¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
–¡Gano yo! –anunció gritando Hinata a su, según él “futuro esposo”, Kageyama.
–¿En qué sentido puedes ganar tú boke! –le dijo apretándole la cabeza, haciendo que el otro se quejara.
–Yo me voy –anunció Tsukishima con desgana.
–¡Espera! –le gritaron el dúo raro– ¡Cuánto mides! –volvieron a decir a la vez.
–Ja –rio con burla con su cabeza bien alta–, más que vosotros seguro.
–¡Tsukki! –le llamó su pareja– ¡Hola!
–Buenos días Yamaguchi –dijo con una sonrisa cambiando totalmente la expresión que tenía antes– ¿Creciste? –preguntó curioso, a lo que Hinata, por el repentino cambio de humor del rubio, quedó con una de las caras más sorprendidas que jamás haya hecho.
–¡Ahora mido 1.80! –le respondió alegre.
–Yey, ese es mi chico –le volvió a decir alegre, Yamaguchi se sonrojó.
–S-sí T-tsukki.
–¡P-p-p-pero! ¿¡Has visto eso Kageyama-san!? –dijo indignado y frustrado el pelinaranjo por cómo se comportaba el otro con los demás.
–Sí –respondió igual de frustrado, o incluso más.
–¡Chicos! –anunció Sugawara apareciendo por la esquina del pasillo– ¡A hacer las siguientes pruebas!
–¡Sí! –contestaron todos entusiasmados, menos Tsukishima claro.
•
–Que cansancio... –suspiró Yamaguchi mientras estiraba sus brazos hacia el cielo.
–Dijeron que sólo haríamos las pruebas no entrenamiento –se quejó Tsukishima.
–¡Pero fue genial! –gritó Shoyo, apareciendo de la nada, a Tsukishima.
–¡Te dije que dejaras de correr Hinata boke! –le insultaba como siempre Tobio.
–¡Tengo que correr si no quiero que me atrapes! –volvió a gritar mientas se seguía alejando– ¡Hasta mañana Yamaguchi, Tsukishima!
–Hasta mañana Hinata –se despidió Tadashi.
–Hasta mañana –habló neutral el otro.
–¡Que no corras kusōōōō! –gritó para luego correr.
–¿No se van a callar nunca? –preguntó al cielo Tsukishima agotado de lo mismo siempre, gritos, gritos, gritos, y más gritos, SIEMPRE.
–Supongo que ellos son así –le dijo Yamaguchi para alentarlo.
–Pues ojalá se callaran al menos durante un día, sólo uno, no pido mucho.
•
Yamaguchi llegó a su casa pensando en cómo podría cumplir el pequeño deseo de su novio.
