Capítulo 4. (Actualizado)

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Albert me permitió recoger algunas cosas de mi casa. Quiso acompañarme y ayudar, pero conseguí impedírselo, de cualquier forma, no eran demasiadas cosas.

Mientras guardaba todo en un saco, recibí una llamada. Dejé las cosas de lado y, con el ceño fruncido, atendí. Mi empleador dijo que me dejaría descansar un tiempo, pero tal vez encontró otro trabajo. No obstante, mi sangre se heló al escuchar la voz al otro lado de la línea.

— Hola, T/N — saludó con tono sombrío.

— ¿William? — pregunté nerviosa —. ¿Cómo...? ¿Cómo conseguiste este número?

— No fue tan complicado, no eres mi única informante, ¿sabes?

— ¿Informante? ¿Quiere decir que pediste a alguien que te diera información sobre mí? — pregunté irritada —. Qué sobreprotector y desconfiado eres, Willy.

— Tal vez, pero si una mujer de la que no sé básicamente nada va a venir a vivir bajo el mismo techo que mis hermanos y yo, es necesario investigar un poco — replicó tranquilo.

— ¿Y? ¿Qué descubriste?

— Trabajas para el ejército — respondió y maldije en mi mente —. Eres su informante secreta y por ello te involucraste con Enders, al igual que con muchos otros a los que han atrapado en los últimos años — comencé a caminar hasta donde el cable me lo permitía —. Y me encanta que seas alguien que busca el bien, sin embargo, debiste ser más cuidadosa con lo que escribiste.

— ¿Por qué? ¿En que te perjudica que...? — guardé silencio y esa posibilidad volvió a mi memoria —. Fuiste quien asesinó a Enders, ¿cierto? Utilizaron lo que les di para volverlo loco y matarlo sin dejar rastro.

Bingo. ¿Ahora entiendes mi preocupación? Quiero reformar Inglaterra, T/N, pero no puedo arriesgarme a tener a alguien como tú suelto por ahí. Amas a mi hermano, pero tu vida depende de quien sea que sea tu empleador, así que, lo lamento, pero hasta aquí llegó nuestra amistad.

Agendé los ojos y, antes de poder moverme, el edificio explotó. Caí al suelo cuando comenzó a derrumbarse, por lo que, de inmediato, corrí hacia la ventana para saltar hacia el edificio de enfrente y conseguí tomarme del tejado, pero pronto iniciaron disparos, así que no me quedé mucho tiempo y subí para correr por los techos. Maldito William. Sabía que algo traían entre manos, pero jamás imaginé que se tratase de un asesinato, mucho menos que, de descubrirme, intentaría asesinarme, a la novia de su hermano... ¿Cómo reaccionaría Albert? ¿Me odiaría? ¿Todo terminaría así? ¿Ya no...?

Caí al suelo cuando una de las balas se incrustó en mi muslo y maldije, pero no dejé de avanzar, hasta que llegué a un sitio donde estaría segura y me oculté, hasta que el hambre me obligó a salir a la calle de nuevo.

Antes de salir, cambié mi apariencia, corté mi cabello con un cuchillo por encima de los hombros y recordé aquellas costumbres que me forjaron y permitieron sobrevivir en la calle, robé comida y dinero de los transeúntes sin levantar sospecha durante días y dormía en los sitios donde sabía que sólo revisarían los necesitados. No tuve problemas en absoluto, al menos no, hasta que cierto hombre decidió evitar que tomase el bolso de monedas de un riquillo que compraba diarios.

— ¿Puedes decir qué...? — agrandó los ojos al reconocerme y bajó mi brazo, pero me soltó —.Señorita Peters.

Chisté irritada y lo empujé para soltarme y correr, pero gracias a toda la gente, no conseguí alejarme lo suficiente como para evitar que me tomase y llevase a un callejón, donde me acorraló contra la pared para comenzar el interrogatorio.

— ¿Cómo es que pasó de viajar en el Noathic a robar monederos? — preguntó con el ceño fruncido.

— Es una larga historia que no estoy dispuesta a contar — respondí a la defensiva y forcejeé con más fuerza.

Amor Criminal (Edición) || Sherlock Holmes x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora