BJ: Una cálida hoguera

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Drabble by Sadisticshy

El invierno no era el momento perfecto para ir de campamento, a menos que tu nombre fuera Wane Loud, Bear Grills o fueras un galán ruso de mediana edad. Desafortunadamente para Bobby Junior, no era más que el compañero de Wane, y ninguna cantidad de intentos previos de acampar con ella lo habrían preparado para el clima de ese día.

El niño estaba a merced del frío bosque del norte, escondido dentro de su tienda y deseando que su papá hubiera puesto más mantas en su mochila.

—Realmente debería haberme— estornudó. —Q-que-quedado con Loan...

Sus dedos estaban inquietos y sus huesos temblaban, haciendo que sus dientes se movieran como un bailarín de claqué.

—Oh por favor~— Escuchó la voz de Wane fuera de la tienda. Su mente le dijo que abriera la tienda y le diera la bienvenida, pero...

—¡Wa-wane, has vuelto!

Honestamente, el niño quería permanecer dentro de la pequeña y cómoda tienda tanto como pudiera.

Verga, salgo por un par de minutos y ya estás llorando, — Wane dijo antes de tirar algunas cosas al suelo. —Siento que tú deberías ser el que use la falda.

—¿Y q-que es lo que tiene que ver la falda en todo esto? Aunque no me importará, al menos si no estuviera tan malditamente frío —Estornudó de nuevo.

—Espera, olvídate de todo por un momento. ¿Realmente usarías una falda?

Bobby todavía tenía sus prejuicios sobre salir de la tienda, por lo que prefirió abrir la tienda lo suficiente para echar un vistazo. Los arbustos que los rodeaban tenían una mancha verde que denotaba los pasos anteriores de Wane y su amigo en cuestión estaba frente a él. Ver a una chica de su edad usando solo orejeras, ropa delgada, y una falda en este clima era algo extraño y al mismo tiempo fascinante.

—No en este clima, ni en público, — respondió, —pero seguro que no me importará, siempre y cuando no haya otras personas además de ti.

Wane, que en ese momento estaba preparando la hoguera, se detuvo un par de segundos y miró al horizonte con profunda reflexión. —hmm, me gusta cómo suena eso...

—¿En serio?

—Sí, confías en mí lo suficiente como para mostrarme tu verdadero yo,— luego sonrió y continuó con sus acciones, —gracias, eso significa mucho.

Bobby le devolvió la sonrisa y volvió al interior. Después de un par de minutos, el fuego estaba listo y Wane se dirigió a la tienda.

—Listo, Bobby, — dijo Wane al entrar, notando de inmediato que el tono escarlata en la cara de Bobby no podía deberse solo al frio.

—Ahm ... ¿dónde están tu licra? — preguntó este.

—Bueno, confío en ti lo suficiente como para dejar mi ropa interior al descubierto, — dijo antes de quitarse las orejeras.

—Ahm... ¿Gracias? Pero. Es un poco ra-raro... —Luego, Bobby procedió a meter la cabeza dentro de las mantas. —Si llego a verlos por accidente, sentiré que te traicioné.

Wane cerró la brecha entre ellos y se quedó allí, disfrutando de la ternura del momento. —No debería molestarte tanto.... Pero~—se acercó al oído del chico, —solo para dejar las cosas claras, no me importará si las ves ... o incluso las miras fijamente.

El niño pequeño se retorció en una bola, y Wane ya no pudo contener su risa.

— ¡Jaja , Bobby, pequeño pervertido!

—¡Deja de ser tan malaaa!

—Aww vamos, sólo estoy jugando,— tomó la mochila en la esquina y sacó una bolsa de malvaviscos. —¿Quieres uno?

—Yo no...— Un estornudo lo interrumpió una vez más.

—Parece que el frio te está ganando, amigo, — Wane tomó otros dos malvaviscos y tiró de la manta de Bobby hasta que consiguió una entrada. —Mira, me divertí mucho y todo, pero tenemos que calentarte.

El ceño fruncido en sus ojos no era una buena señal de bienvenida.

—Re-realmente no entiendo cómo lograste convencerme de ve-venir aquí... sabía que salir en medio de una tormenta de nieve era una mala idea.

Wane le dio un malvavisco, y justo cuando él se volvió hacia ella para rechazar el regalo, ella aprovechó la oportunidad y abrazó al niño por adelantado.

—¡Oye! No quier- wow... —El cuerpo de Bobby se derritió al entrar en contacto con Wane, desapareció su rigidez anterior, y con ella, la frialdad en su piel comenzó a desistir también, — Olvidé lo cálido que puede ser tu cuerpo.

—Sí, eso me ayudó en los días en que enfrenté las largas noches frías por mí misma, — se retiró del abrazo y una vez más y mostró el caramelo, y esta vez, Bobby estaba feliz de comérselo, —la cosa es, mi cuerpo podía protegerme de las frías noches, pero no había nada que me protegiera de la fría soledad.

Bobby abrió la boca, su joven mente curiosa lista para disparar preguntas... pero él era mejor que eso, —Wane, — tomó su mano, sabiendo que ella no quería recordar esos recuerdos, —sabes que puedes contar conmigo Para protegerte.

Wane sonrió con aire de suficiencia, —Buen intento, chico, pero no olvides quién es el que patea a los malos. Puedes ser mi compañero igual.

—¿Como un Robin?

—No, — su pequeña sonrisa reveló cuánto estaba disfrutando el momento, —no quiero que te lastimes.

—No lo haré, — proclamó, —he estado entrenando. Con un poco más de práctica yo-

Bobby fue interrumpido por un frenesí de ataques de cosquillas de Wane, en poco tiempo el niño se cayó, retorciéndose de alegría y un poco de dolor. —¡Detente, lo entiendo, lo entiendo, jajaja!

Wane se retiró, contenta con su victoria y con el sonido que venía del exterior, —hmm, parece que el clima finalmente se está calmando, — Bobby se sentó y se concentró por un momento, el sonido claro del fuego que atravesaba la madera confirmando su suposición. poco después: la ventisca había cesado.

—¡Estupendo! ¡Ahora podemos ir a jugar a la nieve!— Bobby gritó de alegría, solo para ser silenciado por el dedo de Wane un segundo después.

—Quieto~— su sonrisa se había convertido en otra cosa, la chispa en sus ojos ahora denotaba otro tipo de fuego, no el que se enciende en las noches más oscuras, sino el que anhela consumir, —tenemos que calentarte adecuadamente antes de salir.

—Y cómo vamos a... ahm...— la chica lo sacó del suéter y lo tomó de la cabeza para darle un beso. Una vez en su lugar, soltó el agarre y usó su mano ahora libre para acariciar el cabello y el cuello del niño.

Bobby se estaba derritiendo una vez más, esta vez de adentro hacia afuera. Su cuerpo inerte estaba a merced de Wane, listo para complacer la voluntad de la chica. Reclinó su cabeza para descansar sobre la palma de su amiga y la dejó que se lo comiera.

Los suaves besos, el ocasional mordisco, el dulce aroma de su piel, su cálido aliento y la suavidad de sus labios acariciaban todo su ser. La mente de Bobby estaba en medio de todos esos sentimientos, tanto que incluso después de que Wane finalmente lo soltó, seguía siendo distante.

—¡Maldicion, necesitaba eso! — ella exhaló con absoluta alegría.

—Oh ... acabo de recordar cómo lograste convencerme de venir en primer lugar... — dijo en medio de su estado de borrachera, pero Wane sabía que Bobby volvería a la razón después de un tiempo, así que lo tomó de la mano y lo ayudó a salir fuera de la tienda. Todavía les quedaban algunas horas para jugar antes de que terminara el día.

Las desventuras de una mamagueva (Wane Loud drabbles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora