Leia: Familia y negocios

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Una de las cosas que le gustaban mas del bosque cercano a Royalwoods son sus paisajes naturales, por supuesto que no se compara en lo más mínimo a lo que tenia en Alaska con las auroras boreales en determinadas fechas del año, o tambien aquellas expediciones en las noches eternas para probarse ante el maestro, aun así, esta aquí sentada en un atardecer, con unos binoculares para delimitar el área lo mas rapido posible, para de esta forma conocer la zona como la palma de su mano. A Wane le impacto algo muy suave en la cabeza mientras avistaba unos animales cerca del lago, por fortuna el proyectil resulto de lo mas cotidiano y inusual que se puede encontrar por estos lares, algo confirmado tras olerlo y lamerlo.

"¿Qué coño con esta gente y llamar la atención con galletas de chocolate?" susurro para si misma antes de llevarse la galleta por completo a la boca. Observando hacia debajo de la rama, vio a una niña de no más de nueve años tratando de llamar su atención.

"Disculpa ¿Eres Wane? ¿La chica nueva que hace trabajos por cierta cantidad?"

"Soy Wane, si usted busca cobrarle dinero, ya no soy la Wane que busca, se mudo a Nicaragua la semana pasada" respondio Wane de manera seca.

"¿Eh? Mejor ignoro eso último, le explico de manera breve, hemos revisado los registro de entrega de su domicilio desde su llegada al pueblo, detectando que tiene un gran gusto por las galletas de nuestra patrulla, siendo una cliente leal."

"Si, a mi madre le encanta comerlas mientras esta en cama viendo rarezas en internet, y no mentiré mi agrado por su cajas de galletas de chocolate..." Wane se detuvo, pensando en algo "si vienes a estafarme con galletas, vete antes de romperte la ma—"

"¡No! ¡no! ¡no!" negó la niña rápidamente asustada "nuestra líder quiere hablar contigo, quiere hacer negocios con usted para llegar a un acuerdo que las beneficie a ambas, paga muy bien."

Wane lo medito un poco, no es que necesitara mucho dinero actualmente para lo que busca comprar, sin embargo, su madre desde pequeña le enseño a amar tanto a un dólar americano como si fuera tu hígado, algún trauma de la infancia tendra, por otro lado, podría conseguir mejores beneficios en casa si llegaba a casa con plata y galletas para una buena temporada. Tomando su decisión, se inclino hacia la derecha para dejar que su cuerpo cayera de la rama, asustando un poco a la niña al pensar que se rompería el cráneo, sin notar la cuerda amarrada en el tobillo derecho de Wane con rama, técnica aprendida por si se quedaba dormida en la rama de un árbol o lugar algo y caía, lo aprendió a las malas.

"Hagámoslo, llévame con tu líder" sonrio, apuntando al horizonte, dejando una imagen peculiar de ella ante la mensajera al estar de cabeza.

El tiempo paso relativamente rapido desde el bosque a la guarida de las chicas exploradoras ubicada al oeste de la ciudad, aunque las alarmas rojas se empezaron a prender a medida que se acercaban al lugar, todo parecía una versión infantil de una pandilla o cartel patrullando la zona, ya sea en carritos de juguete de únicamente color rosa, un par de drones muy pequeños, armas de balines, y muchas, pero muchas galletas de la misma marca circulando, dejados en cada puerta del vecindario como si fuera el periódico. La cosa se puso mas seria cuando le pidieron que se vendara los ojos antes de entrar a una casa de dos pisos, por términos de seguridad, a lo cual no tuvo mas que aceptar para ser guiada a ciegas un par de minutos, hasta que la escucho.

"Puedes quitarte la venda, Wane" la voz es imponente a pesar de ser femenina algo chillona, de alguien a quien debías guardar tus opiniones.

Al quitarse la venda, estaba en un cuarto rosa con toques blancos, muchos peluches de felpa por todos lados, un trono ridículamente pequeño de alguien con un ego muy grande, entre otros detalles que dejo pasar al ver a una niña muy enana de cabello rubio, esperándola en una mesa de té con todo preparado para su llegada "whoa, bonita sorpresa" pensó Wane en sus adentros.

"Buenas tardes, Wane, me alegra que viniera de la manera pacífica a esta reunión, esperemos lo mejor de esta negociación para la buena inversión del tiempo de ambos ¿Té?" ofreció la niña rubia, a lo que ella extendió su diminuta taza rosa.

"Gracias..."

"Oh, disculpas por mis modales, soy Leia Loud, líder de esta orgullosa patrulla de niñas exploradoras vendedoras de galletas, el placer es tuyo" se presento Leia de manera educada "seré breve, tengo muy buena referencias tuyas de algunas de mis hermanas, Liby y Lacy para ser específica, seguro las conoces."

"Si" Wane levanto una ceja "Liby me pago $15 dólares por ayudarla en uno de sus casos como informante o esas vainas, mientras que con Lacy...no recuerdo hacer nada por ella, solo practicar deportes en algunas ocasiones ¿Qué tiene que ver?"

"Simple, que Lacy reconozco tu fuerza física es un gran logro para los demás, además para mi pesar, la saturno solo contrata gente capaz para sus casos ñoños al cual nadie le importa, así que al poner a un vigía cerca de ti, comprobamos tu gran utilidad para esta situación."

"Advino, tiene que ver con la versión infantil de una pandilla al estilo latinoamericano que vi atrás ¿No es así?"

"Observadora tambien, me agradas. Así que puedes responderme esto ¿Cuántas cajas de galletas recibiste al llegar a Royalwoods?" tras pensarlo un poco, Wane hizo un signo de dos "correcto, nuestra marca de galletas certificada por todo el estado de Michigan en calidad y sabor, y la competencia resumida en comida de pollo, conocidos como Bluebell."

Wane inclino su cuerpo hacia atrás, recordando "si, mi mama y yo las probamos, a mi no me parecieron la gran cosa, sin embargo mama las odio tanto que vomito en toda la mesa y tiro la caja por la ventana, creo que no vio que la caja decía el sabor de las galletas era de piña, recibimos intermitentemente cajas de esa patrulla con nuevos sabores o descuentos, solo que mi mama es...especial."

"Tu madre tiene un buen paladar, aunque yo hubiera quemado la caja en la estufa" comento Leia tras dar un sorbo de té "como sea, te lo pondré simple, estamos en una guerra comercial con los Bluebell por el dominio de esta ciudad de gente estúpida, muchos han caído o han sido castigados hasta la edad legal para poder tomar, un precio alto que todos estamos dispuestos a pagar, incluso si tenemos que hacer acuerdos de paz por culpa de los adultos."

"Los cuales no cumplen" agrego "vengo de Alaska, Leia, el trafico de armas entre los adultos es tan común como el cortar leña para mantenerse caliente en las noches, apuesto el tatuaje en palma lo que quieras a que ambas patrullas se pasan por el forro de los cojones esos acuerdos de paz, buscando la forma de destruirse por detrás mientras todo esta bien para los adultos, ¿Y quieres que entre al juego?"

Hubo silencio, antes de que Leia empezará a reír por lo bajo, para luego soltar una risa mas fuerte, tomando un peluche de felpa de oso y metiendo su mano dentro del estomago de este, sacando $70 dólares y dejándolos en la mesa.

"Un cargamento de Bluebell esta programado para dejar mercancía en la casa de los Dickson, si decides aceptar los trabajos, se te dará protección, paga, y buenas galletas de por vida" antes de que la mano de Wane tomara el efectivo, un cuchillo de plástico se clavo entre sus dedos "una cosa más, aquí no se tolera la traición, sueltas la lengua con alguien fuera del cartel o lastimas a una de mis chicas, te prometo por lo mas sagrado que tengo que hare tu vida un infierno."

Wane sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, odiando admitir que una niña de seis años le provocaba mas miedo que un oso pardo con solo una mirada, tomo el dinero y estuvo dispuesta a salir, no sin antes respondiera una última pregunta de Leia.

"¿Qué prefieres ser? ¿Una rata de campo o de ciudad?"

Wane solo levanto la mano en señal de despedida, y sin voltear respondió "con ser una rata libre y con familia, me basta."

Las desventuras de una mamagueva (Wane Loud drabbles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora