¿Que te encargarás? ¿Es una broma? - su tono de voz iba en aumento- ¡Oh, cierto! Olvidaba que estaba hablando con nuestro gran líder, Charles, el que todo puede- la ira podía palparse en su voz y sus palabras escondían cierta burla.
¡Siéntate Gregory!- la orden surgió como una ráfaga desde el fondo del establecimiento, la presión de su voz le recordó los viejos tiempos. Aquel hombre seguía allí, debajo de esa capa de miseria, autocompasión, traición, pecado y suciedad; el hombre que en algún momento admiró y envidió, seguía allí.
Asi que en honor a esa persona que supo ser y de la que solo una chispa quedaba, tomó asiento y se mantuvo en silencio.
Unos momentos después, Charles salía de la cocina.
Iba vestido con su camisa, la cual estaba arremangada, dejando espacio a varios trapos atados a lo largo de sus antebrazos; los cuales se mantenían chorreando agua.
En su mano izquierda sostenía desde el mango, una gruesa sartén de hierro y en la derecha, tenía aferrado firmemente su cuchillo.
Se puso en guardia, mirando en dirección a la puerta del baño, aún cerrada.“¿Qué se supone que está haciendo?”_ Miraba al otro hombre, allí de pie e inmovil. Su aspecto era bastante ridículo - “No hay duda en que hará que lo maten” - Aunque pensar esto último no le resultó precisamente displacentero.
Observó alrededor, pudiendo identificar múltiples accesos por los cuales podría escapar cuando las cosas salieran mal.Dos alaridos surgieron en sintonía desde el baño, unos segundos después, el pomo metálico comenzó a fundirse hasta que simplemente cayó deformado al suelo.
Gregory se volvió otra vez hacia Charles, quien estaba claramente tenso, aunque respiraba calmadamente.
La puerta se abrió chirriante, mientras una figura se asomaba desde el interior.
Era alto y musculoso e iba completamente desnudo. Lo rodeaba un manto de llamas, que desde su cabeza formaba una mata de cabello que caía por su espalda.
Su mirada se fijó en Charles, le sonrió con una dentadura completamente blanca y sin previo aviso se precipitó hacia él. El movimiento había sido de una velocidad tal que Gregory tuvo que desviar la mirada por el aire caliente que golpeó su cara, producto del calor que irradiaba y del aire que empujó.
Un ruido metálico seco resonó en la cafetería, era como si fuera un golpe.
El hombre calvo alzó la vista rápidamente, encontrándose con que el puño de aquella criatura llameante había sido detenido por la sartén que Charles sostenía. Alcanzó a ver desde su perfil que el hombre estaba esbozando una media sonrisa.
Retiró el puño y soltó una risilla en respuesta, claramente no esperaba que alguien pudiera recibir ese golpe con tanta simpleza. Alzó los puños y comenzó a descargar múltiples golpes de forma sucesiva a una gran velocidad, éstos eran desviados de forma grácil por Charles mediante sus propios impactos con la sartén, provocando que su rival dejara una breve apertura y dejándole lugar a que pudiera dar algunos cortes ráìdos a lo largo del cuerpo de su atacante.
Siguieron así por un breve período de tiempo pero de pronto se detuvieron cuando el hombre ardiente, se alejaba de un salto, jadeante por la multitud de cortes que cubrían su cuerpo del color del fuego, las heridas sin embargo, no parecían sangrar.
Charles por su parte, sudaba profusamente y tuvo que descartar su herramienta defensiva, que ya se había deformado por la intensidad de tantos golpes candentes.
Podía verse que estaba exhausto, respiraba con fuerza y el brazo izquierdo le temblaba.La encarnación del pecado le gruño y se lanzó contra él con ambas manos apuntando hacia su cabeza. Su velocidad, afortunadamente, se había reducido de forma considerable a causa de las heridas, por lo que Charles pudo evadir su agarre inicial, aunque la mano derecha de su oponente alcanzó a tomarlo por el antebrazo izquierdo.
Los trapos despidieron vapor furiosamente, el dolor le hizo expulsar un grito que cubrió el recinto mientras usaba las energías que le restaban para lanzar un ataque directo con su arma.
La hoja se dirigió hacia un lado de la cabeza y entró limpia a través de su oído, un pequeño crujido se escuchó, el hombre llameante tuvo un leve espasmo y acto seguido, se precipitó contra el suelo.
Cayó de golpe, produciendo un ruido sordo en su impacto contra la cerámica de debajo.Había estado mirándolo todo y ahora se encontraba anonadado.
El hombre frente a él se quitó desesperadamente los paños del brazo izquierdo, que ya se había enrojecido e incluso presentaba algunas zonas de manchas blancas con formas de dedos, donde se había hecho mayor presión.
Gregory se levantó tranquilamente y se acercó con cierto temor, no lograba despegar la mirada del cuerpo desplomado; el cual parecía poco a poco irse enfriando para revelar al mismo tiempo la piel gravemente quemada de un hombre adulto.¿Está muerto? ¿Solo así? ¿Tan fácil era después de todo? - recordó la quemadura en su tobillo y sintió un escalofrío - Quizás pudiera haberme encargado yo si hubiera sido uno contra uno.
Charles se giró, el ceño fruncido y preguntas en la mirada. Después de todo, no le había contado contra que mas había tenido que luchar en el hospital.
Pero en lugar de presentar sus preguntas al respecto, este simplemente asintió mientras se precipitaba hacia el baño, Gregory lo siguió.
Solo encontraron dos cuerpos entrelazados y carbonizados dentro de una de las cabinas. Después de todo, siempre sucedía con los catalizadores de una aparición demoníaca.
El otro hombre huyó apresurado de allí, tosiendo y con lo que parecían ser lágrimas surgiendo en sus ojos, fue hacia la cocina en donde buscó su abrigo y se quedó esperándolo fuera, de espaldas a la puerta principal.
Se acercó al cadáver tendido boca abajo en el suelo de la cafetería, el cual aún seguía con el arma incrustada en el cráneo. Sin lugar a dudas ahora irrecuperable gracias al intenso calor.Te has hablando Charlie - tragó saliva y sacó el crucifijo de la bolsita en su espalda - Sigues siendo una herramienta muy efectiva para matar, aunque pareciera ser que ahora te han comenzado a doler los daños colaterales - presionó la cruz de madera con fuerza - Si tan solo te hubieran importado antes.
Se tomó un momento para purgar el lugar con su plegarias y bendiciones antes de salir al encuentro con Charles.
Estaba fumando con la mirada perdida en dirección a la calle frente a ellos. Comenzaron a oírse sirenas de policía, sin lugar a dudas alertados por el disparo o los gritos.Debemos ir a verlos - su tono fue bajo y su voz exudaba cansancio. Arrojó el cigarrillo y comenzó a alejarse del local.
Gregory enarcó una cejaSabes bien lo que te dijo que pasaría si es que te atrevías a volver- Charles le devolvió una mirada vacía, carente de cualquier emoción que pudiera ser vista.
Tengo preguntas y va a responderlas - sacó su revólver, vio las cuatro balas dentro del barril y la volvió a guardar, esta vez a su espalda, sujeta por sus pantalones - El precio o lo que ocurra después, me resulta irrelevante - se encogió de hombros.
Gregory lo vió alejarse, algo atemorizado e incapaz de pronunciar otra palabra al respecto. Allí avanzaba lento, el que alguna vez llamaron verdugo de los siete.
Comenzó a seguirlo y avanzaron en silencio en dirección a La catedral.
ESTÁS LEYENDO
Entre Fuego y Sangre
FantasiUn mundo en que la humanidad se ha perdido y enfrenta un enemigo que desea limpiarlo, pocos son quienes podrían defender lo que queda. La pregunta es... ¿Serán lo suficientemente fuertes? ¿Sus almas rotas podrán soportar el peso de la verdad? ¿Los c...