Capítulo 8

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El día, aunque al principio hubiera parecido que sería todo lo contrario, terminó siendo tanto divertido como productivo. Para la hora del almuerzo, la tensión que los había estado rodeando se había disipado y había dejado como mínimo un pequeño toque de vergüenza. Sin más incidentes, todos se sorprendieron de llegar al final del día mejor parados de lo que había empezado, y cuando llegaron a la cede de CRISTAL entre risas y relatos de lo que había sido el día para todos, por primera vez, el estar juntos, riendo y trabajando en ese lugar, no fue extraño en lo absoluto.

—¿Recuérdanos qué hacemos aquí? —preguntó Nathan a Noel entre una sonrisa provocada por un comentario de la conversación que habían llevado en el camino.

—Tenemos que venir después de clases. Para dejar un informe diario y por supuesto, comenzar su entrenamiento.

—Ósea más escuela —suspiró Simon súbitamente cansado —Esto dificultará un poco eso de hacer la tarea, ¿no crees?

—No debería —negó Noel abriendo las puertas con un pase de su wristech —No podemos darnos el lujo de perjudicarlos académicamente, es importante mantener su lugar en Atwood. Serán entrenamientos reducidos en comparación a los regulares, pero... efectivamente tendrán que poner mucho de su parte para equilibrar las cosas.

Nathan hizo una mueca discreta hacia el suelo. La idea de tener que ir a CRISTAL para entrenarse todos los días no lo sorprendía, pero lo frustraba. Explicarle a su madre por qué iba a llegar tarde todos los días sería complicado, por no mencionar que tenía la impresión de que todo eso no iba a hacer más que alejarlo de conseguir las respuestas que buscaba.

El elevador se abrió dejándoles la imagen de los agentes moviéndose de un lado para el otro en el espacio iluminado por los tragaluces. Las miradas, igual que siempre estaban sobre ellos, y Ella luchaba por descifrar si estas contenían desdén o curiosidad. Cual fuera el sentimiento, podía sentir los ojos como agujas sobre la piel. Y por otro lado estaban los ojos de Ferd, quien en cuanto se paró frente a ellos, este les envió su mirada natural de fastidio por encima de la pantalla de su wristech.

—Valla —dijo este levantando una ceja en dirección a ellos —Vestidos así hasta parecen gente civilizada —nadie respondió con mucho más que una mirada de fastidio que el hombre fácilmente se sacudió cambiando el tema —Julian los espera en su oficina, y tú —dijo Mirando a Noel —Dejaste las cosas fuera de lugar en la sala de entrenamiento de nuevo. Si vas a quedarte hasta tarde deja las cosas como las encontraste ¿Quieres? ¿Sí? Perfecto. Ahora ve.

—Espera —dijo Riley mirando a Ferd y a Noel confundido —No entiendo...

—Al parecer los estandartes para prodigios están por los suelos —canturrió Ferd mirando su pantalla.

Ella lo miró con el rostro fruncido por el enojo —¿Simplemente despertaste en la mañana más irritante que de costumbre o es que tuviste un mal día y quieres compartir tu miseria?

—Pues fíjate que el trafico estuvo especialmente pesado esta mañana —respondió él con una sonrisa de suficiencia —Gracias por preguntar.

—¿No vas a entrar con nosotros? —preguntó Riley a Noel ignorando el altercado.

A lo que este respondió con una sonrisa tranquilizante —Agradezco la inclusión, pero realmente solo ustedes son el equipo encargado de la misión, yo solo estoy como apoyo, así que tendrán que hacer estas cosas por sí mismos. Aun así, si todo sigue en pie, cuando salgan los estaré esperando para su entrenamiento.

—¿Tú nos vas a entrenar? —preguntó Simon junto a él ligeramente más entusiasmado que antes.

—Claro.

CRISTAL: Operación diamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora