Kira abrió los ojos, de manera agitada, se levantó rápidamente de el suelo mientras echaba un vistazo a su alrededor, para su sorpresa, se encontraba en su casa, la residencia Kira Yoshikage, heredada de su padre y perteneciente a antiguos samuráis de varias generaciones atrás, estaba desnudo y no tenía nada a la mano para vestir, la casa estaba polvorienta y en un estado un poco descuidado, pero con unos toques se podía arreglar, decidió ir a su armario, se vistió con una camisa informal y unos pantalones de verano.
Aun no podía salir de su perplejidad, se sentó fuera de su casa, específicamente en el jardín para tomar algo de aire.
Recordaba su obsesión por una vida tranquila y su fetiche por las manos, las personas que mató, sus enemigos, Jotaro, Josuke, Hayato, Reimi Sugimoto y las mujeres que asesinó... Lo recordaba todo, incluso el Bites the Dust.
¡Su Stand!
Lo invocó y ahí estaba, Killer Queen tenia ahora una mirada mas viva y no tan cínica como antes, demostraba mas expresiones y una faceta quizás humana.
Sus nervios se calmaron y la cabeza le dejó de dar vueltas, recordaba incluso su etapa como fantasma, realmente le dieron otra oportunidad.
Adentrándose a la casa, se dispuso a limpiar habitación por habitación, recordando donde dejó los trapos y cepillos para limpiar, se puso manos a la obra.
Kira es un hombre que piensa mientras actúa, por esa misma razón es tan prudente y nada impulsivo, no pensaba antes y luego actuaba, tampoco actuaba y luego pensaba después, es un humano simplemente complejo en todo el sentido de la palabra.
Cuando se miró en el espejo mientras limpiaba, noto un brillo radiante en sus ojos, ya no tenia los mismos ojos muertos que antes, y lo que mas le sorprendió, fue que ya no tenia la necesidad de matar y tomar manos.
Cambió.
Y pensó y pensó mientras hacia las labores de la casa, su mente estaba ocupada por un sinfín de pensamientos, su confusión llegó a tal punto de querer creer que nada de lo que veía era real.
Su estomagó gruño severamente por el hambre.
—Yo... Tengo hambre, siento hambre.— Atónito ante la respuesta de su cuerpo, volvía a sentir la necesidad de comer.
Reviso su refrigerador y como era de esperarse, estaba totalmente vació, no había nada, ahora que lo recordaba, tenia que volver a contratar el servicio de agua, electricidad y drenaje.
Sus ojos temblaron ligeramente, sus manos hicieron movimientos nerviosos, se tocó la cara y volvió a entrar en un estado de perplejidad.
—Cómo... ¿Cómo es posible?
Kira tardó un tiempo en procesar mas información, hasta que finalmente se tranquilizó y volvió a su expresión neutral.
Fue a su armario nuevamente y se vistió con un traje totalmente negro, se arremango los antebrazos de las mangas, dándole un look más fresco, se puso unos lentes negros de sol y salió a comprar algo para comer, pues sorprendentemente aún tenia bastante dinero de sus ahorros.
La razón por la que se vistió de manera tan diferente pero a la vez tan discreta, fue por su identidad, apostaba que Josuke y los demás aún rodaban por el lugar, quería mantener su identidad escondida, no quería causar problemas y verdaderamente se esforzaría por ello.
Dado que ya no tenía su automóvil, optó por caminar, luego encontraría un trabajo, después de todo, Kosaku Kawajiri murió y Kira Yoshikage aún seguía vivo, o al menos legalmente después de los acontecimientos.
Caminó hasta llegar a St. Gentleman's, lugar donde compraba sus sándwiches y los disfrutaba sentado en un árbol con sombra, esa sería la estrategia nuevamente.
Después de elegir su sándwich Katsu frito y comprar una botella de agua, Kira se dirigió a su mismo spot cotidiano de siempre, sentándose a disfrutar de su placer mundano.
Le costaba creer un poco lo que estaba ocurriendo, había vuelto de la mismísima muerte, no encontraría una explicación del como fue posible que esa entidad o entidades le dieran tal oportunidad, la maldad debe ser arrastrada al infierno, pero tal parece que Kira cumplió su condena... Quizás solamente tuvo suerte de uno entre cientos de millones.
Simplemente no le dió más vueltas al asunto y se dispuso a poner su mente en blanco.
Pero...
El mundo es muy pequeño, sobre todo el pueblo de Morioh, ¿no?
—N-No... No puede ser.— Un niño de estatura baja y cabello castaño se quedó paralizado al verlo.— ¡¡Eres tu, Kira Yoshikage!!
Volteando sorprendido, sus ojos se clavaron en Hayato, si, el mismo Hayato Kawajiri.
—Mierda, yo... Yo-
Hayato salió corriendo rápidamente del lugar, al parecer el niño también disfrutaba de su sándwich frito.
—Espera... ¡Hayato! ¡Yo-! ¡Yo no...! ¡¡Joder, joder!! ¡Maldición!
Kira se lamentó de su suerte, sabía que muy probablemente Josuke y los demás irían a buscarlo.
No tenía excusas de todas formas, el trató muy mal a Hayato cuando personifico a Kosaku, incluso intento asesinarlo en una ocasión (y cometió el error de haberlo hecho antes, de no ser por Bites the Dust) y lo tenia en la mira para golpearlo si era necesario para callarlo.
Pero Kira ya no tenía esos deseos ni esa maldad enfermiza, ahora es un hombre con deseos comunes y "normales" ¿cierto?
Restandole importancia a la situación, se dispuso a comer su sándwich y relajarse
Cuando disfrutaba de su comida, pensó un poco sobre si mismo, su personalidad no había cambiado en lo absoluto.
Aún conservaba algunos comportamientos que se considerarían inmorales, pero no sádicos, bueno, quizás si, pero no al punto extremo.
Cuando acabó, se levantó y fue a dar un paseo por el parque, recordaba lo mucho que le gustaba pasear y disfrutar de la brisa del aire, aunque de manera disgustosa, también solía traer a sus ''novias de la mano''.
Ahora sentía un profundo asco por sus acciones pasadas, era un hombre equivocado, con una retorcida manera de ser, atormentándolo a el y a los demás.
Acabando de dar su paseo habitual, se dirigió a su casa, necesitaba ordenar muchas cosas.
Demasiadas...
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Retribución
Fiksi PenggemarKira Yoshikage regresó, después de 2 años de vagar como un fantasma y aprender de sus errores, concluyendo que no fue una buena persona en su vida pasada, se le da una oportunidad de enmendar las cosas, finalmente pudiendo alcanzar una vida tranquil...