Capítulo 25.

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Golpeé la puerta cuatro veces por tercera vez, llevaba varios minutos ahí parada esperando a que abrieran, pero no pasaba nada. Solté un bufido molesta y me di media vuelta dispuesta a irme de aquel lugar. William había pasado horas junto con Bonde arreglándome para que aquel hombre no se dignara a abrir la puerta.

Ya estando cerca de la calle, choqué con un hombre rubio de ojos verdes más alto que yo, debido a mi humor, comencé a reclamarle y gritarle, pero al ver de quién se trataba, guardé silencio.

- Discúlpeme, señorita, en verdad, yo... - dijo nervioso.
- No, no, usted discúlpeme a mi - dije apenada por la escena -. Eh... me llamo Mina Blanche, soy... la nueva empleada.
- Oh, cierto, lamento la tardanza, estaba atendiendo unos... asuntos importantes - dijo con una sonrisa amable.

Asentí con la cabeza y entramos a la casa. Ambos nos dirigimos hacia la sala para poder hablar mejor y entrar en detalles. Lo único que me había dicho William era que sería la niñera del hermano de aquel hombre, Adam Whiteley, pero fuera de ello, no me explicó nada, ni siquiera porqué específicamente del hermano de Whiteley.

- Bien, como ya sabrá, mi hermano tiene... una dificultad en las piernas, el que usted este para ayudarlo será maravilloso, me quita una preocupación de encima - dijo Whiteley.
- Parece que usted no suele estar en casa - dije para poder descubrir un poco más de él.
- No realmente - contestó cabizbajo -. Soy diputado y últimamente las cosas han estado complicadas.
- Entiendo, no estoy muy al pendiente de las noticias en estos últimos días, perdone mi ignorancia - dije con mi torso inclinado hacia el frente como signo de arrepentimiento.
- No se preocupe - dijo con una sonrisa -. Si le soy sincero, el asunto de esta chica... Bakers, alborotó las cosas aún más, pero con su muerte... no sé qué curso vayan a tomar las cosas, tengo entendido de que perseguía criminales desde las sombras... me preguntó si...
- No - dije de inmediato.

Whiteley me miró sorprendido por mi interrupción y volví a reverenciarme al pedirle perdón.

- Disculpe - dije al reincorporarme -. Mi familia fue víctima de uno de esos criminales... Wallstrock, así que no me gusta pensar en que las cosas se desaten.
- Lamento su pérdida, pero es algo que debemos tener en cuenta para así poder tomar medidas y evitar desgracias - dijo con amabilidad.
- Eso lo sé perfectamente... - dije cabizbaja.

Whiteley me explicó las tareas que debía llevar a cabo y de vez en cuando hablamos sobre algunas cosas de su trabajo y con eso me pude hacer una idea de porqué William me había enviado allí. Whiteley llegó a preguntarme por mis antecedentes y tuve que inventarlos todos basándome en algunas cosas que me dijo William. Al parecer viviría allí a partir de entonces para estar disponible las veinticuatro horas.

Miré por la ventana de mi nueva habitación, no había mucho al rededor, pero estaba bien. William en verdad era un genio y se preocupaba por mi, aquello provocó una sonrisa de mi parte y comencé a acomodar mis cosas. Una vez que terminé, decidí salir unos minutos a la calle y comprar un periódico para ponerme al día, Whiteley tenía razón, era mejor aceptar el hecho de que las cosas podrían empeorar en cualquier momento par así poder estar preparados ate cualquier adversidad.

Nadie parecía reconocerme y eso me hacía feliz, era de esperarse que no lo hicieran ya que mi cabello ni siquiera era del mismo color. Bond lo había decolorado, me habían colocado un lunar falso debajo del ojo y llevaba lentes, igual la ropa que utilizaba me hacía ver un poco menos delgada de lo que era y más alta gracias a los tacones.

Compré el periódico y decidí ir al parque a leer un poco. Tal parecía ser que los robos a mano armada en las calles habían aumentado, pero no había noticias de gravedad. Me alivió aquello.

Le regalé el periódico a unos niños que estaban jugando y lo hice una bola para que jugaran a patearlo, ellos me lo agradecieron y caminé de regreso a la casa.

Pasé por cierta calle en la que me detuve de golpe y miré haga el fondo. Mordí mi labio inferior saboreando un poco de la pintura carmín que los pintaban y tras dudar un poco entré a la calle. Erguí mi espalda y caminé como una señorita lo haría para mirar de reojo cierto edificio al que ansiaba volver, pero al que nunca entraría de nuevo, mucho menos como yo lo quería. Bajé la cabeza ligeramente y una sonrisa se dibujó en mis labios antes de acelerar un poco el paso para por fin irme y evitar que las lágrimas se abrieran paso una vez más.

- T/N - escuché una voz a mis espaldas.

Mis ojos se abrieron y casi me detengo de golpe de no haber sido porque mi sentido común resaltó que si lo hacía sería muy sospechoso. Hice como si se me hubiera caído algo e intenté agacharme para recogerlo, aunque realmente sólo quería ver al dueño de aquella voz que había pronunciado mi nombre justo cuando yo pasé.

Casi me desmayé ahí mismo al ver aquellos cabellos azabaches contratantes con el traje azul que siempre utilizaba. Era Sherlock. Me estaba mirando fijamente, con una mirada inexpresiva que dificultaba mi respiración y aceleraba mi corazón. Mis manos temblaban y apenas podía tragar saliva. Simulé recoger lo que según se me había caído y encaré a Sherlock con una sonrisa, como si fuera una completa desconocida.

- Disculpe, ¿dijo algo? - pregunté ingenua.
- Oh, perdone, no creí que alguien me escucharía - dijo como si saliera de un trance.

Suspiré  avivada al escuchar aquello y ladeé la cabeza para mirarlo curiosa, como una mujer lo haría con un hombre al que encuentra atractivo una vez que lo ve bien.

- Creí que había llamado su atención y por eso se me había quedado mirando, señor... - dije con normalidad.
- Holmes - contestó -. Sherlock Holmes, señorita...
- Blanche, Mina Blanche - dije con una reverencia y mordí mi cachete para distraer mi mente.
- Lamento si la incomodé, últimamente no soy yo mismo - dijo apenado.
- Entiendo... - dije para poder evitar que hablara del tema, ya que no podría disimular en caso de que lo hiciera -. Bueno yo...
- ¿Alguna vez ha perdido a alguien importante? - preguntó de la nada.

Respiré profundamente para tranquilizarme y guardé silencio por unos segundos.

- Dis... culpe, yo no... - dijo apenado al notar mi silencio.
- Si - le interrumpí -. Perdí a alguien hace muy poco si le soy sincera. ¿Por qué... por qué pregunta?
- Yo igual perdí a alguien... a una mujer - contestó cabizbajo.
- ¿Su madre, acaso? - pregunté simulando ignorancia.
- Más bien a quien quería pedir matrimonio - contestó con una sonrisa triste.

Mi corazón se apretó y sentí un nudo en la garganta, debía irme de allí, rápido, pero había algo que me lo impedía, el deseo de saber.

- Las cosas no estuvieron bien entre nosotros... fue gracias a mi, ella... ella salió molesta un día y durante su ausencia reflexioné de lo odio ta que había sido, entonces... entonces decidí tomar esa decisión que cambia la vida y salí a comprar el anillo, pero ella no volvió - su voz se quebró -. Creí que lo haría más tarde, así que no le di importancia y a la mañana siguiente, fui por el periódico para ver en el titular que... ella... había...

Llevó una de sus manos a su rostro para acallar los sollozos que comenzaban a llamar a atención de la gente. Entonces, por instinto, por el mismo que tiene una madre al ver a su hijo llorando indefenso, y él mismo que siente alguien que ama cuando ve a esa persona especial destrozado, me acerqué y tomé su cabeza para abrazarlo contra mi pecho. Tal vez también fue para que él no notara mis ojos enrojecidos junto a mis mejillas por el esfuerzo de no llorar, o tales fuera para poder sentir su calor una vez más antes de separarnos, tal vez por siempre.

- Lamento... lamento escuchar sobre eso - dije con tristeza -. Pero... estoy segura de que ella le habría dicho que si, después de todo... usted nunca le dio la espalda. Espero que pueda encontrar a alguien que lo haga feliz, es... lo que ella querría.

Dicho aquello me separé de él y le sonreí con dulzura antes de dar media vuelta e irme lentamente, mientras mi corazón latía en mis oídos a la par de mis pasos, mientras sus ojos me seguían confundidos y tristes, y mientras mis lagrimas bajaban lentamente por mis mejillas en silencio.

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Hola, lectores! Espero les haya gustado este capítulo. Lamento la tardanza y espero que estén preparados porque en estos días estaré actualizando más seguido. Los quiero ♥️.

Amor Criminal (Edición) || Sherlock Holmes x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora