Capítulo 3

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Aunque podían haber ido hasta el burdel a pie, Heechul, Zhoumi, y Hangeng fueron a Bradshaw en el viejo carruaje. Se detuvieron frente a un edificio de estilo claramente georgiano. Para Heechul, cuyas fantasías sobre tales lugares rozaban la más espeluznante extravagancia, la fachada del burdel era decepcionantemente discreta.

—Quédese dentro del carruaje —dijo Hangeng—. Entraré y preguntaré por el paradero de Ramsay. —Dirigió a Zhoumi una dura mirada—. No dejes al señorito Cho solo ni un segundo. Es peligroso a esta hora de la noche.

—Estamos a principios de la noche —Heechul protestó—. Y estamos en el West End, en medio de un montón de caballeros bien vestidos. ¿Cómo puede ser tan peligroso?

—He visto a esos caballeros bien vestidos hacer cosas que harían que se desmayara si se las contara.

—Nunca me desmayo —dijo Heechul indignado.

La sonrisa de Hangeng fue un destello de blanco en el oscuro interior del carruaje. Abandonó el vehículo y se fundió en la noche como si fuera parte de ella, disolviéndose por completo, salvo por el tenue brillo negro de su cabello y el destello del diamante en su oreja.

Heechul lo siguió con la mirada, admirado. ¿Dónde se podía clasificar a un hombre así? No era un caballero, ni un lord, ni un obrero común, ni siquiera era del todo un gitano. Sintió un temblor bajo su corsé cuando recordó el momento en que lo ayudó a subir al carruaje. Llevaba guantes, pero la mano de él estaba desnuda, y el había sentido el calor y la fuerza de sus dedos. Y percibió el brillo de una ancha banda de oro en su pulgar. Nunca había visto tal cosa antes.

—¿Zhoumi, qué quiere decir cuando un hombre lleva un anillo en el pulgar? ¿Es una costumbre gitana?

Pareciendo incómodo con la pregunta, Zhoumi miró por la ventana hacia la húmeda noche. Un grupo de jóvenes pasaron junto al vehículo, vistiendo elegantes abrigos y sombreros de copa, riéndose entre ellos. Un par de ellos se detuvieron para hablar con una mujer ostentosamente vestida. Con el ceño fruncido, Zhoumi contestó a la pregunta de Heechul.

—Significa independencia y libertad de conciencia. También un cierto estado de separación. Al llevarlo puesto, se recuerda a sí mismo que no pertenece a dónde está.

—¿Por qué querría el señor Rohan recordarse a sí mismo algo parecido?

—Porque las costumbres de tu clase son seductoras —dijo Zhoumi misteriosamente—. Es difícil resistirse.

—¿Por qué debes resistirte? No veo qué hay tan terrible en vivir en una casa adecuada y obtener un ingreso constante, y disfrutar de cosas como platos bonitos y sillas tapizadas.

Gadji —murmuró él con resignación, haciendo que Heechul sonriera brevemente. Era la palabra para designar a un doncel no gitano.

Se recostó contra el ajado respaldo tapizado.

—Nunca pensé que desearía tan desesperadamente encontrar a mi hermano dentro de una casa de mala reputación. Pero entre un burdel o flotando boca abajo en el Támesis... —Se interrumpió y presionó los nudillos de sus puños apretados contra los labios.

—No está muerto —La voz de Zhoumi era suave y amable.

Heechul intentaba con todas sus fuerzas creérselo.

—Debemos llevarnos a Kyuhyun fuera de Londres. Estará más seguro en el campo... ¿verdad?

Zhoumi se encogió de hombros sin comprometerse, sus ojos oscuros no revelaban ninguno de sus pensamientos.

—Hay muchas menos cosas que hacer en el campo —señaló Heechul—. Y definitivamente menos problemas en los que Kyuhyun pueda meterse.

—Un hombre que quiere problemas puede encontrarlos en cualquier sitio.

Mío a medianoche *HanChul*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora