Capítulo 4

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Una semana después, los cinco hermanos Cho se habían trasladado desde Londres a su nuevo hogar en Hampshire. A pesar de los desafíos que les aguardaran, Heechul tenía la fuerte esperanza de que su nueva condición les beneficiara.

La casa en Primrose Place tenía muchos recuerdos. Las cosas nunca habían sido iguales desde que los padres de los Cho habían muerto: su padre de una dolencia del corazón, su madre de pena unos meses después. Parecía que las paredes habían absorbido la tristeza de la familia hasta que esta se había convertido en parte de la pintura, del papel y de la madera. Heechul no podía observar el centro del salón principal sin recordar a su madre sentada allí con su cesto de costura, o visitar el jardín sin pensar en su padre podando su premiadas Rosas Apothecary.

Heechul sin ningún remordimiento había vendido recientemente la casa, no por falta de sentimentalismo sino más bien por exceso. Demasiadas emociones, demasiada nostalgia. Además era imposible mirar hacia adelante cuando se te hacía recordar constantemente esa dolorosa perdida. Sus hermanos no habían formulado una palabra de objeción a la venta de la casa. Nada importaba a Kyuhyun, uno podía decirle que la familia tenía intención de vivir en las calles, y habría dado la bienvenida a las noticias con un indiferente encogimiento de hombros. Henry win, el siguiente hermano en edad, estaba demasiado débil debido a una prolongada enfermedad como para protestar de alguna forma las decisiones de Heechul. Y Donghae y Ryeowook, ambos aún adolescentes, estaban impacientes por el cambio.

En lo que concernía a Heechul, la herencia no podía haber llegado en un mejor momento. Aunque debía admitir, había algunas dudas referente a por cuánto tiempo podrían los Cho retener el título.

El hecho era que nadie quería ser Lord Cho Ramsay. Para los tres anteriores Lords Ramsay, el título había venido acompañado por el infortunio de una extraña enfermedad coronada por una inoportuna muerte. Lo que explicaba, en parte, porque los parientes lejanos de los Cho habían estado tan felices de ver que el vizcondado iba a parar a Kyuhyun.

—¿Obtendré dinero? —Había sido la primera pregunta de Kyuhyun cuando se le informó de su ascenso a la nobleza.

La respuesta había sido un sí con limitaciones. Kyuhyun heredaría una finca en Hampshire con algunos acres y una modesta suma anual que no compensaría el costo de restaurarla.

—Aún somos pobres. —Le había dicho Heechul a su hermano después de estudiar minuciosamente la carta del abogado describiendo la finca y sus asuntos—. La finca es muy pequeña, los sirvientes y la mayoría de los arrendatarios se han ido, la casa se encuentra en un estado lamentable, y el título aparentemente esta maldito. Lo que hace de la herencia un elefante blanco por decir poco. Sin embargo, tenemos un primo lejano que podría estar tal vez en la línea sucesoria antes que tú, podemos intentar endilgárselo todo a él. Existe una posibilidad de que nuestro tatara-tatara-tatara-abuelo no hubiera sido legítimamente reconocido, lo que podría permitirnos rechazar el título en base a...

—Aceptaré el título. —Había dicho Kyuhyun decidido.

—¿Porque no crees en la maldición más de lo que lo hago yo?

—Porque estoy tan condenadamente maldito, que otra maldición más no importa mucho.

Ya que nunca antes habían estado en el condado de Hampshire, todos los hermanos Cho —con excepción de Kyuhyun— estiraron el cuello para disfrutar del paisaje.

Heechul sonreía emocionado a sus hermanos. Donghae y Ryeowook, ambos de cabellos oscuros y ojos castaños; al igual que el, estaban llenos de buen ánimo. Su mirada se dirigió hacia Henry win y se mantuvo en este durante un momento, tomando cuidadosa nota de su condición.

Mío a medianoche *HanChul*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora