Pestañeé varias veces consecutivas, profundamente confundida. Recuerdos de la noche anterior pasaron por mi mente haciéndome soltar un quejido. Me duele la cabeza. Cerré los ojos, recordando como lo lancé a la cama, la manera tan extraña en la que me sentía, cómo él trató de alejarme, mis labios sobre los suyos. Abrí la boca y arrugué las cejas, impresionada, sin poder creerlo. Cómo lo mordí... ¡Espera! ¿Incluso lo mordí? ¡Perdí la razón! Esto no puede ser posible.
Lo peor de todo, es que mis mejillas arden y mi cuerpo parece embriagado de un intenso calor, me sofoca. Abrí los ojos con lentitud, luego de recordar todas las tonterías que hice y me llené aún más de vergüenza al ver como Rain me analiza. Sus ojos escudriñando mi rostro, buscando algo, ¡Vergüenza! ¡Pena! ¡Ganas de esconderme debajo de la tierra! Eso es lo que hallarás. Su cercanía confunde aún más mis sentidos, el olor que emana es suave, y absurdamente varonil.
Rayos, estoy enloqueciendo. Hice un pequeño puchero de labios, sosteniendo su mirada. Él se ha mantenido estático, esperando algo, ¿Qué cosa? ¡Me estoy muriendo aquí, sabes! Respiré hondo y me acerqué un poco más, debo admitir que quiero repetir ese momento, la sensación que experimenté es algo que está grabado en cada uno de mis sentidos. Apoyé mis manos en sus hombros mientras me acercaba lentamente, no obstante, su expresión me detuvo.
Su sonrisa irónica y cejas arqueadas, me hizo sentir como una tonta. ¿Qué estás haciendo, Summer? ¡Reacciona! Permanecí inmóvil, mi corazón acelerado aumentaba cada vez más y los escalofríos recorriendo mi cuerpo entero.
—Ya recordaste, por lo que veo.—afirmó, rompiendo el silencio. Se alejó lentamente de mí, reduciendo la cercanía que había entre nosotros y agregó:—¿Tanto quieres repetir?
La arrogancia marcada en su voz, la burla que desprende, sigue haciéndome sentir como una idiota. Respiré hondo y cerré los ojos con fuerza, es que, ¡Me encantó! ¿Cómo puedo negar algo que en realidad, quiero hacer? ¿Por qué está mal que me haya gustado el contacto? No creo que sea así.
—Sí, quisiera repetir.
Rayos, Summer, en serio no puedes callarte. Me regañó una voz en mi mente. La ignoré, mordiendo ligeramente mi labio inferior con inquietud. Rain abrió los ojos de par en par y ladeó la cabeza confundido. Parece impactado por mi afirmación, lo dejé totalmente desprevenido. El ruido de la puerta abriendose abruptamente llamó mi atención, alguien llegó. Volví a mirar al dueño de mis imprudencias y lo encontré observandome fijamente, su expresión seria y ajena, me incómoda.
Abrí la boca para decir algo pero unas voces me interrumpieron, se acercan cada vez más. Unos pasos apresurados y risas, ¿Qué sucede? En cuestión de segundos, mi madre entra a la cocina, acompañada por mi tía Ana, ¡Tanto tiempo sin verla! La alegría se apoderó de mí, por lo que, me apresuré a envolverla entre mis brazos. Ella me correspondió, acariciando suavemente mi cabeza como si de un cachorro se tratase.
—Mi pequeña Summer, mi rayo de sol.—comenzó a decir, con una voz tierna.
—Tía Ana. Te extrañé.—la interrumpí, sonriendo ampliamente.
Ella me soltó y se quedó mirándome, detallando mi aspecto minuciosamente. Bueno, comienzo a sentirme incomoda. Cuando pensé que me perforaría su mirada, se centró en la persona que estaba detrás de mí.
—¿Quién es él?—lo señaló con su dedo índice.
—Es un empleado de Matt desde hace mucho tiempo, es un buen chico. Se quedará con nosotros por un tiempo.—explicó mi madre, orgullosa al hablar de él.
Eh, me pongo celosa. El susodicho se acercó hasta quedar frente a la señora y extendió su mano.
—Soy Rain Growney, un gusto conocerle.
ESTÁS LEYENDO
Summer y Rain
Romance¿Podrían dos personas ser tan diferentes que incluso sus nombres son opuestos? Summer está acostumbrada a ser amigable, una mezcla de alegría y curiosidad, sumergida en una burbuja de inocencia e ingenuidad, donde no hay límites, donde trata de hu...