A la mañana siguiente muy temprano Horacio despertó, estaba acostumbrado a salir temprano de la cama ya que su profesor de clases en casa llegaba apenas salía el sol.
Pero está vez estaba arreglandose para hablar con sus padres y buscar un desayuno rico para Gustabo, lo había escuchado sollozar durante la madrugada y creí que una buena comida le animaría un poco.
Aunque no sabía que era lo que debía hacer, nunca antes había tenido un amigo y mucho menos alguno al que se le acabará de morir el padre, era complicado pero él podía con eso.Dejó de peinar su cabello y abrió la puerta de el balcón para que entrara algo de la brisa, también al salir dejo la puerta abierta no quería que Gustabo se sintiera agobiado si al despertar él aún no volvía.
Bajo las escaleras con cuidado y desde el penúltimo escalón pudo ver a su madre y padre desayunando, mientras nana les servía.Vió que ya había un plato listo para él.
— Bueno días, hijo. —dijo su madre mientras le sonreía, ella ya vestía lista para salir al trabajo.
— Hola, hijo. —dijo esta vez su padre, el hombre tenía ya puesto un traje, se veía deslumbrante.
Horacio se impresiono un poco de que no hubiera reproches o algún tipo de regaño, es decir había metido a la casa a un desconocido.
Se sentó en la mesa y aún lamentándose un poco revolvió la avena con frutas que nana le había preparado, suspiro profundamente tratando de encontrar las palabras correctas para decirlo.
— Yo... — ni siquiera podia mirarlos a la cara, así que permaneció con la cabeza abajo. — ayer, fui a la biblioteca y conocí a Gus él...es una buena persona lo sé y bueno, fuimos a su casa porque debía ver a su padre pero cuando llegamos el hombre se había suicidado. — agachó aún más la cabeza y mordió su labio
ligeramente.— no quise dejarlo solo y por eso aún está aquí, sé que probablemente este mal y lo lamento pero no podía dejarlo, perdón.Sintió la mano de nana tocando la suya, volteo a verla y la mujer le miraba con una sonrisa que podía tranquilizar cualquier pena, ella acaricio un par de veces la palma de Horacio y juntos voltearon a ver a los padres de el pequeño.
— Hijo, no hay problema anoche cuando llegamos nana nos contó todo y dijo que ambos se veían bastante afligidos así que supusimos que lo estabas ayudando de algún modo. — el hombre quien compartía la heterocromia con su pequeño hijo dijo eso con toda la calma mientras bebía de su café.
— Si cariño, esta bien además estamos muy orgullosos de que salieras solo de casa, es un gran paso bebé. — Nora era el nombre de la madre de Horacio, ella era un verdadero sol humano y su sonrisa simplemente irradiaba alegría y tranquilidad.
— Si, además ahora que nos has dicho lo que sucede con ese chico podemos ayudarlos, él puede estar aquí todo lo que necesite y podemos ayudarlo de cualquier modo que lo necesite.
— Claro, Horacio recuerda que te amamos y apoyamos y si quieres a ese niño, entonces también lo queremos.
— ¿Qué tal si nana prepara un desayuno especial para ese muchacho y que baje a desayunar contigo? Nosotros ya nos tenemos que ir a la empresa. — Félix tomo la mano de Nora y luego la de su hijo, les sonrió a ambos y se levantó en busca de su maletín.
Ellos eran un familia bastante perfecta, eso se debía a qué ambos se habían preparado de todas las formas posibles antes de tener un bebé, Nora había estudiado psicología infantil y había leído libros sobre crianza sana.
Por su parte Félix había estudiado todos los manuales posibles y confiables sobre una buena paternidad, había asistido a terapia para asegurarse de que su salud mental era estable y había asegurado un puesto bueno en la empresa de su padre.
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𝑨𝒔𝒕𝒓𝒐𝒏𝒐𝒎𝒚
Fanfiction"𝑵𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒐𝒃𝒍𝒊𝒈𝒂𝒓 𝒂 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒂 𝒂𝒍𝒊𝒏𝒆𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒚𝒂 𝒉𝒂𝒏 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒐"