedar frente a él. Su sonrisa se borró y fue reemplazada por una fina línea, parecía tenso. Siempre lo hace cada vez que me acerco mucho a él, ¿Tan malo es que esté cerca? Vaya, me odia en serio. Sonreí ante el pensamiento, ¡No por mucho! Haré que sea todo lo contrario.

—Tienes razón, te ves muy lindo ésta noche.—confesé, sin despegar mi mirada.

Sonreí abiertamente, notando como él fruncía el ceño, confundido, apartó su mirada y se quedó en silencio, es extraño, no entiendo que pasa por su mente pero por lo menos, logré que dejara de ser un idiota. Asentí victoriosa mientras sentía mi teléfono vibrar.

Lo saqué del bolso y era un mensaje de Kiara. Pasará por mi dentro de cinco minutos. Todo bien. Me di la vuelta y encontré a un perdido Rain. Quisiera saber sus pensamientos, oh misterioso.

—Ya mi amiga pasará por nosotros.—avisé, tratando de llamar su atención pero fue en vano, me ignoró.

—¿Qué tienes? ¿Te sientes bien?

Me acerqué con preocupación pero él dió un paso atrás, evitandome. Tragué saliva, mientras un nudo empezaba a formarse en mi estómago. No lo entiendo pero no me gusta que haga eso. Di otro paso y repitió el mismo movimiento. Apreté mis manos en puños y me mordí los labios, con fuerza; sin entender que me pasaba. Odio sentirme así, ¡No quiero sentirme triste! Traté de sonreír aunque solo salió una mueca.

Summer y RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora