Después de despedirme de Alex, me fuí a toda prisa hasta casa de Vegetta, porque más o menos tardo 5 minutos en llegar hasta allí con mi barquito de vela, y nosotros habíamos quedado dentro de 3.
Llegué 2 minutos tarde, pero para mi suerte, De Luque no estaba alli.
Cuando hablé con él por última vez, me dijo que estaba picando en su mina infinita de piedra (la ilegal que no quiere que destruya), así que con métodos totalmente legales, me conseguí colar en la mina, pero él no estaba allí, también me colé en su casa por un hueco libre, pero él tampoco estaba allí (de paso le tomé prestado unas cuantas monedas de plata que encontré).
Después de esperar un par de horas en su casa, preparado para darle la misma charla que él me daba cuándo yo llegaba tarde, me empecé a preocupar, él nunca me haría esperar tanto tiempo, así que me dirigí hasta el Ayuntamiento del pueblo, para ver si él estaba completando misiones, pero tampoco estaba allí, pregunté a todos y cada uno de los piratas y habitantes que estaban por la zona, pero nadie sabia nada de triple siete.
Me puse a investigar si quedaba alguna pista sobre De Luque, pero no había nada ni nadie que lo hubiese visto o escuchado por la zona, en ese mismo instante, recordé la charla que había tenido horas antes con Alexby, sobre los seres mitológicos que habían añadido los dioses recientemente, así que me plantee resolver mis dudas e intentar ponerme en contacto con los dioses haciéndoles alguna ofrenda en la cruz que tenía en mi isla.
Durante el tiempo que estuve sin triple siete, aunque a veces los odiara, eché de menos sus chistes malos, sus gritos no muy varoniles, y sobre todo, su presencia.
Cuando por fin, después de una larga semana de espera, los dioses escucharon mis súplicas, conseguí desmentir el rumor de los seres mitológicos, porque al parecer, esos seres llevaban aquí siglos, pero, por alguna razón los dioses no querían que lo supiéramos.
Ya solo me quedaba un sitio en el que buscar a triple siete. El fondo marino.
Fui corriendo y entre lágrimas hacía la casa de cada uno de los piratas, no quería que esos bichos tocaran a mi tontito ni le hicieran nada malo, les conté la posible situación en la que se podía encontrar nuestro amigo, así que todos nos preparamos con nuestros mejores barcos, espadas y cañones, y partimos hacia una nueva misión. Encontrar a Vegetta.
Compramos un mapa antes de salir del pueblo y buscamos una ruta en la que sólo unos descerebrados se atreverían a pasar con un barco de nuestro tamaño, una ruta en la que aseguraríamos que no nos encontraran ni sospecharan de nosotros.
Cuando llegamos, y vimos lo que sería una... ¿ciudad submarina?, pudimos ver a lo lejos una jaula con aire, y dentro de ella, lo que parecía ser nuestro amigo vegetta.
—¿Rubius estás seguro de que aquél es Vegetta?— dijo Herny
—Creo que si, solo mírale la chaqueta morada— le respondió Willy
—Chicos, silencio o nos descubrirán las sirenas y tendremos que volver a tierra— dijo Lexosi
—A ver, tenemos que fijarnos bien por si hay alguna mina o alguna trampa que puedan haber colocado las sirenas— susurró Fargan
Todos se empezaron a reír y Elias dijo entre risas—Fargan, no todos son como Willy y tú, existe gente que no pone minas.—
De repente, alguien se tropezó con una cuerda y como resultado todos acabamos en una trampa con oxígeno, como en la que estaba vegetta.
—¿Y quién dijo que esta gente no ponía trampas?— dijo Fargan
¡Fargan! No es momento de bromas- dijo Jesus
Mientras tanto, Alex, que era el único que se había quedado en la superficie protegiendo los barcos para que las pirañas no se los comieran, se encontró con algo raro.
¿Por qué narices tuve que perder en piedra, papel o tijeras?¡Malditos dioses, seguro es vuestra culpa, que me tenéis manía!- dijo Alex
—Ahora me tengo que quedar aquí matando con una espada a estos bichos que me están intentando comer vivo, mientras los demás tienen una pelea épica para salvar a vegetta— refunfuñó Alex.
De repente, se escuchó un fuerte ruido en el mar, como si alguien se hubiera sumergido.
—Ehh, un momento, estamos en medio del océano, solo puede ser que alguno de los chicos haya vuelto para hacerme un cambio de puesto o un bicho grande moviéndose por el océano, bueno ¡Esperemos que sea lo primero!— dijo Alex temblando y al mismo tiempo haciéndose ilusiones.
—Un- un momento- los chicos me dijeron que no volverían a no ser que tuvieran un problema y necesitaran mi ayuda- no pueden ser ellos, pues nada, tendré que ver de que tipo de bicho se trata y ver si da mucha experiencia y merece la pena matarlo, o mejor salir huyendo— dijo Alex, ya en pánico.
Mientras tanto, los 8 piratas que se encontraban en una jaula de aire, pensando en cómo podrían haber llegado a tal estupidez, y a la vez intentando encontrar una salida antes de que vinieran más seres de los que ya habían allí.
Lentamente, todos se fueron dando cuenta de que estaba llegando alguien o algo que parecía ser una figura importante, ya que venia rodeado de otros seres acuáticos, con una ropa un tanto...¿Peculiar? ¿Extraña? ¿Graciosa?...Mm, sinceramente, nadie sabia como describir eso, parecían marionetas.
—¡Mira Lexosi! ¡Ese tritón se parece a ti!— dijo Arsilex señalando a un tritón el cual su piel era completamente roja.
—¡Arsilex! ¿Esta gente nos va a funar y tú solo vas a decir eso?— respondió Lexosi.
—Hombre no te enfades, si nos van a matar de todas maneras que más da que diga eso— dijo Arsilex.
—¡Silencio!— dijo con una voz tronadora un tritón que parecía ser más grande que los demás, y por lo tanto los chicos asimilaron que era el rey.
—Pe- perdónanos señor... rey, me presento en nombre del grupo, nosotros somos piratas y sólo vinimos porque supuestamente ustedes... Secuestraron a nuestro amigo, el que está allá atrás— dijo Elias señalando hacia Vegetta.
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El Beso (Aroxby)
Fanfiction❌obra sin terminar y sin próxima fecha para volver a retomarla❌ Alex y Aroia, de mundos tan diferentes, pero tan iguales. Alex es un pirata, y Aroia una sirena, nadie diría que ellos dos podrían ser algo, pero, ¿y si intentaran desafiar al mundo que...