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-Ella empieza a sospechar- comentó el chico de manera frustrada caminando por toda la habitación.

-¿Cómo podría? No lleva mucho en este lugar- respondió calmada la inocente joven sentada en una de las sillas del aula.

Eran cuatro personas las que se encontraban en ese momento discutiendo lo que pronto cambiaría el rumbo de sus vidas, sabían que era un tema delicado pero que no se podía postergar. La pequeña Morgan sostenía sobre sus hombros el peso de una decisión que definiría todo y ni siquiera estaba enterada.

-Debemos decirle Antoine, es peligroso que valla por ahí siendo una ignorante- dijo el otro chico.

-¡NO! Empiezo a ganarme su confianza, no dejare que ustedes echen todo al traste.- la más inocente de todos en la sala temía por su floreciente amistad con la chica morena.

-¡DEBE SABERLO! ¡TODO DEPENDE DE ELLA!- Jayden no se contuvo más y explotó- ¿Crees que en verdad quiero esto? ¡Por dios! ¡La chica es frágil, jamás sobreviviría! Tiene que saberlo todo y empezar a prepararse.

-¡Eh dicho no!

Mientras todos seguían discutiendo, la más centrada de los cuatro se mantenía en las sombras del cuarto, observando como sus compañeros poco a poco comenzaban a perder la cordura, porque ¿Cómo no hacerlo? Ella igual estaba aterrada pero jamás lo demostraría, eso te hacia débil y si no podías tener el control sobre tus emociones, entonces menos sobre una guerra. Ahí, apartada de todos ella sabía que todos los demás estaban mal, Morgan no podía enterarse de lo que le avecinaba, tampoco de lo que habitaba dentro de ella y mucho menos de la decisión que llegado el momento tendría que tomar.

-Nadie dirá nada, ella debe descubrirlo por su cuenta y decidir, nosotros no podemos intervenir y no lo haremos- caminó por fin de entre las sombras.

-¿Ese es tu plan?- preguntó irónicamente el más nervioso de los cuatro.

-Es lo que haremos Jayden, sabes que si intervenimos y la decisión es coaccionada por alguno de nosotros o incluso cualquiera, el caos se desatará- defendió

-¿Y qué pasa si elige el lado equivocado?

-Pues entones que la diosa nos ayude porque si eso pasa, la guerra será algo seguro- murmuro Antoine.

Todos querían que Morgan tomara la decisión correcta, cada quien tenía sus razones pero todas llegaban al mismo fin.

Jayden por un lado, se había comprometido a servir a Morgan desde el momento en que la conoció en ese avión por lo que el lado que escogiera le aterraba bastante. Temía por el bien de la chica y no dudaría en protegerla ante lo que fuera.

Antoine tenía una deuda con laDiosa que lo ataba eternamente a su mando, él quería ganar, quería ser libre y volver a la vida que tenía antes y el hecho de que todo recayera en manos de esa joven inexperta lo descolocaba como nunca, el no tener el control de la situación lo enfurecía.

Las otras dos chicas en la habitación, eran las que más secretos tenían, nadie podía saber lo que harían ni la decisión que estaban esperando. Eran buenas ocultando sus movimientos y al final del día, ellas eran las que movían todas las piezas, aunque el par de chicos ahí presente no lo supiera.

Lo único que quedaba era esperar. 

Cyra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora