[★Capítulo 6★]

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Bajo tus estrellas

Capítulo 6

CHARLOTTE

—¿Aún te acuerdas de mi poema Charlotte?

Seguía sin contestarle, necesitaba irme de esta e irme a mi clase de Bioquímica antes que sea mi segunda clase sin asistir. Además, ¿Por qué después de años sin hablarme viene ahora?

Él estaba en derecho de dejar de hablarme, pero una explicación hubiera sido justo para mí. Muchas veces le escribí, me acerqué a él y él se alejaba, ya no salíamos, no hablábamos ni una mirada... nada.

Me canse de luchar y de seguir insistiendo. Antes pensaba: "Si él quería hablarme, sabía dónde encontrarme".

¿Saben qué? Jamás pasó, jamás se acercó, jamás volvió a hablarme después de que él se haya alejado...hasta ahora.

El me alejo de su lado y aunque yo no quería hacerlo, tuve que hacerlo porque a mi corta edad (13 años, o menos) había comprendido que antes de todo y todos estoy yo, mi dignidad y el amor que por mí misma tengo. Y no debía andarle rogando o acercarme a nadie para que a mi lado este.

Después de todo, nosotros no necesitamos ser dependientes de personas pasajeras en nuestra vida. Porque algunas se quedarán contigo y será así por un buen lapso de tiempo...otras se irán pero sin darse cuenta te dejan algo: La lección de que nadie, absolutamente nadie, te será eterno a tu lado.

"Todos necesitamos dosis de sufrimiento de dolor, tristeza, cierta soledad, para crecer."

Si caes, debes levantarte. Si sangras, debes detener la hemorragia.

Si has sido lastimada, debes aceptar el tiempo en el que te llevé cicatrizar y superar el dolor.

Es por lo que pienso caerme rendida ante esos lindos ojos, y todo lo de él. Todo.

Recordando mi sufrimiento, las noches en las que me quedé frente a mi ventana esperando verlo, las tardes que me quedé afuera de su casa esperando a que saliera, los días tristes en los que esperaba un abrazo de él para 'recuperar fuerzas'

En aquel entonces, se sintió horrible extrañar tan fuerte a alguien que estaba a metros de ti. No quería extrañarlo de esa manera, pero lo necesité...y todo eso me permitió la llegada de muchos flashbacks de mi yo del pasado.

Estos me permitieron encontrar el coraje para decir: —¿Un poema? ¡Qué extraño! No recuerdo eso.

—¿No? —volvió a preguntar.

—No —contesté.

—¿Entonces en qué pensabas? —preguntó—, parecías estar recordando.

Silencio. —Te veías tan ¿feliz?, recordando lo que sé que estabas recordando.

—Tenías los ojos cerrados, una sonrisa en tus labios y parece que lo recordabas muy bien, porque llevo tiempo observándote —hace una breve pausa— así que, ¿en qué pensabas?

—¿Hace cuánto tiempo estabas aquí?

—Lo suficiente. Así que, ¿en qué pensabas? o —una pausa— ¿en quién?

—Eso a ti no te importa.

—¿Por qué no? Imagina, que tengo curiosidad, una muy fuerte, por saber si lo que estabas recordando es lo mismo que yo.

—Estaba pensando en mi novio. —No sé lo que dije, pero parece que se lo creyó cuando observé en cámara lenta como su sonrisa se había esfumado. Y lo mejor de todo, supe como decirle una mentira y él cayó en ella.

Bajo Tus Estrellas [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora