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Para Jungkook la pregunta le tomo de forma normal, y es que con su comportamiento efusivo, era obvio que su malestar era notorio con el Ángel rubio.

Estaba acostumbrado a no agradarle a el resto de Los Ángeles, pero no entendía y nunca se había dado a la tarea de investigar por que.

—No me das confianza, no... se siente como un Ángel— respondió el de cabellos negros sin demasiados líos, mientras los claros ojos de el rubío se abrían de una forma ligeramente sorprendida.

—Pero eso soy, soy un Ángel, Uno de encomienda— añadió, estaba seguro de aquello, pero seguía sintiendo la forma tan ermitaña en la que el Ángel se portaba a su alrededor

—¿Como sabias tu ,que fuí el ganador de el renacer Jimin?— pregunto, y más bajito apenas y entendía eso.

Había escuchado por los demás ángeles, que el ganador de el renacer era aquel que trabaja de forma ardua en el cielo para permitirle devolverle la vida a su amor pasado.

Todos habían sido mitos y murmullos entre los pasillos pulcros de mármol blaco en el cielo, o almenos eso había creído, ya que Hoseok, uno de los únicos ángeles sirvió en batalla por tantos miles y miles de años, solo para poder ser el Ángel guardián de su hermana, para el, El renacer era algo que se ganaba pero que no existía, algo que...no tenía caso.

—Los ángeles en el cielo hablan mucho de el ganador, pero no sabia quien era, fui creado hace apenas unos meses Jungkook—

Respondió, mientras el contrario le analizaba, por eso sentía aquella frecuencia distinta en su sistema.

Por eso Jimin era tan poco familiar, una generación nueva, eso quería creer, sin enemigos esa aura demaciado poderosa, sentía la misma presencia que en el , Esa misma audacia y fuerza, estaban en Jimin.

Desde la cosina, YoonGi y Taehyung escuchaban curiosos la platica de ambos ángeles, uno más interesado que el otro, claramente

YoonGi sintió un suave vacío en su pecho cuando escucho la fecha de creación de Jimin, notando como su hipótesis poco a poco se confirmaba un poco más.

La llegada de Jimin había sido un error, Jungkook lo había dicho, un Ángel tiene un tiempo límite de 2000 años de creación, y jimin apenas tenía unos meses, nisiquiera era para que estuviera en la tierra.

Se había sentido tan bien no tener que luchar con espectros y presencias esa mañana que ahora, lo guardaría como un bello recuerdo.

—Entiendo, por eso lo sabías—

Jungkook guardó para el, todos los puntos extraños que encontraba en aquel Ángel, mientras volvía a concentrar su atención en su adorable portador.

Este regresaba  de la cosina con un trozo de pastel de galleta entre sus manos, el tiempo de almorzar para el había llegado.

—Jungkook... el baño —señaló YoonGi, como una forma de recordarle, esta vez caminando a este para salir de el mismo en un tiempo récord.

Esta vez sus mejillas tenían más color, su piel tenía pequeña marcas en este y lo que los humanos llamarían, imperfecciones humanas, sus cabellos plenamente peinados y una apariencia pulcra

—Bien echo Kookie, Cada vez mejoras más en tu cambio, esta vez... ¿No dolió tanto? ...

Tu Eres Yo, Yo Soy Tu y Juntos Somos Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora