IV

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Toc, Toc, Toc.

En los momentos en que no deseaba recibir trabajos me dedicaba a la reparación y mejoramiento de mi fiel motocicleta; y esos momentos realmente los apreciaba, me hacían sentir normal.

— No trabajo hoy así que largo — tomé una llave y seguí con mi trabajo.

— Hola Cal — reconocí la voz de Mika volteé y estaba en una pose relajada, manos en los bolsillos y caminaba despreocupado hacia mí.

— Mika, no es un placer volver a verte, pero ya que — terminé de atornillar unas piezas y quedó lista, limpie la grasa de mis manos con un trapo que mantengo cerca. — ¿Necesitas algo? — empecé a recoger el desastre de herramientas desperdigadas por el suelo

— Requiero... ¿Podemos conseguir más Carliax? — estaba rascando nervioso su cuello.

— Esta noche y por lo menos en 3 más no cazo, la luna es cambiante muchos seres de Farvender salen y hacen más difícil la cacería.

— Entiendo — empezó a caminar a la salida — lamento las molestias.

—Dame media hora, no saldré a cazar ahora y menos con alguien que no sabe. Hay otro lugar, aunque ya estará muerto.

Lo pensó unos minutos antes de asentir.

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Caleb lo había llevado a un callejón oscuro... No creía que algo bueno pasaría ahí.

— Vamos Mika, se hará tarde — el cazador iba adelante yendo con su característico andar.

—¿Estás seguro que es por ahí? — Caleb freno y dio la media vuelta para observar a su acompañante.

— Pues claro, por algo te traigo aquí si quieres algo de una criatura mágica sin ir a cazarlo el callejón de Mørk lo tiene — movió una tabla mostrando una entrada — pasa, iré atrás.

Mika paso por la pequeña entrada era bastante oscura el final de toda esa oscuridad se acababa con una tenue luz al final del pequeño pasadizo se mostró un pequeño asentamiento, casas simples de madera y ladrillo, parecía un pequeño mercado en el cual varias personas ofrecían extraños productos.

Al observar con más atención se dio cuenta que no todos eran humanos, había seres pequeños aunque algo aniñados. Caleb se dio cuenta de lo que observaba.

— Son trolls y también puedes encontrar algunos elfos. Son traidores de Faverden y.... algunos cazadores les han perdonado la vida a cambio de que estén aquí.

— ¿Son esclavos?

— No exactamente, los cazadores los traen aquí y viven tranquilos tienen pequeñas casas y todo. — Llegaron hasta una puerta oscura, Caleb tocó un par de veces se oyeron unas pisadas algo pesadas.

— ¿Porque son traidores? —la puerta se abrió mostrando a un troll con varias canas mostrando su edad.

— Por apoyar en el asesinato de un hermano — les dio paso para entrar a su morada — Tenía tiempo de no verte tu horrenda cara Caleb —camino hasta una mesa llena de frascos —adivino polvo de hada, algo de garshar.

— Nada de eso, mi amigo necesita un poco de Carliax.

—¿De cualquier especie o tiene preferencia? — sonrió de una manera algo tenebrosa que provocó escalofríos en Mika.

— De cualquiera está bien — habló finalmente intentando que su voz sonará fuerte lo que provocó una carcajada de Caleb.

— Tranquilo Mika — Caleb se acercó y puso las manos en sus hombros intentando relajarlo — Gorka es de confianza mientras no lo molestes no te come ni un solo dedo. — Caleb dio un par de palmadas en sus hombros y se separó — atiéndelo bien Gor— se dirigió a la salida — iré a buscar algo de tinta de Cecaelia, vuelvo pronto — salió y cerró la puerta de un portazo dejando a Mika y al troll solos.

El troll buscaba entre varios estantes algo de esencia de Carliax mientras Mika miraba nervioso a todos lados.

— Ahora que estamos solos — hablo Gorka mientras seguía moviendo frascos — dime, ¿es fuerte el dolor?

Mika lo vio sorprendido — ¿Cómo lo...?

— Tus ojos están algo vidriosos mostrando que algo te duele o estas enfermo, tu camisa a pesar de que intentas cubrir las marcas se ven por el cuello cuando lo mueves mucho parecen un tatuaje, pero se nota un color verde alrededor. — Gorka se volteó para verlo — además de que se siente ciertos... hilos de la muerte viniendo de ti y no te veo feliz así que no fue nada bueno — siguió viendo sus frascos hasta que encontró un par de escamas de dragón — es una maldición de sirena o hada.

— Es... una enfermedad — Mika algo nervioso movía sus manos — nací así, mi padre descubrió que el Carliax ayudaba con los síntomas, pero ahora. — bajo la mirada, Gorka lo observaba con una ceja alzada mientras mezclaba las escamas con el contenido de un grado para poder hacerlas líquido.

— El Carliax no evitará el dolor, ni tampoco tu muerte — tomó un pequeño bol y empezó a aplastarlo con una roca brillante.

— Es solo para tener más tiempo — buscó en su bolsillo y sacó de este un delicado collar con un dije circular — hace algunos meses una sirena me dijo que podía ayudarme, pero se suicidó antes de que pudiera decirme una solución, me pregunta si tu pudieras ayudarme a llevarlo conoces ese mundo— explicó tímido Mika.

Gorka siguió machacando con tranquilidad el contenido del bol — Es de otra sirena del Norte de Farvender sólo en eso te puedo ayudar utilizan collares para identificar de qué zona son.

— Podrías ayudarme, tal vez si tu entras y lo entregas me puedan ayudar.

El troll rió fuertemente para seguir con su trabajo con una sonrisa — entrar a Farvender significa mi muerte chico — las escamas estaban deshechas formando un líquido verde oscuro, Gorka tomó otro pequeño frasco y puso el líquido en el para luego taparlo entregándoselo a Mika — si entró y un guardia me ve me matarán, para ellos ya soy un criminal al ayudar a los enemigos.

Los ojos de Mika se pusieron aún más vidriosos mostrando que estaba a punto de llorar — no quiero morir, solo quiero una solución.

— Las sirenas a pesar de su belleza son seres horribles no les importa nada más que ellas mismas — se podía oír cierto desprecio en la voz de Gorka. — Te engaño, lo único que quería era más tiempo para prepararse.

— Me doy cuenta tarde de eso — Mika se sentó en el suelo algo desanimado. — creía que tu mundo era tan solo maravillas, pero cada vez suena más aterrador...

— Aún en la fantasía hay oscuridad, muchacho. No todos son totalmente buenos o malos. El error fue idealizarnos.

— Ustedes también lo hicieron, varios que han llegado hasta los laboratorios nos dicen que somos crueles y que nos merecemos todas las desgracias.

Gorka soltó un suspiro — nuestros mundos tienen una gran historia, una lucha por el poder de un mundo para el otro.

— Teniendo toda la magia solo para ustedes, ¿por qué no cambian las cosas?

— El mundo humano no desea un cambio y hay muchos de Faverden que los odian por actos cometidos en el pasado no piensan en ayudarlos por eso.

— Y por eso solo buscan engañarnos. — un par de lágrimas salieron de los ojos de Mika —Llegó herida, me acerqué a intentar ayudarla, la curé me dijo que como agradecimiento me daría una cura.

Gorka miraba con lástima al muchacho, pero no podía ayudarlo, salir significa una cacería por parte de los cazadores ignorantes, y si llegaba al bosque y logrará pasar Fervenden significaba una ejecución. —Dile a Caleb.

— Me dejará a mi suerte, es un cazador.

— Se ve algo cruel, pero tiene corazón y sus intenciones no son totalmente malas, su pasado está lleno de culpa.

— ¿Crees que me salvaré? — Mika se llenó de ilusión, tal vez tenía una oportunidad.

— Dependerá del destino.

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Caleb había llegado al final del callejón, era un área donde poca gente pasaba, se ocultó entre las ramas de unos árboles frondosos y vio llegar a alguien cubierto con una capa negra. La persona volteo a ver hacia otros lados para ver si había algún lugar donde hubiera una salida.

Caleb cayó de forma silenciosa frente al desconocido. — Pero mira nada más, una hadita en este callejón.

Susurros de LuciérnagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora