Capítulo 7.

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— Relájate por favor — insistió John.

Holmes respiraba de forma pesada y tenía el ceño fruncido con sus dedos apretando el puente de su nariz, caminaba inquietamente de un lado a otro con una mano en la cadera. La señorita Hudson ni siquiera se quedó. Holmes estaba por explotar.

Habían pasado dos días desde mi incidente en la cafetería, durante ese tiempo estuve inconsciente ya que no había comido demasiado y no tenía muchas fuerzas o energías.

— John, déjanos solos — pidió Holmes.
— Sherlock...
— Ahora — dijo con seriedad.

John salió rápidamente y me deseó suerte, tras eso Holmes y yo quedamos solos mirándonos fijamente.

— Te dije claramente que tuvieras cuidado — dijo intentando mantener la calma —. De no ser por Watson te habrían llevado con un médico y todo se habría ido al carajo.
— ¿Crees que no lo sé? — pregunté sin perder la compostura —. Lamento traerles problemas, pero no esperaba que sucediera eso.
— ¿Tienes alguna enfermedad acaso? ¿Por qué diablos te desmayaste? — preguntó.
— Las cosas se complicaron para mí — comencé a decir —. No puedo seguir fingiendo estar muerta, es perjudicial para todos.

Le expliqué todo a Holmes, desde la muerte de mis padres hasta el atentado de William, sin decir, por supuesto, que era él, no podía involucrarlo, no hasta estar segura de qué era lo que tramaba.

Quedó estupefacto y yo cabizbaja, me avergonzaba por contar tales atrocidades.

Holmes se acercó lentamente a mí y se sentó a mí lado, ambos quedamos sentados de frente a las ventanas y soltamos un suspiro. Tratamudeé un poco antes de hablar, aunque al final no pude decir nada ya que los fuertes y delgados brazos del detective rodearon mi cuerpo y lo pegaron al suyo. Mis mejillas se iluminaron al rojo vivo y quedé totalmente tiesa ante su repentina y nada esperada acción.

Pasaron varios minutos y ya sentía su calor invadiendo mi cuerpo. Aquello era reconfortante, bastante para mí gusto. Suspiré lentamente y correspondí ese abrazo con delicadeza y sin tocarlo demasiado. El cuerpo de Holmes se tensó por mí acción y gracias a ello quise separarme de inmediato, pero él lo evitó al apretar el abrazo.

— ¿Ho-Holmes? — pregunté nerviosa y sorprendida por su acción.
— Lamento que tuvieras que pasar por todo eso — dijo sin mostrar alguna emoción en específico.
— No quiero tu lástima, fueron mis decisiones la mayoría, no puedo quejarme — dije con tranquilidad.
— No es lástima — dijo mirándome a los ojos —. Lo último que siento por ti es lástima, simplemente creo que, como dije en el crucero, una mujer tan hermosa como tú no debería ver o vivir esa clase de cosas.
— ¿Insinuas que quienes no son tan hermosas como yo merecen verlo? — pregunté con mis ojos clavados en los suyos y una mirada cansada.
— Claro que no, simplemente digo que... Mereces algo mejor — dijo tranquilo.
— No es así... He cometido crímenes, podrías arrestarme por todos ellos justo ahora — dije cabizbaja.

Holmes tomó mi barbilla y alzó mi rostro para que lo viera negar con la cabeza.

— Deja de pensar así — me regañó básicamente.
— ¿Por qué te interesa lo que piense o no de mi? — pregunté extrañada por su actitud.
— Porque veo una luz en ti que nunca vi en nadie más — contestó.

Mis ojos se abrieron lentamente y mi respiración tembló. Nos miramos fijamente a los ojos, no me había fijado en lo hermosos que eran sus orbes lapislázuli. Él alzó un poco más mi barbilla y pude sentir su mirada sobre mis labios. Tragué slaiba nerviosa y humedecí mis labios.

— ¿Acaso quieres besarme, Holmes? — pregunté en un tono burlón.
— ¿Qué harías si contestó que sí a esa pregunta? — preguntó pícaro.

Amor Criminal (Edición) || Sherlock Holmes x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora