El cortejo es una etapa donde el Alfa intenta conquistar al Omega con el fin de ser su pareja y conseguir la famosa marca. Durante este tiempo los Alfas hacen de todo para demostrar que es un buen partido.
Yoongi es un Alfa decidido a cortejar a aqu...
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Pasados los días, los padres Min y Park ya estaban al tanto de la relación formal que tenían sus hijos así que como modo de festejo decidieron alquilar una cabaña en Busan para que pasaran un tiempo tranquilo allí.
Por supuesto que ellos aceptaron y en estos momentos se encontraban yendo en camino a aquella cabaña, aprovecharon que comenzaron las vacaciones de verano para descansar sus mentes una semana y volver.
Al llegar observaron una pequeña pero linda cabaña con un lago al lado, el pasto fresco de un verde hermoso, todo creaba una imagen perfecta. Bajaron sus valijas y las acomodaron en la única habitación que había, no tendrían problemas para dormir juntos.
-Ya puedo respirar tranquilidad. -comentó Jimin dejándose caer en el sofá de la sala, delante de él una televisión grande y en el suelo una alfombra.
-En la noche podemos hacer nuestra maratón de películas si quieres. -sugirió el Alfa tirándose encima del menor quien asintió y lo envolvió en sus brazos, decididos a dormir un rato.
Dicho y hecho, en la noche se acomodaron en la alfombra con sábanas y almohadones además de snacks y bebidas alcohólicas para comer en esa oportunidad.
La película cómica pasó tranquila entre risas y comentarios sobre ella hasta que Yoongi se cansó, cerró los ojos tomando una posición más cómoda con su Omega entre sus piernas.
Su Omega, que bonito suena sabiendo que ahora son algo oficial.
El mayor comenzó a curiosear en el cuerpo perfecto de Jimin, con sus manos recorrió su vientre acariciándolo suavemente, el lugar donde tendrían a sus cachorros en un futuro. Subió de manera lenta creando un camino hasta sus pezones café que en ese momento ya se encontraban duros mientras entre sus piernas lo veía removerse de gusto.
Logró sacarle la camiseta que llevaba encima prosiguiendo con los pantalones dejándolo solo en unos lindos boxer que siguieron el mismo destino que las demás vestimentas, el Omega en todo el proceso no dijo una palabra y lo dejó hacer lo que quisiera.
Esa noche se sentía listo para entregarle hasta el alma.
-Yoonie, tú también. -protestó ronroneando con su Omega asomando.
El Alfa no perdió tiempo y obedeciendo al menor se deshizo de la ropa dejándola a un lado, agarrando a Jimin de la cintura lo acomodó arriba de los almohadones que servían para que no lastimara su espalda. Tomando las tiernas piernas hizo espacio entre ellas observando la entrada goteante que pronto lo recibiría, acercando un dedo la acarició adentrándolo un poco y escuchando silenciosos gemidos.
-Puedes hacer ruido si lo deseas, Jiminie. Nadie nos escuchará, estamos lejos de tener vecinos.
Mientras lo seguía preparando, con su mano libre rodeó el miembro del menor agachándose para tomarlo por completo en su boca, observó a sus caderas intentar follarlo desesperado pero él lo retuvo contra el suelo para que le dejara a él hacer todo el trabajo y como castigo le dio un palmazo en el muslo, al contrario obtuvo una risa atrevida. El Alfa movió su cabeza succionando, pocas veces se atrevió a usar sus dientes regalando sensaciones extraordinarias a Jimin quien se resistía en querer embestir contra aquella calidez que lo rodeaba tan bien.
