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Nunca había dormido también como anoche, la suavidad del colchón no me dejaba de maravillar, además había sido de las pocas noches que no necesité cansancio, pastillas o algún tipo de droga para conciliar el sueño, un sueño mágico sin ninguna pesadilla. Me sentía con una energía que no había sentido en años, el ventanal tenía una preciosa imagen del bosque, solo se podía escuchar el sonido de animales, pero no había presencia de criaturas mágicas alrededor de la cabaña, explore un poco la habitación encontrando una puerta que dirigía a un baño, las paredes estaban hechas de madera, el techo seguía teniendo algunas constelaciones aún en el baño, entre a la amplia ducha luego de quitarme la ropa, moví una palanca y un chorro de agua tibia cayó sobre mi cuerpo y tome lo que parecía un jabón con un aroma dulce, parecía tener olor como a vainilla con ciertos toques frutales, me dio una sensación de relajación llegó, al terminar de ducharme tome una toalla y fui al armario que me indico Ara, tomé una camisa y un pantalón limpios para vestirme, me coloqué mis armas y botas antes de salir. Abrí la puerta sigilosamente, y vi a ambos lados del pasillo, en mi pecho sentí una pesadez, en el fondo deseaba encontrar a Ara esperándome, baje las escaleras ignorando ese sentimiento y la imagen que encontré fue lo que completo mi mañana.

Era Ara sentada en la mesa, leyendo concentrada una carta, vestía una camisa gris manga larga que dejaba al descubierto sus hombros donde seguían esas líneas doradas, y unos pantalones blancos que hacían juego con su cabello que aún húmedo parecía incontrolable. Al lado de la carta había una taza con algún tipo de té y dos platos con desayuno, uno aún estaba intacto. Carraspeé para llamar su atención, su mirada se concentró en la mía y una amplia sonrisa iluminó su rostro.

– Buen día, dormilón – dijo con gracia, dio un sorbo a su té antes de seguir hablando – ¿qué tal tu primera noche fuera del mundo humano? –Me senté a su lado y me acerco el plato, apoyo su cabeza en una mano teniendo su rostro aún en mi dirección.

– Dormí bastante bien, aunque esa cama parecía no querer soltarme, creo que tiene vida – dije en broma y ella soltó carcajadas, cuando se pudo calmar solo sonrió y me di una palmada en la cabeza.

– Bien, así tendrás muchas energías para el camino que debemos hacer hoy, no quiero llamar demasiado la atención así que deberemos ir caminando. – terminé con mi desayuno en lo que ella guardaba la carta y la colocaba con otras que estaban en una esquina de la pequeña sala.

– ¿Queda muy lejos el lugar? – junté los platos sucios y los limpié mientras ella ordenaba las cosas de su cocina. Presionó sus labios entre sí pensando.

– No está tan lejos, conozco algunos atajos para llegar – terminamos al mismo tiempo, me gire a verla y ella apoyo sus manos en la mesada observándome – pero, eres humano así que no deseo que otros te vean aquí.

– ¿Por qué no deseas que sea la sensación del momento o porque estarías celosa de que me observarán? – pregunté con picardía.

Su rostro enrojeció un poco, haciéndola ver tierna, maldición, debo recordar que es parte de Faverden y que odio todo lo relacionado con este sitio. Por más que intentaba mantener ese pensamiento en mente no podía, cada vez que la veía y me hablaba con ese tono tan apacible no podía evitar que mi corazón golpeará un poco más fuerte en mi pecho, y que mis manos desearán tocar esa piel tan maravillosa, ella carraspeó sacándome de mis pensamientos.

– Creo que te perdiste lo que he dicho – una pequeña sonrisa se formó en sus labios – no hay muchos humanos por aquí, solo tengo conocimiento de unos 5 en los últimos años. – se dirigió hacia la puerta y la abrió dejándome ver el bosque con la luz de la mañana iluminando todo, parecía normal, como el bosque que veo todos los días, daba una sensación de que algo irreal se ocultaba entre esas ramas dándome un sentimiento contradictorio – tranquilo, a esta hora los Ents acostumbran a descansar así que si no somos muy ruidosos estaremos bien.

Susurros de LuciérnagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora