Capítulo 7. Mi historia

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"Buenos días, tardes o noches a todo el que esté leyendo esto, sé que es un poco repentino, pero nadie supo nunca mi pasado. Mis días de infancia o adolescencia, aquellos en los que tanto sufrí, obligado a no poder decirle nada a nadie por miedo a ser delatado.
Sin más, empecemos por el principio.
Mi vida nunca fue tan fácil como lo es actualmente, es más, hasta hace unos años, cuando te conocí, mi vida había sido un completo desastre minuto a minuto, segundo a segundo, y nada me podía librar de aquello, nada menos tu sonrisa.
Yo nací en tiempos de guerra, todo a causa de posiblemente mi nacimiento, o más bien, la unión de mis padres, una un tanto conflictiva y problemática.
A los pocos minutos de yo nacer, encarcelaron a mi madre, a mi con ella y mi padre ya llevaba desaparecido un par de meses, nunca lo llegué a conocer, la verdad, tampoco me interesa hacerlo.
La causa de que la población no quisiera que ellos dos estuvieran juntos era muy simple, ella era una sirena, y él, un pirata.
Las razones de que esta unión no fuera a funcionar eran muchas, y si algún día tenían el poder para poder matar a uno de los dos, no se lo pensarían y actuarían, sobre todo a mi padre, posiblemente por eso escaparía, pero nunca le perdonaré que dejara a mi madre allí atrapada.
Y bien, te preguntarás, ¿Por qué los descubrieron? es muy fácil esconderlo, pues bien, mi madre formaba parte de la antigua familia real, era la heredera legítima al trono, y pensó que todos aceptarían su decisión, ella era un cargo importante, nunca nadie había cuestionado sus decisiones, o las de algún perteneciente a su familia.
Lo que ella nunca pensó fue que un grupo de personas sin poder ninguno fuera a atacarla, porque obviamente no tenían poder sobre nada.
Lo malo fue que no fue un simple grupo de personas, fue el reino entero, hasta los guardias, todos contra la familia real, el rey, mi abuelo, la reina, mi abuela, y sus 3 hijos, mi madre, y sus dos hermanos gemelos menores, lo que serían mis tíos, aunque tampoco nunca los llegué a conocer.
La familia real tampoco aceptó su unión, pero no pensaban hacerle daño a su hija, y tampoco a la persona de la que estaba enamorada, pero eso sí, si algún día esa persona cometía un fallo, no tendrían piedad contra él y lo matarían, pasara lo que pasara.
Mi madre confió demasiado en su especie y formó una reunión para contarle al pueblo su buena noticia, la unión de ambos y mi próximo nacimiento, cosa de la que se habían enterado hace unas semanas.
Sólo al contarles la primera noticia el pueblo reaccionó y tomó el palacio, los pocos guardias que habían permanecido con nosotros fueron derrotados, la familia real al completo fue encarcelada, mi padre escapó hacía la superficie en cuanto pudo, dejando atrás a su amada y a su familia, y a mi con ellos, la familia del hombre que había empezado aquella revuelta fue la sustituta al trono, y a día de hoy, sigue siendo la misma familia la que ocupa ese puesto.
Aquel día establecieron una norma en tierra y agua, nadie de diferentes especies podría juntarse nunca, si lo hacían serían castigados de muerte.
Yo nací entre rejas, durante mis primeros años de vida solo tuve la compañía de mi madre, al estar los dos encerrados en aquellas frías y oscuras mazmorras, poco a poco me iba acostumbrando a lo que sería mi vida diaria, nunca pensé que podría salir de allí con vida, aún así nunca me rendí, siempre intentaba colarme entre rejas por mi pequeño tamaño, los guardias me veían siempre y me volvían a meter en la celda, incluso puedo decir que me cogieron cariño durante aquellos años, ellos entendían que nunca fue mi culpa haber nacido en aquella situación, y no merecía el desprecio con el que todos me trataban al ser diferente a los demás, yo era y sigo siendo un híbrido de sirena y humano, en agua puedo respirar tranquilamente, aunque no tengo la característica cola de sirena que identifica al resto, yo tenía escamas por mis brazos y pies, eso lo fui perdiendo por el tiempo que pasé fuera del agua, y no creo que nunca me vaya a volver a crecer, también puedo respirar fuera del agua, de no haber sido así no estaría dónde estoy ahora mismo.
Yo era un chico bastante guapo para el mundo humano, tenía el pelo negro azabache y unos ojos amatista muy grandes, aún al ser así, todos me rechazaban, decían que me parecía a mi padre y eso no les agradaba.
Poco después de yo cumplir cinco años, un guardia tuvo que traer a su hijo al trabajo por razones que desconozco, el niño se llamaba Raúl, era muy gracioso y me cayó muy bien, fue una de las pocas personas que no me juzgó por ser diferente, aunque parezca raro, nos hicimos inseparables, de hecho, él fue la persona que me ayudó a escapar de allí, pero todo a su tiempo.
Casi todo el tiempo estuve preguntándole a mi madre sobre mi familia y el por qué estábamos allí, solo podía ver la salida por una pequeña ventana por la que entraba la luz, recuerdo a mi madre cargándome en sus hombros para que pudiera ver bien lo que había tras esa ventana, era un paisaje lleno de algas de colores y el agua reflejando el color del cielo de la superficie.
Cuando cumplí los 10 años, mi madre me contó toda la historia del por qué estábamos allí, también me contó sobre el mundo que había fuera de aquella cárcel, y me pidió que no le guardara rencor por haberme dado aquella vida, decía que sus disculpas nunca serían suficiente para compensar esa vida, así que se ofreció para que, cuando tuviera 15 años, hacer un intento de escape, yo, acepté.
Al cumplir esa edad tuve más cómplices para hacer un intento de escape de aquel sitio que me había tenido ocultado del mundo tan bonito y a la vez tan cruel que me rodeaba, uno de ellos era Raúl, el hijo del guardia, y otro de ellos, mi madre, tal y cómo me dijo aquel día de hacía ya 5 años.
Aquel día lo recuerdo perfectamente, era un día de verano, el océano estaba tranquilo, cómo todos los días que recuerdo, mi madre, Raúl y yo habíamos ideado un plan sencillo pero seguro para que mi madre y yo pudiéramos irnos de allí, buscándonos una mejor vida en otro lugar, fuera dónde fuera estaríamos mejor que en aquella celda.
El plan era básico, Raúl entretendría a los dos guardias y nosotros forcejearíamos una pequeña ventana y saldríamos por la misma.
El plan no funcionó por una sencilla razón, la ventana era demasiado pequeña.
Puede parecer ilógico no ver si cabríamos por la ventana, pero literalmente fue lo único en lo que no pensamos.
Yo pude salir, luego era el turno de mi madre, pero ella no pudo salir, se nos acababa el tiempo, Raúl ya nos estaba dando señales de que no podría entretener más a los guardias, yo estaba intentando tirar del brazo de mi madre, pero ella, al ver que se acababa el tiempo, me empujó hacía fuera de la cárcel y cerró el hierro de la ventana, yo no la podía creer, pero poco después llegaron los guardias y ya entendí el por qué de lo que había hecho.
No pude quedarme allí pues ya me estaban buscando, no sabía hacia dónde ir o qué hacer, así que decidí salir del océano y dirigirme hacía algún lugar en la superficie, así tendría más seguridad de que no me encontraran.
Pasé varios días caminando sin rumbo fijo, siempre iba por la orilla de un río para poder mantenerme hidratado, de vez en cuando encontraba algunos peces pequeños, de eso me alimenté durante todo ese tiempo, supongo que por mantenerme fuera del agua durante ese tiempo seguido se me quitaron las escamas en todo mi cuerpo, pareciendo ya un humano cómo cualquier otro.
Pocas semanas después me encontré contigo, Doblas, tú me acogiste en tu casa cómo si fuera tu hermano y sólo preguntaste ¿por qué estás solo?, en aquel entonces sólo te pude responder con un estúpido "me perdí", hoy te cuento la verdadera historia, por favor, no me delates.
Atentamente, Vegetta."

—Tienes mucho que contarme, Vegetta— me repetía una y otra vez en mi cabeza.

El Beso (Aroxby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora