Capitulo 24

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Al fin estoy de vuelta en mi habitación, el hospital me tenía agobiada, extrañaba el simple hecho de estar en mi cama

Martin se ha ido de Londres, me pregunto una y otra vez si estaba segura de que Thomas tomara su lugar cuidándome, no estaba segura pero le he dicho que si

Bob está atento a mi la mayoría del tiempo, igual que mi tía Margaret, pero ambos trabajan y no pueden estar siempre pendientes de que no me parta la madre o algo por el estilo

Los niños van a la escuela y mi abuela Alice aún no se jubila por que ama su trabajo

Por lo cual, cuando quedo sola en casa, Bob llama a Thomas, como ahora...

La puerta de mi habitación se abre y por supuesto que aparece el mismísimo rey de roma

Inmediatamente trato de evitar todo tipo de contacto visual, no lo he visto desde el día en que me quede dormida en sus brazos, en el hospital, lo cual fue hace ya cinco días

—Hola preciosa—escucho su voz, la cual odio amar.—Te he traído apuntes de las clases que compartimos y me he conseguido apuntes de las que no

Murmuro un gracias casi inaudible, estoy realmente agradecida por que no quiero repetir el año por culpa del accidente pero mi voz no logra salir con normalidad ahora que está en la misma habitación que yo

Me raspo la garganta y digo un gracias más decente

—¿Quieres que veamos una película o algo?—pregunta acercándose a mi pero yo le hago una señal para que se detenga

—No, no tienes por que quedarte, puedes marcharte y yo diré que estuviste aquí cuidándome

—No me marcharé, debo cuidarte, además así aprovecho de estar contigo

—Yo no quiero estar contigo

—Nada que hacerle, me quedaré aquí

Me fijo un segundo en sus puños apretados, se que quiere golpear una muralla o romper algo cada vez que digo cosas como las que acabo de decir, claramente ha aprendido a controlarse y estoy orgulloso de él, y me siento estúpida por estarlo

Cuando me digno a mirarle a los ojos caigo en cuenta que él me mira de pies a cabeza con una pequeña sonrisa, llevo puesto mi pijama de Mickey Mouse pero no era consciente de eso hasta que el lo menciona

—Solo tu logras verte sexy con un pijama de Disney—sonríe relajando sus puños

No respondo y desvío mi mirada de esa seductora sonrisa

—Te amo—me recuerda nuevamente

—Deja de decir eso—me quejo en voz baja

—Es la verdad

—No te creo, últimamente tus verdades parecen ser mentiras

—Lo se, pero también se que en el fondo siempre haz sabido que te amo

Trato de ignorar su comentario

—Me voy a duchar—cambio de tema levantándome con esfuerzo de la cama

Cuando mi pie toca el suelo, suelto un quejido de dolor inevitable, Thomas me sujeta cuando pareciera que voy a tropezar

—No necesito tu ayuda—habla el orgullo por mi y trato de alejarme de sus brazos que me sujetan

—Tu estas demente si crees que dejaré que te des una ducha sola, el doctor específico lo peligroso que es que te bañes sola mientras estés así de delicada

—Me sabe a mierda lo que diga el doctor, si me quiero duchar sola, me ducharé sola

Thomas parece ni escucharme ya que me ayuda a llegar al baño y me sienta en el retrete sin aparente esfuerzo

El nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora