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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Está bien, Yoongi admite que no fue su mejor celo, sintió mucho más dolor que nunca y eso debido a que su pareja destinada no estaba con él.

Pero esa última parte es algo que el Alfa aún no sabe.

Mientras el celo del Alfa terminó en tan solo un día, nuestro pequeño Omega sigue sufriendo el doble y por tres días.

—¿Jimin? Cariño, ¿te encuentras bien? —preguntó su madre Alfa tocando la puerta, preocupada porque escuchaba a su pequeño bebé sollozar y quejarse.

Decidió abrir un poco la puerta para poder ver dentro, de inmediato un gruñido se escuchó advirtiendo que no quería la presencia de ningún otro Alfa que no sea el suyo. Su madre cerró la puerta rápidamente mientras el Omega volvía a perderse entre llamados a su Alfa.

La Alfa bajó las escaleras mordiendo las uñas de sus dedos, caminó hacia la cocina encontrando a su esposo tomando café, él la miró preocupado.

—Creo que debemos llamar a Yoongi. —murmuró sentándose en una silla mientras agarraba una taza para servirse un poco de café.

—¿Por qué y para qué? No lo dejaré con mi hijo, quien sabe que le hará, mi pequeño debe seguir virgen hasta el matrimonio.

—Te recuerdo que perdí mi virginidad apenas nos conocimos. —levantó una ceja mirando a su esposo.

—Tiempo pasado, cariño.

El silencio reinó cuando escucharon ruidos en la habitación de Jimin, rápidamente dejaron el café y subieron las escaleras, abrieron la puerta sin hacer ruido. Se encontraron con una sorpresa.

Jimin estaba formando su primer nido.

El Omega agarraba una chaqueta negra, la acercó a su nariz para olerla y cuando pudo encontrar el aroma de su Alfa decidió acomodarla en su nido intentando no cometer un error. Siguió acomodando otras ropas.

La señora Park cerró delicadamente la puerta y miró a su esposo sacando su celular marcando un número.

—¿Sí?

—¿Señora Min?

El Alfa a su lado abrió sus ojos como platos, ¿de dónde demonios sacó ese número?

—¿Quién habla?

—Soy la madre de Park Jimin, el Omega de su hijo.

Un grito muy agudo se escuchó del otro lado de la llamada asustando a la Alfa.

—Perdón, me lastimé el dedo del pie. —rió la señora Min. —¿Y por qué llama si se puede saber?

—Quisiera saber si su hijo puede venir a hacerle compañía al mío quien en este momento está pasando su celo.

¿Cómo cortejar a un Omega? Por YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora