CRISTAL: Operación diamante

Capítulo 17

—¿Podemos hablar ahora del fracaso que fue esta misión? —preguntó Simon estirando en las barras de la sala de entrenamiento.

—No fue tan mala —respondió Hallie sentada en el suelo cerca de él con un aire de relajación y autosatisfacción —Creo que en perspectiva salió algo bueno de todo.

Nathan quien había estado recargado en la pared pensativo y silencioso desde la noche anterior, miró a Hallie con una ceja enarcada —Alguien está inusualmente positiva.

Simon dio un salto al suelo desde las barras y se paseó frente a Hallie —Porque mató el discurso de Marcus dientes perfectos Kingsley ayer. Digo nadie escuchó el discurso de Marcus porque estábamos muy concentrados en Nathan, pero no escuché tantos aplausos con él.

—Pues yo puse atención a todo y no fue la gran cosa —asintió la rubia orgullosa mientras se ponía de pie —Además lo digo en serio. Tal vez no lograste nada en la oficina —dijo ella señalando a Nathan —Pero Riley prácticamente se hizo amigo de Luther Atwood por eso y ya es un acceso. Además, Simon se acercó más al profesor ruso que Noel en toda la semana. Y bueno… escuché rumores.

—¿Rumores? —preguntó Nathan medio molesto.

—De Noel y Julia.

Simon, quien había caminado de vuelta a las barras se detuvo de golpe antes de colgarse, para darse la vuelta y mirar a Hallie —¿Qué con ellos?

Esta se encogió de hombros —Dicen que los vieron besarse. Digo. Si es verdad no creo que le haya ido mal.

Hubo un silencio incómodo en la sala cuando de pronto unas risas se escucharon a lo lejos. Riley y Ella venían entrando chocando el uno con el otro con un par de grandes sonrisas que no levantaron mucho más el animo del lugar, mucho menos cuando Nathan les habló molesto.

—¿Dónde estaban?

El tono demandante hizo a Ella mirarlo extrañada —Cambiándonos.

—¿Juntos? —preguntó Nathan sin perder el tono condescendiente, a lo que Riley se plantó evidentemente molesto frente a él.

—No veo por qué debería molestarte eso, pero no. ¿Cuál es el problema?

—Que llegan tarde —refutó Nathan encarando de la misma manera a Riley —No me importa si estaban juntos o no en los vestidores, pero si sus juegos van a causar fallas en la rutina deberían reconsiderar si es oportuno que estén juntos.

—¿Están juntos? —preguntó Hallie desconcertada.

—No —respondió Riley sin dejar de ver a Nathan hasta que sintió la mirada de Ella sobre él y Simon se alejó haciendo un ruido de dolor —Me refiero a que lo que hagamos entre nosotros no un problema del equipo, y por supuesto no es un problema tuyo.

—El equipo es mío —respondió Nathan con firmeza.

—¿Disculpa? —exclamó Hallie cruzándose de brazos —¿Tuyo?

—Yo lo dirijo Geller —explicó Nathan girando los ojos —Es mi responsabilidad que todo marche bien.

—Bueno y qué buen trabajo hiciste ayer.

Nathan estaba a punto de entrar en discusión con Hallie cuando Ella decidió intervenir —Ok, basta. No hay necesidad de todo esto. Nathan, no es para tanto.

—Con que no lleguen tarde.

—¿Cuál es tu problema con la hora? —preguntó Simon sin mucho énfasis tirado en el suelo con los brazos cruzados y la mirada en el techo —Noel ni siquiera ha llegado.

—Si él hubiera llegado igual hubieran llegado tarde —recalcó Nathan —Ese es el punto.

—No, el punto es que estás molesto porque casi te atrapan ayer —recalcó Hallie habiendo perdido todo el buen humor con el que había llegado —Y solo quieres desquitarte fingiendo que tienes algo bajo control.

Noel escuchó las voces cada vez más fuertes mientras se iba acercando a la sala, para que al asomarse efectivamente tuviera una escena de todo el equipo discutiendo a todo pulmón. No estaba muy seguro de quien estaba discutiendo con quién ni exactamente sobre qué era el tema, pero era lo suficientemente intenso para que ninguno notara cuando este se acercó.

—Chicos… —trató de alzar su voz por encima de los gritos, pero estos lo ignoraron, a lo que decidió gritar con fuerza —¡Chicos!

Evidentemente no esperaba que todos voltearan hacia él y le gritaran con enojo combinado y unísono —LLEGAS TARDE.

Noel parpadeó desconcertado sin estar muy seguro de cómo reaccionar —Lo siento… estaba hablando con Julian.

Ante el exabrupto, el resto pareció sentirse avergonzado y trataron de dispersarse para aliviar la tensión. A lo que Nathan decidió retomar el control con más tranquilidad.

—Hablabas con Julian… ¿sobre?

Noel, evidentemente entrenado para prevenir daños, no pareció querer tentar la tensión y retrocedió unos pasos lejos de ellos mientras explicaba —Tenía que detallar el reporte de la misión de ayer, que fue bastante exitoso para todos. Lamento no haber estado muy presente con ustedes.

—Bueno —suspiró Simon sentado en el suelo —Prioridades, ¿no?

Noel miró extrañado a Simon un momento antes de asentir y proseguir —Creo que todos lo hicieron muy bien anoche. En todos los aspectos. Siguieron el plan a la perfección, y resolvieron un momento de crisis. Obtuvieron resultados, y parece que… pudieron haberse divertido así que… deberían felicitarse.

Hubo otro momento de silencio incómodo que se extendió lo suficiente como para que Noel comprendiera que eso no iba a pasar, así que trató de volver a intervenir —Bien… por otra parte. Julia me invitó a la fiesta de los 13.

—Oh —exclamó Simon con un tono medio sarcástico —Felicidades.

—Necesitaré un equipo para que me acompañe.

—¿Te invitó con escolta? —preguntó Simon simplemente tratando de divertirse a sí mismo, pero sin darse cuenta que comenzaba a inquietar a Noel.

Este lo miró uno segundos antes de volver la vista a Nathan —Necesito que mientras yo esté adentro otros estén en cubierto desde afuera. Muchos llamarían la atención, así que con 3 de ustedes debería bastar.

Nathan asintió lentamente —¿Asumo que tienes pensado quiénes?

—Tú —asintió Noel —Riley y Hallie.

—Ah, que bien —suspiró Simon acostándose en el suelo recargándose en sus codos —Un equipo estrella.

Nathan no se veía muy contento al respecto, pero era evidente que trataba de mantener la compostura y asintió con un suspiro.

—Hay que planearlo entonces. ¿Comenzamos a entrenar?

A lo que Noel asintió, y pasaron el resto de la tarde dedicándose a ello, sin decir absolutamente nada más.