CAPITULO 5✓

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Llegue a la empresa, entre al ascensor, rodeé los ojos al ver a la plástica dentro, me sonrió con cinismo.

— Ya me entere Denisse —. Habló

— ¿De que te enteraste Tiffany? —. Pregunte

— De donde colocó el jefe tu escritorio —. Habló con burla

Frunci el ceño confundida, me di la vuelta y la mire.

— ¿De que me estas hablando? — Pregunte molesta

— Ya todo el mundo sabe que te lo estas follando, por eso puso tu escritorio en su oficina para que le sea más fácil follarte —. Escupió con rabia

— ¿Que estupidez estas diciendo plástica? —. La rabia se empezaba a apoderar de mi cuerpo

— No te hagas la tonta —. Movió la mandíbula con fuerza

— Tonta tú, que piensas que me estoy follando al jefe y que creas y les hagas creer a los demás que es verdad —. Mordí mi lengua molesta

— ¿Por que mientes Denisse? Mejor pasame el tips para saber como te le pudiste meter por los ojos —. Me examinó de arriba hacía abajo

— ¿Qué le atrajo de ti? —. Se tomo de la cintura

— Tú podrás ser más sexy, tal vez con mejor cuerpo que yo, pero te hace falta una cosa que yo si tengo y tú no —. Sonreí

— ¿Qué? —. Preguntó

— Cerebro —. Señale mi cabeza

Ví que abrió su boca impresionada, escuche las puertas del ascensor abrirse.

Me di la vuelta y comencé a caminar a la oficina de él jefe, llegue hasta su puerta, me pare frente a ella.

Toque tres veces, hasta escuchar su voz.

— Adelante —. Abrí la puerta y lo mire

Como siempre la mirada pérdida en papeles.

— Pasate Denisse —. Hablo sin despegar la mirada de los papeles

Ya no tenía caso preguntar como sabía que era yo, si ya sabía la razón.

Mire mi escritorio, me acerque a pasos lentos.

Lo mire, deje todas mis cosas sobre el y cuando me iba a sentar su voz me detuvo.

— Jamás dije que podías utilizar ya tu escritorio Denisse —. Me miro

Me levante de golpe, sentí como mis mejillas ardían de vergüenza.

— Lo siento Señor —. Musite apenada

— ¿Ya pensaste en el contrato Denisse? —. Pregunto

Mire mi bolsa, sentí como mi respiración se aceleró.

Relamí mis labios nerviosa, la tome con delicadeza.

Y lo saque, lo mire, tenía una sonrisa dibujada en su rostro llena de satisfacción.

— Dámelo —. Hizo una seña con sus manos para que me acercará

Trague saliva nerviosa, deje mi bolsa aún lado.

Camine a pasos lentos a él, a cada paso que daba mi corazón se arrepentía más.

El sonido de mis zapatos en la madera me desconcentraban, me detuve justo frente a su escritorio.

Se lo tendí sin alejar mis ojos de los de él.

— Pensé que no lo ibas a aceptar —. Me miro de reojo

— Yo tampoco lo pensé —. Respondí nerviosa

— Que bueno que lo hiciste —. Se levanto de su asiento

Camino con lentitud hacía mi, paso por detrás de mi y sentí como su aroma inundó mis fosas nasales.

— Conmigo vas a aprender lo que es el deseo, la excitación, y el fuego que se prende en tu entrepierna con cada roze, beso, caricia —. Susurro en mi oído

Alejo un par de mechones rebeldes de mi cuello.

Su nariz rozo con mi cuello, lo mordió levemente y después lo lamió.

— Sabés tan exquisita — Sus palabras hicieron que cerrara los ojos por inercia

— Inclinate —. Ordenó

Lo dude por un par de segundos, pero el sentir el roze de su erección en mis glúteos me hicieron inclinarme.

Abrí los ojos, él se separó de mi y con brusquedad aventó todos los papeles del escritorio.

Se coloco una vez más detrás de mi, puse mis manos a cada esquina de el escritorio.

Sentí como con delicadeza bajo mis bragas, con sus pies separo un poco mis piernas.

Abrí los ojos de golpe al sentir como sus dedos rozaron con mi clítoris.

— Tan solo mi presencia te excita —. Ronroneo, trague saliva, me quede sin palabras

Sentí como metió primero dos dedos en mi entrada.

— ¡Ahhh! —. Gemí alto

Los movió con lentitud dentro de mi, clave mis dedos en el escritorio, comenzó a moverlos con rapidez, tape mi boca callando mis gemidos.

— No los calles —. Hablo excitado

Los saco de golpe y sentí como pude respirar mejor, escuche como bajaba el cierre de su pantalón.

Y sin previo aviso entró de una estocada.

— ¡Ahhh! —. Gemí cerrando los ojos

Comenzó a moverse con fuerza, sus piernas rozaban con las mías.

Mi corazón latía con fuerza, me tomo con fuerza del cabello jalandome hacía atrás.

— Gime más para mi —. Mordió el lóbulo de mi oreja

Pego su boca a mi cuello, lo mordió y succiono, dejando marcas en el, sus embestías aceleraron.

— ¡Ahhh! — Gemí

— Pide, pide, pide —. Salió y entró de golpe

— Por favor —. Hable entre cortada

Y cuando comenzó una serie de rápidas embestías, pegue mi pecho al escritorio llegando al placer.

— ¡Ahhhh! —. Gemimos los dos

Soltó mi cabello y saco su pene de mi vagina, mi respiración era agitada, escuche como subió su pantalón.

Me levante y lo mire, su pecho subía y bajaba, subí mis bragas y respire profundamente.

— Ahora necesitó que lleves estos papeles al señor Libardi —. Hablo como si nada

Se agacho tomando todos los papeles del piso y sentándose frente a su escritorio, volviendo a clavar la mirada en sus papeles.

Sentí como mi corazón se oprimió dentro de mi pecho.

LAS REGLAS DEL DESEO (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora