Los golpes eran pesados e insistentes, por el ruido, quedaba claro que los realizaba alguien corpulento.
Charles se acercó a la mirilla de la puerta y pegó el ojo. Allí del otro lado, dos hombres con cuidados trajes miraban la entrada a su apartamento, rodeados por el sucio papel tapiz floreado del edificio.
Abrió la puerta, necesitando una considerable cantidad de fuerza para mover sus bisagras oxidadas y su hinchada madera; tras un crujido, la habitación se fusionó con el pasillo. El aire viciado halló un escape y una fresca brisa matutina le erizó los pelos de los brazos.¿Necesitan algo? Si es por el gato de la señora de al lado no lo he visto- su tono era áspero, aunque con una leve tonalidad burlona, las palabras surgieron lentas y algo pastosas. La boca aún le sabía a alcohol y su humor no era el mejor, aunque sabía que algo estimulante como aquello le vendría bien.
Los sujetos se miraron extrañados antes de que el mas cercano le dirigiera la palabra.Venimos a buscarlo Detective Keeper, somos los nuevos miembros de la U. C. V. y nos destinaron para acompañarlo a la escena del crimen que acaba de presentarse, es aquí cerca, así que si gusta venir con nosotros- se giró haciendo un gesto con el brazo hacia la escalera que llevaba al estacionamiento.
Lo observó un momento, el chico era joven, bien peinado y con un perfume levemente ácido, era bastante musculoso, desentonando un poco con su cara más parecida a la de un adolescente.Los nuevos reclutas ¿eh?- dijo con aspecto emocionado e incluso llegando a sonreír un poco- bien, me parece perfecto, los sigo entonces.
El hombre de atrás de mediana edad y un tanto delgado soltó un gruñido en señal afirmativa. Se dirigieron piso abajo, no sin que antes Charles revisara en busca de sus armas una última vez.
Los dos sujetos trajeados avanzaron en silencio con Charles en medio de ellos, este último iba tarareando alegremente en voz baja. El “cara de niño” inauguraba la fila y el tipo silencioso iba al fondo, ojos curiosos se asomaban en el pasillo, pues ciertamente no era común ver gente elegante en un lugar así .“En medio ¿eh? Asi solo lo hacen mas sencillo”- pensó Charles mientras el primero de ellos abría la puerta hacia el estacionamiento.
El aroma a encierro cubrió su nariz y el asfalto sonó con sus pasos, Se dirigieron hacia una esquina en que lo único que estaba aparcado era una camioneta pick up de color celeste.“Ni siquiera eso hacen bien”- Charles soltó un bufido frustrado, aunque algo divertido y simplemente continuó siguiendo el juego
Entonces el hombre musculoso llegó al vehículo y abrió la puerta.
El detective Flick sujetó el mango del cuchillo por dentro de la gabardina, sintiendo el rugoso cuero aún algo frío en comparación a su mano que empezaba a sudar, su corazón comenzó a acelerarse.
Respiró hondo mientras se giraba, dando un corte en la muñeca del hombre tras él, cuyo puño descendía en dirección a su cabeza. La vibración despedida por el impacto lo recorrió a través de todo el brazo y la adrenalina comenzó a bombear en su cuerpo, se sintió… vivo otra vez
!Vamos a jugar¡ - su voz surgió como un rugido ronco, lleno de ira, aunque con cierto placer en el desafío que acababa de pronunciar - ¿Me quieren? Pues vengan.
Sonrió con malicia, viendo cómo retrocedía su contrincante con una mano menos, mostrando una herida que ni siquiera sangraba.
Lanzó su cuchillo contra el hombre manco, quien no llegó a reaccionar, acabando con la hoja atravesada en su cuello. El cuerpo cayó pesado contra el suelo, el ruido rebotó a través del estacionamiento, perdiéndose a lo lejos.
Un gruñido sonó tras él, se giró rápidamente. El muchacho musculoso se encontraba completamente desnudo, su cuerpo estaba surcado de largas líneas negras que parecían extenderse rápido y su rostro estaba completamente transformado en una expresión animalesca con los ojos vacíos.
Se encorvó y cargó contra Charles a una velocidad ridícula para un ser humano. El sujeto de la gabardina se movió ágilmente hacia un lado, dejando al chico pasar de largo, quien soltó un bufido de frustración, empezando a caminar encorvado en círculos alrededor de su contrincante, buscando una apertura, éste sin solo giraba en su propio eje, sin quitarle la mirada de encima y sonriéndole con las manos a la espalda.
Un grito provino de la garganta del joven quien ya parecía mas un animal que un simple jovencito, el sonido grave y extrañamente parecía combinar dos voces diferentes. La criatura arremetió con mas fuerza aún, un crujido retumbó en el amplio espacio vacío y la distancia que los separaba desapareció, su mandíbula abierta mostraba unos dientes ennegrecidos que se acercaban hacia él. Casi podía sentir su aliento cuando un ensordecedor estallido lo cubrió todo.Saboreó el agrio humo en su boca, fumar y beber eran malos vicios, pero lo ayudaban a digerir las cosas, los últimos años habían sido muy duros y dudaba mucho que esas actividades fueran a ser la causa de su muerte
Miró hacia abajo, quien supo ser el joven que le había buscado por una escena del crimen con unos modales envidiables yacía en el frío asfalto. Sus dos piernas estaban retorcidas, obviamente rotas y en la parte superior de su cabeza, un agujero se presentaba como el lugar por el que había escapado su bala tras entrar por la boca de la criatura, tampoco salía sangre en esta herida.Al menos hubieran elegido un vehículo que fuese creíble- le susurró al primer cadáver, que había empezado a arrastrar tras quitarle el cuchillo del cuello.
Dió una última calada al cigarrillo y lo arrojó hacia los dos cuerpos apilados, que comenzaron a arder, en una combustión violenta y repentina.“Los hiciste para el fuego y en cenizas regresan. Una tragedia ciertamente” - La melancolía de ese pensamiento le recordó lo perdido y lo que eventualmente vendría para él.
No podré escapar siempre, quizás algún día les deje llevarme - su voz fue un susurro, pero la tristeza se filtraba entre las palabras - Quizás es lo que merezco.
Resopló yendo hacia la luz y el ruido de la ciudad con las manos en los bolsillos de su abrigo, dejando una pila de cenizas tras de sí.“Lo único que hemos dejado es destrucción ¿realmente hemos protegido a alguien?” - La misma voz dulce surgió en su cabeza de nuevo, obligándolo a sacudirla en un intento de espantarla.
No lo sé Eleanor… Juro que no lo sé- su voz se quebró mientras un par de lágrimas le escurrían a través del rostro.
Con la emoción de la lucha habiéndose desvanecido, dejándolo nuevamente vacío, siguió caminando en dirección al Hospital San Agustín.
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Entre Fuego y Sangre
FantasyUn mundo en que la humanidad se ha perdido y enfrenta un enemigo que desea limpiarlo, pocos son quienes podrían defender lo que queda. La pregunta es... ¿Serán lo suficientemente fuertes? ¿Sus almas rotas podrán soportar el peso de la verdad? ¿Los c...