Capitulo 25

1K 75 102
                                    

Si sigo llorando así de seguido, terminare extinguiendo el papel higiénico, necesito volver a ser esa perra que no llora, por que eso de estar creando el río más grande del mundo no me está gustando para nada

Lo peor de todo es lo débil que su cercanía me vuelve, su tacto, tan solo su mirada, me hace querer olvidarme de todo y tomar refugio en sus brazos

Necesito recuperarme pronto para poder mantenerlo lejos con más facilidad y así intentar olvidarme de él de una puta vez

Claro que el muy hijo de puta está en mi misma universidad, quizás si tan solo lo ignoro por completo... aun que bueno, eso nunca ha parecido funcionar

Quiero gritar de frustración pero todos en casa duermen, además cada vez que grito me duele el cuerpo

¡Todo está mal!

Mi teléfono suena con un mensaje de Thomas iluminando mi pantalla, ni siquiera me molesto en leerlo, es tiempo de que bloquee su número, y eso hago, por fin me armo de valor para bloquear su contacto

—¡¿Acabas de bloquear mi numero?!—me da un susto de muerte

—¡Que demonios te pasa!, te apareces como fantasma—digo con el corazón latiéndome a mil por hora

—Habrías sabido que iba a entrar por tu ventana si leyeras el mensaje—responde el, haciendo un signo de silencio para que no despertemos a los de abajo.—Deberías cerrar tu ventana para dormir, no querrás que un psicopata entre por tu ventana

—Lección aprendida, psicopata—sigo un poco alterada.—¿Que haces aquí?, es tarde y mañana debes ir a clases

—Venía a ver si era cierto que te quedabas dormida llorando, y aparentemente si por que tienes los ojos rojos e hinchados

—Tu estas mal de la cabeza, no puedes colarte por la ventana solo para probar tu estúpida teoría, y si lloro o no antes de quedarme dormida no es algo que deberías saber

—¿Por que lloras?—toma asiento en el borde de la cama, ni siquiera se disculpa por irrumpir en mi habitación

—No se para que preguntas si ya sabes la respuesta, siempre haces lo mismo

—Y tu siempre evades tener que decir la respuesta

Me trato de limpiar, con el dorso de la mano, cada rastro de mis lágrimas y escondo las cajas de pañuelo como si el no se hubiera dado cuenta

—Sal de mi habitación, deben ser como las cuatro de la mañana y tú estás aquí por una estupidez

—No es una estupidez, haz estado quedándote dormida entre sollozos y no he estado ahí para acompañarte

—No necesito compañía, y mucho menos la tuya

—Yo si, contigo no tengo pesadillas

—Ósea estás aquí por ti, no por mi—aclaro poniendo una almohada sobre mi cara, como si eso fuera a hacer desaparecer a Thomas

—Por ambos princesa, tú no lloras y yo no tengo pesadillas

—Que tu estes acá no es exactamente lo que necesito para dejar de llorar, considerando que lloro por ti

El colchón a mi lado se hunde y segundos después su brazo cruza mi cintura y me atrae más a él, mi cuerpo se tensa pero se destensa cuando siento sus labios en mi oído

—Chis, hermosa, se que puedo cesar tus lágrimas, por alguna razón siempre puedo—susurra en mi oído poniéndome la piel de gallina

El nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora