━━ 16. express himself

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◖𓈈﹗ ﹙ capitulo dieciséis﹚
❛ ▬▬ EXPRESARSE ÉL MISMO. . . ❜

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                    Había sido toda una odisea si la droga no hubiera estado presente en el momento en que aceptó quedarse con Sam y Dean por unos días en Salem no se sentiría tan mierda como lo estaba haciendo. La reina no había tenido ningún problema en que tomara unas vacaciones, solo le pidió que no se extendiera más de una semana, había un plan elaborándose para romper un sello y —como si no estuviera constantemente presente en su cabeza— un apocalipsis que desataba catástrofes naturales. Se sentía extraña en el mundo exterior, entre personas que hacían la compra y niños jugando en los columpios. Parejas iban tomadas de la mano, paseando el amor que poseían. La volvían celosa y asqueada. Recordaba a su ex novio y quería vomitar de lo necesitada que se había vuelto de sus palabras. Todavía extrañaba que la llamaran mi amor. Decía mucho, eran dos palabras poderosas. Mi amor. Una asociación que le parecía eterna. Todo un estamento de lo que una persona causaba en otra, permanecía grabado en su mente la voz de Dorian y la curva de la comisura de sus labios cada vez que la decía. La hacía sentir especial, la guardiana de algo tan vivo y pasional. Le gustaba mucho como la palabra Baby. Mamá la llamaba así porque era lo más preciado que tenía. La veía como su pequeña bebé a la que había jurado cuidar y hacer feliz por el resto de sus días. Una promesa inquebrantable. Si ella tuviera una hija le profesaría la misma devoción porque le gustaría que fuera su todo, justo como ella lo fue para su madre.

      Sam se marchó hacía unos minutos a comprar la cena, dejando a Lilith y Dean completamente solos por primera vez en el encerramiento de la habitación del motel. Suerte para la bruja que una inyección de heroína —se había metido en el baño a escondidas— la dejó descansando sobre la cama con los ojos cerrados y la mente divagando en pensamientos positivos, o mejor dicho, en aquellos que la lastimaban pero la heroína era su escudo y, entonces, era placentero. Su cuerpo y mente se elevaban de la pacífica cama, flotando hasta el cielo. No estaba abrigada entre las mantas, pero su cuerpo se sentía como si fuera invierno y estuviera enfrente de la chimenea de su casa, con las llamas altas y anaranjadas contrastando contra los copos de nieve. Una hermosa noche de invierno. El abrazamiento del amor profundo que la hacía sentirse viva.

      Escuchó vagamente los movimientos de Dean en la habitación. Se había acercado a la nevera y sacó una botella de Whiskey, bebió un trago largo y volvió a sentarse en una de las sillas. Tenían la mesa abarrotada de periódicos, fragmentos de asesinatos y noticias sobre las catástrofes ambientales, rotuladores y lápices y ambas laptops encima de una pila de libros sacados de la biblioteca municipal de Salem. Dean observaba el diario de su padre sin pasar de hoja, parecía atrapado en ellas. Lilith rio jubilosa, pensando que sobrevolaba entre las nubes, así como la primera humana en los brazos del arcángel.

      —¿Conociste a otros cazadores? —De pronto, Dean se dignó a pasar del cordial hola de hacía unas horas, aunque su pregunta no la entusiasmaba como lo haría un "¿cómo estás?"

LIKE A PRAYER│DEAN WINCHESTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora