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La espada sobre su cuello estaba comenzando a doler y aún que su expresión serena y nada imperturbable no lo demostrara seguía siendo dolorosa.

Era un humano, uno que estaba siendo tan arrogante como podía con quien al parecer era ¿Dios?

—Tu arrogancia no tiene límites, ¿Que te hace pensar que Dios, nuestro Dios... Se tomaría la molestia de hablar contigo?—

El pálido se quedo callado un momento, notando como el agarre sobre la espada había disminuido, Su mano temblaba, y ya no sentía dolor.

—Cambio, Ahora ya no está ¿Verdad? — murmuró para el Ángel, quien le miraba, sabiendo exactamente a que se refería sin querer admitirlo.

Ese tono de voz, ya no era firme tampoco, era dudoso, como si las palabras no fueran las correctas pero indicadas, estaba siendo usado.

—No se de que hablas— Añadio aquel Ángel, mientras mantenía la espada entre su hombro y su cuello, sin presionar.

Presiona más fuerte Jimin-

Esta voz en su cabeza no paraba de decirle, que hacer, que decir, como actuar, incluso, en un momento perdió el control de si mismo, dejándose manejar, nisiquiera el mismo sabia por quien, aún que fuera más que obvio.

—Entiendo, si intentas encubrir a tu Dios, También entiendo que su rabia contra mi no disminuya... Entonces...— Era una jugada arriesgada, YoonGi lo sabia, pero esta era la única manera de saber, hasta que punto el Ángel era controlado, si es que acaso toda su conciencia se perdía en aquellos momentos, y sin mucha prisa presiono la espada sobre su piel, haciendo que de aquella pálida piel brotará sangre — Creo que deberías matarme.

Aquellas palabras resonaron en la cabeza de el Ángel quien aún era incapaz de soltar aquella espada, de detenerle, sabía que debía protegerlo, entonces ¿Por qué no podía moverse?

-A dormir Jimin‐

Su cuerpo callo a el suelo, junto a el resonante metal de la espada golpeando el mismo, estaba inconsciente, apenas después de escuchar aquellas palabras ¿A dormir? ¿Que quería decir? ¿Quien era? ¿Por qué podía manipularlo?

Tantas preguntas y ninguna respuesta mientras que su inconsciencia solo lograba desconcertar más.

El pálido, al presenciar tal escena, rápidamente tomó a el Ángel, llevándolo sobre su cama, importandole poco que ahora una de sus pocas prendas estuviera manchada de sangre, su sangre.

—¿Que fue todo eso?

Se preguntó a si mismo, contemplando a el Ángel inconsciente sobre su cama, Llevando sus manos a sus cabellos, para devolverlos con frustración.

—Que molestia.

Añadió sin preocupaciones, solo dejándole descansar, para después caminar a la cocina en busca de el botiquín

—Debería..  Pedirle explicaciones a Jungkook... hay tantas cosas que aún ni entiendo—

Se dijo a sí mismo, como solía hacer cuando algo le agobiaba, hablando a el aire.

                          [...]

Al llegar a su destino, No tardó mucho en que el mayor de ambos se lanzara sobre el sofá buscando ver un poco de televisión.

—Tae, sabes que hoy es uno de esos días... ¿Por qué no te veo haciendo tus deberes?

Pregunto Jungkook, quien cansado comenzaba recoger cada pieza o traste sucio por la casa como solía dejar su menor cuando desayunaba a prisa o salía corriendo la universidad.

—No entiendo por que debo hacer plegarias Jungkook, No soy un sacerdote o... Un.... Monje?— Pregunto con la mirada, mientras aquel angel negaba con la cabeza.

—Puede que no, pero tienes un don muy poderoso Taehyung, Sin las plegarias, Dios podría abandonarte, entonces.... Perderías la habilidad de incluso verme.—

Siempre era la misma platica, siempre las misma preguntas y al final el mayor de ambos hacia las plegarias, aún que... fueran una mentira

La realidad en todo eso era otra completamente diferente para ambos, Pero aveces era necesario mentir para proteger a quien amas, eso había aprendido hasta ahora de los humanos.

—Luego de que te duermas, iré a un lugar, pero no puedes ir conmigo ¿Entiendes? Debes, hacer tus plegarias y dormir—

Sonrio, notando como su mayor hacia suaves muevas de disgusto ante su reciente anuncio, sin embargo había a prendido a no ceder ante este.

                          [...]

¿Agua? Solo podría escuchar... agua corriendo, era un arrollo? Sin duda lo era.

Camino en aquella dirección, sin darse cuenta de que cuando por fin miro a su alrededor se encontra en una pequeña... ¿Choza? No, era demaciado moderno, era un... Kiosko, uno decorado bajo un enorme árbol de cerezo.

El lugar estaba rodeado por un arrollo, uno hermoso, tan cristalino que podía ver incluso si Alma..

Será que puedo....—

Estaba a punto de meter su mano dentro de el agua para tomar una piedra en el fondo, hasta que alguien a sus espaldas, sentado con las rodillas cerca de su pecho, hablo hacia el.

—No toques el agua... Si no estás listo para conocer la verdad—

Aquella figura se colocó de pie, Cabello largo, y negro, mientas que su túnica era hermosa y Blanca, con detalles plata, aquella figura estaba descalza y una banda pandeaba atada a su frente

—¿Quien...—

Pero no mostro su rostro, apenas intento dar vuelta para mirarle bien, aquella figura ya estába detrás suyo.

Sintió un suave sentimiento de nostalgia, acompañado de la familiaridad de aquellos brazos que le rodearon, cubriendo con una de sus manos, sus ojos, Susurrando cerca de el oído de el mismo.

—Te da curiosidad saber... ¿Por qué perdiste el control de ti mismo?—

Hasta ahora no había pensando en la situación, deslumbrado por la belleza de aquel lugar, pero, escuchándolo tan cerca, le ponía nervioso.

— ¿Sabes que fue lo que pasó? Mi... mi deber es proteger a ... a Ese hombre pero... mi estaba esta manchada por su sangre, yo no... —

Un suave siseo se escuchó por parte de aquel hombre que sin que el pudiera ver sonrio, una sonrisa que le permitía ver sus colmillos, y esa dentadura Blanca.

Jimin,Es hora de despertar—

Tu Eres Yo, Yo Soy Tu y Juntos Somos Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora